Manuk junto con su ejército Albekano controlado por Calista, sale del antiguo Reino con la finalidad de cumplir su objetivo principal que es: el renacer de la diosa Calista.
El general y siervo de Calista dirige su mirada hacia el frente, para percatarse que existen muchas criaturas malévolas que lo esperan en silencio. Tiene miedo por su aterradora apariencia que muestran cada una de ellas, pero aun así; sigue marchando junto con su ejército.
Atrás de él avanza a su lado derecho Gregorio con una sonrisa y confianza mientras que a su lado izquierdo está un Mauricio mudo, ya que parece que es similar a un títere que no tiene sentimientos.
Manuk sabe que cuentan con un poco más de trescientos mil tropas, pero están conformados por algunos arqueros, caballeros, jinetes y ciudadanos que manejan palos y lanzas. Una gran desventaja, pero lo único que le importa es: El renacer de la diosa Calista a como dé lugar.
—Gran General, Manuk —suena la voz de una espantosa criatura malévola quien decide acercarse lentamente hacia Manuk, obligándole ella a que el general y todo su ejército se detengan para añadir—. Le hemos estado esperando.
Decidiendo inclinar su rostro hacia tierra con el significado de darle reverencia a él.
Sonriendo Manuk y descubriendo que tiene el apoyo de criaturas malévolas del extraño Gran Bosque, no sabiendo él que las criaturas malévolas son los demonios tipo Naakros.
—¿Con cuanto apoyo contamos? —inquiere Manuk seriamente.
—Con un poco más de trescientos mil tropas —responde la criatura malévola.
—Solo esperemos que el enemigo no se dé cuenta y asunto resuelto —suena la voz de Gregorio.
Comenzando Manuk a dirigir su mirada hacia el cielo seriamente por unos momentos, llamando él la atención de todos los demás mientras que guardan silencio para esperar sus órdenes.
No escuchando nadie más ruidos mientras que esperan las órdenes del líder, observando Manuk que el día a declinado por completo y que el día de la noche especial de las estrellas; ha finalizado por completo.
Manuk se percata que hacia el horizonte se empieza a iluminar poco a poco por los rayos del sol, decidiendo él dirigir su mirada hacia sus mejores amigos que son: Gregorio y Mauricio.
Percatándose que Gregorio está bastante dispuesto para probar su gran poder en cualquier momento, pero por otro lado; solamente tiene a un Mauricio serio que no dice nada.
Por lo que decide enfocarse en él para asignarle una nueva misión.
—Mauricio —dice Manuk llamando la atención de su amigo, añadiendo—. Quisiera que tomes a cinco guerreros e investigues esa dirección.
Señalándole el sitio del reino de los Orcos.
Mauricio solo afirma para enseguida, comenzar a dirigirse hacia ese rumbo en silencio mientras que cinco diferentes tipos de criaturas Naakros se unen a él para apoyarlo en su expedición.
—Allá va un inútil incompetente —suena la voz de Gregorio, llamando la atención de Manuk en ese momento.
—Necesitamos investigar por esos rumbos, si llegan a atacar a Mauricio sabremos de qué lado vienen los ataques —informa Manuk, afirmando Gregorio con una sonrisa.
—Entonces, ¿quieres que me vaya hacia esa dirección? —inquiere Gregorio señalando la ubicación del reino de los humanos.
Negando Manuk con su cabeza en ese momento.
—Tú no, quiero que uno de estas criaturas haga ese trabajo —dice Manuk, fijando su vista hacia las criaturas Naakros que les acompañan.
Decidiendo el líder Naakro inclinar un poco su cabeza, para enseguida dirigir su mirada hacia cinco diferentes tipos de Naakros que los acompañan.
Comenzando las nuevas tropas a dirigirse hacia su nuevo destino mientras que Manuk empieza junto con todos los demás a marchar hacia su nuevo objetivo.
—¡Sigamos todos hacia el objetivo! —ordena Manuk, comenzando todas las tropas a marchar hacia su nuevo objetivo, pero de forma extraña; el líder se percata que en el cielo hacia la dirección del reino de los minotauros, se encuentra un extraño objeto volando de forma misteriosa, ya que este se mueve flotando por las nubes.
Decidiendo Manuk dirigir su mirada hacia la malévola criatura que los acompaña hacia su nuevo objetivo.
—¿Logran ver ese objeto? —inquiere Manuk, señalándole el pequeño objeto que muy apenas se logra ver en el cielo.
Comenzando la extraña criatura Naakro a observar con su mirada cierta dirección por unos momentos en silencio.
—Puedo ver que algo extraño está moviéndose por las nubes, pero no logro identificarlo, debemos de apresurarnos para cumplir con nuestro objetivo principal —anuncia el extraño Naakro mientras que Manuk sigue avanzando hacia su destino.
—Esperemos que nadie interfiera con nuestros planes —dice en voz baja Manuk, sonriendo Gregorio en ese momento en silencio, ya que no menciona absolutamente nada.
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Mientras que Manuk junto con todas las tropas se dirigen hacia su nuevo destino, por otro lado cerca del reino de los Elfos, se puede apreciar que miles de arqueros, jinetes y diez catapultas; salen del reino para dirigirse hacia el Gran bosque.
Apreciándose que Rindel avanza hasta adelante del ejército junto con Círdan y Rave en ese momento, ya que atrás de ellos les acompañan un poco más de seiscientos mil tropas.
—Debemos de evitar a como dé lugar que ella renazca —dice Rindel seriamente mientras que Círdan y Rave observan hacia sus alrededores.
—Presiento que algo malo va a suceder más adelante y no me da un buen presagio —informa Círdan, lográndose escuchar que las catapultas avanzan lentamente atrás del ejército mientras que todos siguen con su rumbo.
—No dejen a las catapultas abandonadas y envíen a varios guerreros a protegerlas —ordena Rindel, afirmando Rave en silencio mientras que se aparta de ellos para dirigirse hacia otro rumbo.