El ojo de la tormenta - Changbin Stray Kids

Capítulo 56


Todo el tema de administración, documentación, entre otros, lo llevaban los empleados de la discográfica de mi padre.

Él los contrató expresamente para ello. Al igual que nuestro abogado.

- Solo tienes que decir la verdad – dijo Changbin mientras ponía sus manos sobre mis hombros.

- Lo sé – dije volviendo a morder mis uñas.

Este, con la mano, apartó mis dedos entrelazándolos con los suyos y, sin más, me besó.

- Si quieres morder algo para relajarte, te presto mis labios.

Lo mato....lo mato....ese tonto había hecho que mi cara se pusiera colorada. Ya no sé si estaba más nerviosa por tener que hablar frente a un juez o por las palabras que acaba de soltar.

- ¡Changbin! – dije mientras le daba un pequeño golpe causando su risa.

- Solo bromeaba – hizo una pausa – en parte. Me encanta besarse.

Este niño iba a acabar conmigo. Mi corazón iba a salirse de mi pecho.

Obviamente, ante mis reacciones, notaba como este se sentía satisfecho a la vez que se divertía.

- ¿Tu...tú no estás nervioso? – tanto él, como Minho y yo éramos los tres que estábamos convocados para acudir.

El resto de los miembros irán como testigos.

- Un poco – respondió con sinceridad – pero estás tú, están los chicos, eso es más que suficiente para mí. Sé que todo saldrá bien.

Lo dijo tan seguro de sus palabras que parecía que había viajado en el tiempo y comprobado el resultado de todo este asunto.

- Ya estoy listo, ¿Cuándo salimos? – habló Minho mientras se abrochaba el último botón de su chaqueta.

Cualquiera que nos viera diría que vamos a un evento importante: una boda, una celebración de etiqueta, una entrega de premios....pero la realidad era mucho más complicada.

Queríamos asegurarnos de que todo saliera bien, es por eso por lo que, aunque nosotros tenemos las de ganar ya que somos las víctimas, practicamos todo lo que íbamos a decir.

Obviamente apenas hubo que ensayar nada, simplemente teníamos que contar la verdad. Repasamos lo sucedido para no vernos nerviosos frente al juez o no tartamudear.

Una vez que, junto a nuestro abogado, cruzáramos la puerta que había delante de nosotros jurábamos decir y jurar solo la verdad. Y había que respetar aquel juramento a toda costa.

Pasar esas puertas significaba que íbamos a tener un final.

Y aquello me alegraba mucho.

En el otro lado había un abogado y, principalmente, LeeSae junto a su hermana, ambas con las manos esposadas. En el lateral se encontraban el resto de los jóvenes sasaeng, con el mismo límite de movilidad en sus manos, y vigilados por dos oficiales de policía.

Todo dio comienzo.

Empezando por mí, luego Changbin y por último Minho, subimos a hablar de lo sucedido. Seguidamente fue el turno de LeeSae, primera acusada, y después su hermana, causante del alboroto y daños en el fan meeting.

Más tarde hablaron los testigos uno a uno, y los abogados iban aportando información y pruebas cada vez que el juez lo requería.

Cada argumento nuestro era más fuerte conforme íbamos hablando. Por el otro lado, cada inseguridad, frase, suceso, que contaban los perjudicaba más. Incluso al abogado se le notaba algo tenso.

Tal y como dijo Changbin, ganaríamos sí o sí.

- Tal y como redactan los sucesos y por las pruebas aportadas por ambos lados – comenzó a decir el juez haciendo una sentencia – se le condena a LeeSae y LeeChon a cuatro años de cárcel por abuso, extorsión, daños, escándalo público e intento de homicidio. Además de una orden de alejamiento de quince kilómetros tanto de la propiedad de la empresa JYP así como de sus miembros y empleados. Por otra parte, Kung So, Kim Jun, Minju, Soe Wang y Lia Lee – eran los otros cinco que estuvieron con nosotros en el bosque – serán condenados a dos años en prisión más doscientas horas de trabajo comunitario. Por supuesto reciben una orden de alejamiento hacia la empresa. Ninguno de los presentes podrá asistir a ningún evento, concierto o cualesquiera de actividades realizadas por la empresa dicha antes. – el juez seguía hablando.

Podía ver como lloraban, desesperados, algunos incluso tirándose al suelo.

Habían destrozado su vida con tan solo quince, dieciséis, o diecinueve años. Muchos de ellos cumplirían la sentencia de prisión en un correccional de menores, los que ya tenían la edad serían llevados a la cárcel.

La situación hacía que mis ojos se llenaran de lágrimas. A pesar de todo, me sentía mal por ellos. Pero no podía verme débil, se lo merecía.

Aguanté hasta que dio por finalizada la sesión.

- ¡Ganamos! – gritaba Félix feliz.

- Si, hay que celebrarlo – reía Han.

Agradecimos al abogado por hacer tan bien su trabajo y mi padre se quedó hablando con este.

- Ya no más sasaeng – dije en un susurro.

- Exacto – habló Changbin, quien estaba a mi lado, mientras me cogía del mentón para que nos miráramos a los ojos.

Por supuesto esto sería público. Hemos atrapado a seis sasaeng, pero seguramente hay más o aparecerán otros nuevos. Es por eso por lo que la empresa tomó la decisión de hacer que llegue a todas las personas. De esta manera verán que, de verdad hay consecuencias para este tipo de actos y que quién se atreva a atacarnos a nosotros o a cualquier idol, celebridad, actor, entre otros, será severamente sentenciado.

El día de hoy lo dedicamos para ir a comer al lugar donde me llevaron la última vez.

La señora nos recibió de una forma muy cálida.

Deliciosa comida, bebidas, snacks, soju....todo lo teníamos permitido en la noche de hoy.

Celebrábamos que algo había acabado.

Una pesadilla terminada.

 

¡Hasta aquí el capítulo de hoy!

Mil gracias por el apoyo~

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