Capítulo 26: Preparación Para El Ataque y Visión Del Futuro

Universo: Mistral

Ubicación: Reino de los Elfos

En un terreno conformado por llanuras y bosques de diferentes tipos, se encuentra el reino de los elfos. Un poco cerca al reino de los Albekanos a diferencia de los demás reinos como los minotauros, humanos entre otros.

Se puede apreciar que la construcción del reino de los elfos está conformada por árboles, algunas piedras labradas por medio de magia y algunas estatuas en honor a sus antecedentes que dieron origen a su reino.

Lográndose apreciar que miles de ciudadanos de origen elfo trabajan en sus respectivos campos, algunos patrullan hacia sus alrededores y otros; simplemente se divierten como en los demás reinos.

La construcción de la gran fortaleza imperial está conformada por un gran muro de piedra de forma circular que mide más de cien metros de altura, apreciándose que poco a poco; el reino de los elfos se está haciendo cada vez más fuerte, ya que están en continua mejora y avance como los demás reinos.

Dentro de las murallas del reino se encuentra el palacio imperial junto con varios hogares que poco a poco se están extendiendo hacia sus alrededores.

El palacio del reino está construido por medio de cantera, madera de acacia y roble, donde dentro del palacio se encuentra el monarca Durel, un gran hombre avanzado en años que tiene gran experiencia en guerra, debido a que posee más de seiscientos años de edad aunque su apariencia es engañosa, debido a que a simple vista se puede apreciar que tiene aproximadamente unos treinta y tres años. Posee pelo rubio, ojos de color azul y su cuerpo es atlético debido a que se ha mantenido en movimiento y activo en todo momento. Tiene una armadura de color dorada con varios grabados de leones, osos y tigres y como último detalle: tiene una gran capa de color azul con el símbolo de un gran árbol como bandera y señal ante todos los demás reinos, ya que indica que ellos son amantes de la naturaleza.

Se aprecia que Durel está parado enfrente de su gran trono de oro, ya que tiene a Rindel y a Círdan enfrente, platicándoles ambos la situación que está sucediendo en las afueras.

Mientras que Círdan y Rindel le informan a su monarca la situación en que están avanzando las cosas, el monarca está caminando alrededor de ellos seriamente, debido a que no le gusta estar sentado en su trono en todo momento. La habitación está elaborada de cantera de color azul brillante como si fuera una gran joya y sus pisos son de color verde azulado brilloso. Pareciera que todos ellos están dentro de una gran piedra preciosa semejante al berilo o ágata. Los pilares del gran edificio están elaborados de ágata de color rojo brillante y poseen diferentes formas de decoración como son: león, tigre y pato.

—Por ahora, el ciudadano Albekano ha sido dirigido hacia el reino de los vampiros para ser estudiado por Rave, pero la situación es bastante crítica, debido a que encontramos a muchos —informa Rindel seriamente.

—¿Cuántos? —inquiere Durel seriamente.

—Eran aproximadamente un poco más de cuarenta mil tropas —argumenta Círdan, dirigiendo su mirada hacia él seriamente.

El monarca Durel solamente observa el suelo seriamente, dándose cuenta ambos guerreros que la situación es bastante complicada y deben de actuar; lo más pronto posible.

—¿Qué dicen los demás reinos?

Dirigiendo el monarca su vista hacia ambos generales en ese momento, pudiéndose apreciar que todos están solos en la gran habitación, debido a que al monarca no le gustan los entrometidos.

—Se están enfocando en el reino de los Minotauros, debido a que son los únicos que faltan por investigar, aunque no debemos de bajar la guardia con ese Gran Bosque —argumenta Círdan.

Empezando el monarca a dirigirse hacia su trono, pero se detiene a mitad de camino, ya que decide dirigir su mirada hacia sus dos generales en ese momento.

—¿Con cuántas tropas contamos para una posible guerra? —pregunta Durel seriamente.

Ambos generales observan el suelo seriamente por unos momentos, pero Rindel decide afirmar con su cabeza para poder hablar.

—Poseemos un poco más de trescientas mil tropas que manejan lanzas, espadas, escudos, catapultas y arcos, gracias a la intervención de los dioses Hastur y Azathot para que no siguiéramos teniendo pérdidas —informa Rindel, añadiendo—. Tenemos que tener cuidado contra el reino Albekano.

Mirando seriamente al monarca Durel, mientras que el monarca se dirige seriamente hacia su trono para sentarse por unos momentos un poco más confiado, quizá esa información ha sido bastante útil.

—Trescientos mil tropas aproximadamente, realmente somos muchos para poder aplastar a ese reino insignificante y evitar la resurrección de esa diosa malévola —dice Durel un poco más tranquilo, añadiendo—. Rindel y Círdan. —acercándose ambos guerreros hacia él un poco mientras que ponen atención a lo que va a mencionar—. Quiero que vayan preparando a todas esas tropas para atacar a ese maldito reino, de seguro esa maldita diosa está esperando el momento para manipular a muchas tropas y así cumplir su objetivo.

—¡A la orden! —suena la voz de ambos guerreros al unísono, mientras que hacen una pequeña reverencia ante el monarca.

Comenzando Rindel y Círdan a dirigirse hacia la salida del palacio para irse a preparar para la posible guerra que se acerca.

Quedándose el monarca Durel completamente solo en el palacio, aunque su mirada se observa seriamente en ese momento.

—Visión del futuro muéstrame el lado oscuro que se acerca más adelante —dice en voz baja Durel, comenzando sus ojos a brillar fuertemente de color verde mientras que la habitación se empieza a oscurecer para poder mostrarle el evento que se acerca más adelante.

Logrando Durel observar que miles de guerreros de origen minotauro, elfos, vampiros, demonios y humanos; luchan contra criaturas malévolas desesperadamente.