Me sentía emocionada de sobra. Sí, era una completa tontería el estar entusiasmada por usar el asiento delantero, pero era algo que había estado esperando por mucho tiempo.
Noté como nos alejabamos del camino a casa y girábamos justo por donde antes yo había intentado escapar, lo que me recordaba esa catastrófica escena. No pude evitar el encogerme de hombros y bajar la mirada, para luego desplazarla con cuidado al rubio junto a mí, esperando que no se diese cuenta.
—Por si te lo preguntas, sí, estoy pensando lo mismo que tú —me miró de reojo.
—Jamás me dijiste quiénes eran ellas —reclamé en voz baja.
—Tienes razón, lo olvidé por completo
Apreté mis labios algo disgustada—¿Es acaso posible olvidar una cosa así?
Sentí su suspiro—Cuando tienes tanto tiempo en esto, como yo, uno más o uno menos da lo mismo
Me ladeé hacia él con sorpresa, no podía creer las palabras que salían de su boca y la facilidad con la que lo hacían. Incluso compusieron en mi pecho un nudo difícil de desatar.
Me divisó con algo de pena—Sé que suena crudo, pero es una realidad. Con el tiempo te darás cuenta.
—Eso no va a pasarme, yo no soy como mi familia, no soy como tú
Soltó una suave risa y negó un poco con la cabeza—Yo tampoco era como yo, créeme. Nadie viene al mundo siendo malo, esto es un largo camino de transformación inconsciente e inevitable. Para cuando llegues al final no tendrás ni el más mínimo recuerdo de quién eras tú
Intenté soltar palabra, pero había tanta razón en las suyas que yo solo guardé silencio.
. . .
El camino fue más largo e incómodo de lo que me hubiese gustado, pero esas luces titilantes y coloridas captaron toda mi atención.
Oscurecía con rapidez así que cada vez se veían mucho más hermosas, se reflejaban de forma alegre en el cristal del coche. Las perseguí con la mirada hasta que las rodeamos y terminamos detrás de todo eso, en la parte más oscura.
Cypriam sacó la llave del auto y entonces salió tranquilamente, sin mucho que decir yo bajé por igual culminando con el estallido de la puerta al cerrarse.
Esta vez, a diferencia de las anteriores, él era quién iba delante. La música sonaba como un eco a la distancia, pero a medida que nos acercabamos a la entrada trasera de esa especie de mini estadio, se intensifica en mis oídos; una música alegre, mezclada con algunas risas, unos cuantos gritos infantiles y otros sonidos varios.
Caminamos unos minutos sobre el suelo arenoso y terminamos frente a una salida de emergencias. No hice pregunta alguna, solo seguí caminando tras él.
El pasillo estaba oscuro y se formaba un eco con nuestros pasos, de él emanaba vapor caliente y me hacía sudar un poco la nariz. Pasamos varias puertas hasta llegar a un salón de paredes negras y pesadas cortinas rojas, donde gente correteaba de un lado a otro con afán.
—¡Hey! —en medio de todo el meneo un llamado carismático hizo a Cypriam darse la vuelta, yo lo hice junto con él—¿Qué tenemos aquí? el pequeño Cypriam —por un momento casi se me escapa una risa, pues de pequeño tenía muy poca cosa, era casi como un oso fortachón.
Se acercó a nosotros con una botella en manos, parecía bastante activo y olía fuertemente a perfume barato y alcohol.
Cypriam gruñó con los labios apretados, a pesar de que el joven de cabello medio anaranjado se le enganchó al cuello con confianza.
—Hola Cole —musitó el rubio con mala gana. Mientras, el tal Cole le daba un sorbo a su botella de cerveza.
Se desvinculó de él al fin. Cypriam se reacomodó el traje y mientras eso pasaba los ojos miel de Cole fueron a parar sobre mí. me dio una media sonrisa, sus ojos me visualizaban como león a su presa.
—¿Mercancía nueva? —inquirió hacia el rubio. Dio un paso hacia delante en mi dirección y vi como su mano se aproximaba para sostenerme.
—Soloviova —mencionó Cypriam, poniendo su mano sobre mi vientre y así usando su brazo como escudo. Su semblante se transformó en una completa piedra fría.
Cole levantó ambas manos al aire y fingió un exagerado espanto—Wow ¿Viste lo cerca que estuve de terminar sin cabeza? —rió actuando con nerviosismo—, ¿Te imaginas que Nikolai se enterase de que le puse un dedo encima a su hija? muerte segura amigo
—Como sea —dijo Cypriam, la vena en su frente palpitaba, mientras tanto su amigo miraba las piernas de las chicas hermosas y altas que se vestían todas juntas más allá de nosotros—, ¿Tienes lo que te pidieron o no?
—Claro que sí —hizo una expresión bastante graciosa, sin duda estaba ebrio, pero no parecía afectar demasiado; solo darle cierto toque de humor grotesco—, sí, lo sé, soy grandioso
Cypriam puso sus ojos en blanco, parecía poder explotar en cualquier momento. Yo trataba de poner atención, pero mi mirada se iba a las chicas de exageradas vestimentas brillantes.
—Espérame aquí —me ordenó el rubio, entonces devolví mi mirada a él.
Cole bufo hastiado. Una fuerte música, que venía de la misma puerta por donde habían salido las chicas, me retumbó en los oídos—Que vaya a ver el espectáculo desde el frente ¿Desde cuando eres niñero?
Me sorprendió que algo productivo saliera de sus labios. Yo quería eso, quería ver un espectáculo. me mordí los labios ansiosa inmediatamente escuché la idea y miré a mi escolta, suplicante.
Él parecía no estar del todo de acuerdo, pero también parecía cansado del hombre de ojos miel, así que solo me asintió sin más remedio.
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Editado: 08.05.2020