Capítulo 56: Movimientos

Ubicación: Reino De Los Humanos

(Momentos antes de que Rudor suene la Alarma)

El monarca Leonero observa con una sonrisa a una bella damisela de su palacio, ya que ella es una de las siervas de su esposa, aunque él sabe que llama la atención de muchas chicas por su gran poder, quizá sea porque es el rey del pueblo.

Se percata que muchas chicas que están al servicio de su esposa, se acercan hacia él con la finalidad de coquetearle por un tiempo con sus miradas y cuerpo, algunas deciden abrirse su vestuario un poco más de la parte de su pecho para estar más “escotadas” a diferencias de otras, ya que es la debilidad de Leonero.

Por otro lado, la reina Diana, esposa del monarca; está enfocada al cien por ciento en su organización de magia y defensa. Una organización enfocada en enseñar a los jóvenes entre los quince y dieciocho años de edad; la importancia del uso de la magia y espada.

Por lo que Diana, casi siempre está ocupada a diferencia de su pervertido esposo que, algunas veces aprovecha su tiempo libre para acostarse con varias siervas sin que ella lo sepa.

En este momento, Diana se encuentra en un pequeño edificio de forma circular construido a base de mármol. De alto mide un poco más de quince metros y su circunferencia es de un poco más de cien metros. El edificio es usado para enseñar a los futuros guerreros del reino, por si se llegan a presentar algunos problemas en un futuro.

Este edificio cuenta con algunos orificios en las paredes, por lo que los jóvenes pueden asomarse e incluso sentarse para poder descansar de su arduo entrenamiento.

En una de las muchas habitaciones se encuentra la reina Diana junta con dos consejeros del reino, observando detenidamente a un joven que posee un pequeño tubo de fierro junto con algunos detalles como hilos de metal e incluso; algunas esferas de fierro que se pueden incendiar con gran facilidad.

—¿Creen que esto nos va a servir? —inquiere la reina Diana confusa.

Pudiéndose apreciar que ella tiene su tradicional vestido de la realeza de color rojo brillante en forma de “V”, sus medidas son aproximadamente de: 70-80-92. Posee ojos de color café oscuro y su pelo es de color amarillo. Su vestido está decorado con varias piedras preciosas como el ágata, berilo y oro.

Observando la reina que el joven dirige el extraño artefacto para colocarlo en el suelo con cuidado mientras que los consejeros afirman con sus cabezas. Pudiéndose apreciar que los consejeros están cubiertos completamente de túnicas de un solo color como el negro. No se logra apreciar más detalles acerca de su vestuario, ya que la gran túnica les cubre por completo.

—Así es, su majestad —suena la voz Arturo, uno de los consejeros que están presentes.

Comenzando la reina Diana a observar el extraño artefacto confusa, ya que no tiene confianza.

—El mortar (*) será un arma bastante poderosa para podernos defender de nuestros enemigos e incluso, se podrá utilizar para atacar —informa Arturo con una sonrisa.

Diana por otra parte, simplemente afirma en silencio, ya que decide no prestarle más atención a esos detalles, prefiere confiar en sus consejeros por ahora.

Comenzando la reina a retirarse del lugar con una sonrisa, sabiendo que todo está avanzando conforme a su plan, pero ahora; debe ir a visitar a una persona especial en ese momento.

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Ubicación: Reino De Los Orcos

(Momentos Antes de que Rudor Suene la Alarma)

Mientras que el reino de los Humanos se enfocan en sus tareas y preparación de forma “normal”, por otra parte en el reino de los Orcos, el monarca Grumat observa enojado mientras que está sentado desde su trono a un Gran búho delante de todos los ciudadanos.

Se puede apreciar que, los orcos tienen construidos sus campamentos a través del gran bosque, delimitando ellos su territorio contra los demás reinos, ya que son bastantes estrictos si alguien extraño llega a cruzar sus fronteras, aunque… En este caso ha sido diferente, ya que tienen la visita de alguien especial.

El trono del monarca Grumat es simple, ya que está conformado por un gran tronco de un árbol junto a un gran árbol que posee grandes ramas con variedades de frutas, usado este tronco por parte del monarca para sentarse mientras que degusta las frutas que le ofrece la naturaleza. Alrededor del trono se encuentran todos los campamentos de los demás ciudadanos, ya que poco a poco se están extendiendo hacia su alrededor.

Un reino que respeta la naturaleza a como dé lugar y si alguien se atreve a dañar sus territorios; debidamente debe ser asesinado.

—Pueden dirigirse hacia mí con el nombre que quieran, pero generalmente prefiero que todos me digan: Gran Búho (**) —anuncia el Gran búho que está presente delante de todos los orcos, añadiendo—. He sido enviado por mis creadores: Hastur y Azathot.

Comenzando Grumat a verlo seriamente, ya que sabe que es un siervo leal de los dioses del conocimiento.

—¿Cuál es el mensaje que traes por medio de ellos? —inquiere Grumat mientras que el Gran búho, dirige su mirada hacia él delante de todos los ciudadanos.

Comenzando todos los ciudadanos orcos a verlos preocupados mientras que guardan silencio en ese momento. Saben que el Gran búho no trae buenas noticias, debido a su comportamiento serio.

—Los dioses del conocimiento: Hastur y Azathot. Se han percatado que todos ustedes han descuidado su trabajo de proteger el Gran bosque y ahora; las consecuencias pueden aparecer —informa el Gran búho.

—¿¡Cuáles consecuencias!? —inquiere preocupado un ciudadano orco delante de todos.

Grumat simplemente maldice en voz baja mientras que dirige su mirada hacia el suelo enojado.

—La posible amenaza, no me dieron más detalles, pero dicen que algo maligno se ha logrado sentir hace poco —responde el Gran búho.