―¡Shawn! ¡Despierta, por favor!
Jamás me perdonaría que hubiera salido herido porque no hice nada para detener a Stroldenmare, más aun, sabiendo que su lucha era contra mí. Shawn no tenía por qué estar en medio. Aunque no pude alejarlo, por lo menos habría podido decir algo para que Stroldenmare se fijara únicamente en mí.
¡Pude haberlo evitado!
―Emily, lleva a Shawn a mi habitación y haz que repose.
Me aferré al cuerpo de Shawn y aparecí en la habitación de Oply.
Lo acosté en la cama y lo cubrí con muchas mantas. Me senté junto a él y le acaricié el sedoso cabello castaño oscuro.
¿Qué había ocurrido? ¿Por qué se suponía que ahora estaba enamorada de un desconocido? ¿Era un desconocido? ¿Qué estaba ocurriendo en mi interior? ¿Stroldenmare podría vencer?
¿Seguiría lastimándome a través de los que quería? Miles de preguntas similares trataban de hacerse un lugar en mi mente. Me desesperé e ingresé en una bruma.
Tenía cinco años, estaba triste en casa. Mi padre llegó junto a un niño más o menos dos años mayor que yo.
―Em, él es Shawn. Vino desde Norteamérica. Me iré por unos días con su padre, tú y Shawn pueden jugar juntos. ―Mi padre se retiró de escena y se fue con un hombre alto.
―Hola, soy Shawn.
―Soy Emily.
―Mi padre dice que eres la heredera de Solmerville.
―Nunca había escuchado de ese lugar.
―Imposible, tu padre es el soñador.
No tenía idea de a qué se refería.
―Sí, claro. ¿Jugamos al té? ―dije, cambiando de tema.
―Prefiero la hechicería. Tu jardín es muy feo, le falta vida. Observa. ―Shawn empezó a hacer movimientos con las manos y de pronto comenzaron a surgir hermosas flores por doquier, al fondo se formó un pequeño kiosco de enredaderas y un columpio apareció colgando de un gran árbol que estaba ahí desde antes―. Listo, ahora podemos jugar.
―¡Impresionante!... ¿Cómo haces eso?
Inesperadamente, la imagen se distorsionó y apareció otra. Shawn y yo estábamos corriendo por el jardín, persiguiendo unos gorriones de luz.
A continuación, llegó otra imagen a mi cabeza: Shawn me hacía levitar mientras canturreaba feliz. De pronto, todo volvió a cambiar. Ahora, Shawn y yo estábamos dentro de aquel kiosco de enredaderas riendo, y cuando llegaron nuestros padres estábamos envueltos en una neblina roja.
―Shawn Caruso, Cosa c'è di sbagliato in te? Ti ho solo chiesto una cosa, non fare magie. Sei punito per molto tempo ―dijo su padre en italiano. No pude comprender nada, pero a Shawn se le aguaron los ojos, me miró y su padre lo hizo desaparecer―. Lamento esto, Robert, al no saber cumplir las reglas, recibirá un castigo. Ahora hay que quitarle los recuerdos a tu hija.
―¡No! ¡Déjenme! ¿Qué le harán a Shawn?
―Tranquila, Emily, es lo mejor. Tu amigo estará bien ―me tranquilizó mi padre―. No seas duro con él, solo es un niño ―dijo luego, dirigiéndose al padre de Shawn.
―De acuerdo, no seré demasiado duro, pero no volverá a desobedecer.
―La cuestión preocupante es que han conectado. El extremo de un hilo rojo es muy difícil de encontrar ―respondió mi padre angustiado.
―No te preocupes, no se volverán a ver pronto. Si se vuelven a ver, tendrán que aceptar lo que el destino les tiene preparado. Se podrán reencontrar hasta que tengan madurez y Emily sepa lo que debe hacer.
―¿De qué hablan?
―No te alarmes. Piensa en cosas bonitas. De pronto, un destello blanco me cegó.
Había olvidado todo. Hasta entonces, no recordaba a Shawn, ni el jardín ni la niebla roja. Ahora, todo tenía sentido, ahora podía entender por qué al imaginar su rostro me inundaba esos sentimientos de nostalgia y esperanza, y por qué quedé desarmada cuando lo conocí y se acercó a mí: los recuerdos y el famoso hilo rojo eran los causantes.
Seguía en la habitación de Oply. Shawn estaba ahí, inconsciente. La puerta se abrió detrás de mí y entró Oply.
―¿Cómo está?
―Dormido.
―No por mucho, créeme. Va a estar bien.
―Oply... con lo de Shawn no sé qué hacer. Hasta que llegó sentía que me gustaba Lee, es decir, siento que me gusta Lee. Aunque, no lo sé, no me estoy dando cuenta de que hay otras personas alrededor que se interesan por mí porque mi mente está ocupada en otras cosas, cosas imposibles que solo me lastiman al ilusionarme. Me estoy cerrando a Shawn y no es justo...
―Habla con Lee. Parece que lo necesitas. ―La miré reprobando su proposición, no quería expresar mis sentimientos en ese momento. ― Emily, reprimirse está mal.
―¿Sabes? Le voy a confesar a Lee lo que siento por él, estoy cansada de mentirle. La verdad, por más dura que parezca, siempre va a ser la solución. Me sacaré eso de encima y me dispondré a continuar.
―Haz lo que consideres correcto.
―Lo haré... Cambiando de tema... Oply, yo ya conocía a Shawn, conectamos desde antes, pero nos separaron porque él me mostró la hechicería. Por eso eliminaron mis recuerdos.
―Tu padre quería alejarte de todo lo mágico para protegerte. Siempre tuviste reputación de curiosa, si lo hubieras sabido antes hubieras hecho hasta lo imposible para estar en todo lo relacionado con el tema, poniéndote en riesgo.
―Entiendo. ¿Pero por qué separarnos?
―No se supone que encuentres el hilo rojo tan temprano. Permitirles conservar ese recuerdo hubiera hecho que ustedes dos siempre se buscaran, poniéndose en riesgo y generando desastres. Aunque hubiera sido el amor más inocente, seguiría siendo amor, y el amor duele. Solo imagina si hubieras resultado herida. La infancia es una etapa en la que te dejas influenciar por todo, el poder de Shawn hubiera sido afectado para mal. Además, él era una conexión directa con la hechicería, esa que tu padre no quería que conocieses.
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Editado: 10.10.2022