Ubicación: Afueras del Gran Bosque.
Mientras que el ejército de Albekanos comienza a entrar lentamente hacia la gran arboleda del gran bosque, por otro lado, Rindel y sus demás compañeros están descansando por unos momentos un poco lejos de la ubicación del reino Albeka.
Por ahora, Rindel y sus demás compañeros han decidido levantar un pequeño campamento, conformado este por parte de los representantes de los reinos que son: Minotauros, Orcos, Elfos, Demonios y Vampiros. Teniendo todos ellos cuidado de no llamar la atención hacia su alrededor, debido a las peligrosas criaturas que existen dentro del Gran Bosque.
Han optado por no encender ninguna hoguera para calentarse, decidiendo todos juntarse en círculo mientras que se van relevando en su guardia para estarse cuidando mutuamente. Todo esto sucede conforme avanza la noche, puesto que terminan de ponerse de acuerdo, gracias a un gran mapa que posee Rindel.
Avanzando así largas horas de la noche por su organización, debido a que saben que le han ocultado detalles importantes a los dioses del conocimiento. Lográndose apreciar que en el cielo comienza a amanecer para dar comienzo a un nuevo día.
—La situación es bastante difícil, ya que hemos estado buscando el escondite de esa diosa por casi todas las zonas alrededor del bosque —suena la voz de Rindel mientras que es acompañado por Círdan, Rave entre otros guerreros en esa pequeña junta.
Pudiéndose apreciar que un poco más de cinco guerreros extras observan detenidamente el mapa.
—El reino de los humanos, ¿ya está por esos rumbos investigado? —inquiere un guerrero demonio, llamando la atención de Rindel quien decide afirmar con su cabeza.
—Ya está —informa Rindel, añadiendo—. Los únicos reinos que faltarían serían: el de los Minotauros y Albekanos. Con eso los problemas apenas empiezan.
Dirigiendo su vista hacia Círdan y Rave delante de todos.
—¡¿A qué te refieres?! —pregunta un minotauro preocupado mientras que Rindel dirige nuevamente su mirada hacia el gran mapa, para seguidamente; señalar con su dedo índice derecho cierta dirección hacia el noreste.
—Milagrosamente no le dimos más detalles a los dioses acerca de nuestras investigaciones, pero realmente la situación va de mal en peor conforme avanza el tiempo —responde Rindel seriamente.
—La famosa tierra a lo que algunos le llaman el territorio sagrado —suena la voz de Círdan observando seriamente el mapa, ya que observa el dedo índice de Rindel.
—¿Territorio sagrado? —pregunta nuevamente el minotauro confuso, dirigiendo su mirada hacia la ubicación mientras que Círdan afirma con su cabeza.
—Se han escuchado rumores de ciertas criaturas que son bastante especiales con todo aquel que pisa sus territorios, hemos recibido algunos exploradores bastante heridos con marcas en sus espaldas, señal de un fuerte castigo a lo que ellos llaman: “La purificación de las almas”, algunos dicen que es el perdón de pecados, pero son bastante peligrosos, ya que crean un trastorno psicológico a la víctima.
Comenzando todos a preocuparse por esas noticias.
—Es imposible que exista un reino tan malévolo y maldito en est… —anuncia la voz de un demonio siendo interrumpido por Rindel en ese momento.
—¡Existe ese reino, pero no tenemos suficientes pruebas para saber su ubicación real! —informa Rindel, comenzando a señalar con su dedo índice derecho la ubicación del Noroeste del mapa—. Deben estar más allá de esos rumbos, pero por ahora; debemos de preparar a los niños especiales. —dirigiendo su mirada hacia todos los presentes seriamente, para añadir—; ¿Cómo van con su preparación?
—La niña que hemos estado entrenando ha reaccionado bastante bien, las pruebas se han realizado de forma satisfactorias, gracias a la investigaciones de la Gran Biblioteca de los dioses —argumenta un guerrero Demonio, agregando—. El rey Nemon (*) está bastante feliz con los resultados que ha obtenido con su hija.
Dirigiendo una mirada feliz hacia el suelo en ese momento.
—No se olviden del vampiro más poderoso que está siendo entrenado por el rey William (*), jejeje —suena la voz de un guerrero vampiro llamando la atención de todos.
Comenzando Rindel a ver con una sonrisa el suelo mientras que algunos empiezan a presumir de sus guerreros ocultos que cada uno está preparando a escondidas.
—Nosotros tenemos a Artemisia (**), aunque eso lo vamos a ver dentro de doscientos años, ya que ahora solo la mayoría tienen como doce años —dice Rindel, añadiendo—. Dudo que exista una civilización que nos supere dentro de doscientos años o menos.
—Tomoe nunca va a ser una sierva de nadie de ustedes y eso se los prometo en el nombre del grandísimo Nemon, rey de los demonios —suena la voz de un guerrero demonio seriamente, comenzando todos a verse seriamente a excepción de los guerreros minotauros que, simplemente los observan con una sonrisa.
—Son tan patéticos y presumidos, ya quisiera ver que ellos posean la fuerza de uno de nosotros dentro de doscientos años, jejeje —informa un guerrero minotauro llamando la atención de todos, pero de forma extraña; varios ruidos se comienzan a escuchar a lo lejos.
—¡Tranquilos, tranquilos. Debemos tranquilizarnos por favor y eso ya lo veremos en el futuro —dice Círdan, añadiendo—. Algo se logra escuchar.
Comenzando todos a dirigir su mirada hacia la dirección del bosque seriamente.
—Parece que un reino ha decidido enviar tropas contra otro reino, me pregunto, ¿A quién atacarán? —inquiere un guerrero demonio con una sonrisa.
—Hmm, por la ubicación en que se escuchan, de seguro vienen del molesto reino de los Albekanos, hmm, ¿Qué clase de estúpido envía a sus tropas hacia el maldito bosque? —inquiere Rindel enojado.
—No son gritos de guerra, son gritos desesperados de una mujer. De seguro están sufriendo contra alguna bestia —argumenta Círdan.