El Omega Que No Quería A Su Predestinado ||yoonmin||

Capitulo 06

—Y dime JiMin —su padre le estaba haciendo una propuesta a su hijo, una que el emperador consideraba la adecuada—, ¿qué es lo que opinas?

La pregunta tenía una sola respuesta para JiMin, y era una rotunda negación, debía admitir que las palabras de su padre parecían ser similares a las de una historia de criaturas oscuras, el emperador le había dicho a su hijo que estaba planeando llevar a cabo una reunión junto a la familia Min, esto con el fin de conocerse un poco más entre las familias y que por supuesto YoonGi pueda estar con el príncipe, pero para JiMin eso es una pérdida de su valioso tiempo, no le gustaba en lo absoluto la propuesta que ha dicho su padre, le parecía absurda y totalmente fuera de lugar, JiMin no quiere ver a ese alfa, mucho menos a la familia del mismo.

—Prefiero que no se haga nada —respondió el príncipe omega, el emperador parpadeo un par de veces ante la respuesta tan inmediata de su hijo, sin rastro alguno de que se tratase de algún tipo de broma, JiMin hablaba muy en serio.

Desde la presentación de su hijo y el enterarse quien será su destinado, JiMin ha estado actuando de la peor manera todo esté tiempo, evitaba hablar sobre temas que incluyesen a YoonGi, prefería terminar de comer rápido para evitar las preguntas de su padre, y estaba más distante, el emperador Park no entendía lo que le estaba sucediendo con su hijo, ¿por qué actuaba tan errático cada que hablaban de algo que tuviera que ver con YoonGi? Para el emperador no había algo de malo, después de todo en un futuro su hijo terminaría por contraer matrimonio con su destino, por eso le era extraño el comportamiento de su hijo.

El emperador sabe que YoonGi es considerado como un alfa digno y de buen corazón, había estado escuchando y visto como el alfa se dedicaba a estar siempre al pendiente de todos sus seres queridos y de lo más importante en su vida, siempre era cuidadoso y salía en defensa de su familia cuando era necesario, sin duda alguna alguien digno de estar con su hijo, sabía que su hijo recibiría el amor más sincero, pero al parecer para JiMin no tenía los mismos pensamientos que él.

—Hijo, ¿qué te ocurre? —la pregunta hecha por el emperador hizo que el príncipe se sintiera alerta, por más que quisiera evitar esa clase de preguntas, ya era demasiado tarde para hacerlo.

—No quiero que estemos cerca de esa familia —desvió la mirada de su padre—, él no es mi predestinado, papá… y jamás lo será.

—Dasom nunca se equivoca, hijo —menciono su padre con voz demandante—, YoonGi es… —JiMin no dejo terminar de hablar a su padre, se levantó bruscamente y azoto sus manos hechas puños sobre la mesa.

—¡No lo es! —el emperador abrió levemente la boca, las acciones de su hijo eran tan repentinas que simplemente lo llegaba a sorprender de la nada, como ahora había hecho—. No lo es...—volvió a aclarar JiMin, esta vez en un tono de voz más calmado, casi en un susurro.

—Es tu destino, hijo —recalco el emperador Park—, no puedes cambiar eso, la diosa luna te ha dado un destinado, deberías estar agradecido por eso, él es tu destinado, aunque no lo quieras admitir.

JiMin volvió a tomar asiento, ahora la comida le iba saber amarga, su apetito se había ido por completo de solamente pensar en su futuro destino, no le gustaba discutir con su padre, pero quería dejarle en claro que aquel alfa no era su predestinado, que la hechicera estaba muy equivocada con lo que dijo, ¡Min YoonGi no es su alfa! Dasom no siempre tiene la razón, podrá ser considerada como la luz del imperio, pero ella no regía en su vida, ni siquiera el destino lo hacía, ni la diosa luna. Nadie lo hacía.

—Padre —el emperador pudo ver la molestia en el rostro de su hijo, frunciendo su ceño y con esos ojos llenos de impotencia—, Min YoonGi no es nada mío, tal vez la hechicera solamente lo menciono para fastidiarnos… 

Su padre soltó un suspiro, estaba cansado de escuchar las mismas palabras, JiMin le había repetido muchas veces que la hechicera estaba equivocada, que debía inclusive acusarla de charlatana, que no decía ninguna verdad, pero el emperador sabe que no, Dasom siempre acierta en lo que dice, la hechicera no se equivoca, nunca lo ha hecho, y tal vez jamás lo haga.

—Se llevará acabo la reunión, no es una decisión que solamente tú, hijo mío, vas a tomar, soy tu padre y debes obedecer —demando su padre, y JiMin dejo de masticar, trago lo que había empezado a comer y de nueva cuenta se levantó, pero esta vez para retirarse—. ¿A dónde crees que vas? ¡No permitiré que dejes la comida!

—Ya no tengo apetito...

Esa había sido la contestación de su hijo, y miro como se aleja para de la mesa, dirigiéndose hacia la salida de la cocina, deslizando la puerta para después salir y volver a deslizarla, cerrando con fuerza.

JiMin caminaba cabizbajo, podía sentir a su animal interno igual de molesto que él, totalmente colérico ante la situación, no podía creer que prácticamente su padre lo obligue a aceptar el cortejo de un alfa como lo es YoonGi, a él no le gustaba YoonGi, no le gustaba para nada, y no quería nada que ver con él, odiaba a ese alfa y todo lo que tuviera que ver con él, detesta tener que verlo por los pasillos del palacio, odia que le hable, odia que le lleva regalos, odia que le sonría, apretó sus manos en puños, quería gritar de la impotencia que tenía por no poder hacer algo al respecto con su destino, si tan solo la diosa luna no le hubiese puesto a tan estúpido alfa, todo hubiese sido muy distinto, inclusive mucho mejor.




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