El ópalo de fuego.

CAPÍTULO 23

He querido preguntarle a Nereida sobre la visión que tuve pero no quiero que piense que estoy loca y dadas las circunstancias no es el momento más prudente para hacerlo, primero debemos encargarnos de rescatar a los demás con vida.

Las sirenas son criaturas muy poderosas, pero, como todas las criaturas del agua son muy sensibles a todo, Nereida las conoce bien, es decir a estudiado su comportamiento e historia puesto que tiene muchísimos años  y dice que Nerium Oleander, una planta, les causa una reacción alérgica terrible, que puede dormirlas o incluso llevarlas a la muerte, por eso el plan es arrojar un poco del polvo de la planta en el lago en donde tienen cautivos a los chicos.

Quisiera adivinar los planes que tienen las sirenas con los hombres ya que según Dake su intención no es matarlos, aunque eso no significa que en caso dado, si  sus planes no salen como lo esperan no lo harían.

Lo más difícil del plan es acercarse al lago, puesto que, aunque ellas no puedan salir del agua sus poderes son lo suficientemente fuertes como  para tener algo de control afuera, con eso ya nos las arreglaremos.

Durante el camino Shey y Nereida han tenido una pequeña discusión acerca de la apariencia de las sirenas ya que Shey ha dicho que son criaturas horribles y Nereida defiende que son hermosas, no tan hermosas como ella por supuesto.

He notado que a Shey le molesta que le lleven la contraria, lo que me resulta un poco gracioso porque a veces Nereida parece que lo hace a propósito, la conversación empieza a tornarse más seria hasta que Shey empieza a maldecir por todo lo que está sucediendo.

—Todo por el maldito ópalo— dice lanzando una patada al aire, trata de controlar su rabia pero al parecer el autocontrol no es una de sus cualidades — Tantas muertes por una búsqueda absurda, el ópalo ya ni siquiera existe.

Noto que Nereida baja la mirada.

—¿Cómo lo sabes? — le pregunto, tratando de no sonar tan interesada.

Aunque suene raro Shey me responde.

—La manada de mi padre hace unos años lo custodiaba, hasta que un maldito humano vino y lo robó — esto último lo dijo lanzándole una mirada furiosa a Nereida.

—¿Lo robó? ¿Y qué pasó? — volví a preguntar.

—El muy tonto se lo llevó al territorio humano desconociendo el poder de la piedra, dicen que arrepentido volvió para devolverlo pero al ser un humano débil y frágil su cuerpo poco a poco fue enfermando hasta morir y con él la piedra desapareció— respondió, luego de un rato Shey hizo una mueca de fastidio y se adelantó un poco.

Desapareció, solo un rayo del alba puede destruir al ópalo, eso no quiere decir que ya no exista, solo es que quizá nadie ha podido hallarlo, debería hablar con Nereida, desde que Shey habló de ello se puso muy nerviosa, como si le incomodara o tuviera algo que ocultar, desde luego y como pasa últimamente mi visión no es una simple coincidencia.

A media que nos acercamos al lago Hell la tierra se va volviendo húmeda y los árboles aún más oscuros, parece ser que soy la única muriendo de frío.

—Alto — dice Shey en tono bajo, mientras se oculta detrás de un árbol. 

La imitamos.

—No hagan nada hasta que yo lo ordene—  dice en tono serio.

Miro hacia el frente, el lago tiene un  color verde que resulta algo repugnante, ¿será normal? Identifico en una zona bastante profunda del lago cuerpos flotando cubiertos de algas, veo como una horrible criatura con cola y  largos cabellos arrastra por el agua un cuerpo hasta donde están los demás, ¿Gab? Llevo mi mano a mi boca intentando ahogar un grito.

—No debimos venir— dice Nereida, su voz demuestra el miedo que siente.

—No podemos irnos, tenemos que ayudarles— hablo intentando controlar mi nerviosismo.

—Nadie se irá a ningún lado, aún podemos salvarles— habla Shey— lo que haremos será lo siguiente…

Antes de que Shey pueda terminar de hablar pasa lo más lógico y lo que ninguna de nosotras siquiera llegó a pensar, Dake que había permanecido en silencio todo este tiempo salió de detrás del árbol revelando nuestro escondite, aunque Shey intentó detenerlo Dake estaba en una especie de trance, Shey fue tras su hermano que cada vez estaba más cerca del lago, al hacerlo, largas algas empezaron a nacer de la tierra hasta enredarse en los pies de la chica, quien empezó a gritar furiosa hasta convertirse en lobo, se deshizo con facilidad de las algas, pero estas renacieron en mayor cantidad y aunque Shey las evadió lo suficiente como para evitar que Dake entre al lago arrojándolo lejos, no pudo escapar de las algas y se vio atrapada otra vez.




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