El Origen del Mal

Capitulo treinta y uno

 

 

 

Tener pesadillas y no contar con la posibilidad de despertar es sin duda parte de la tortura del infierno puesta en la tierra. Abro los ojos despavorida y trato de no jadear pero me resulta imposible. Me encuentro bastante perdida con la fecha y la hora, después de despertar creyendo haber dormido por horas y que hayan pasado días no sé realmente que esperar en este momento.

Me arrastro con los brazos hasta estar sentada sobre el colchon y los llants de amenadiel son sonoros desde el otro lado del cuarto. Me paro en cuanto puedo y al entrar en su recamaa est de pie dentro de la cuna y llora desconsolado, le sonrio como puedo y lo tomo en brazos, e relidad, jamás hbia tomado un niño antes, asi que me siento torpe con respecto a ello, pero inmediatmente lo engo sobre mi se acalla. Es casi increíble para mi el pensar que realmente es hijo de aika, aunque ellos son sin duda muy parecidos, pero de no estarlo presenciando yo jamás lo creería.

Yo jamás me he visto como madre, he estado demasiado ocupada en sobreivir en mi familia que se me ha olvdado el hecho de que tal vez algun dia pueda tener la mia propia, la que empieza a partir e mi y alguien a quien ame, pero por como van las cosas no se me ocurre que nadie vaya a amarme, y mucho menos que yo me de el lujo de amar a alguien, aunque se me ocurren dos personas, pero de pensarlo solo me produce una risita amarga que culmina en un beso que doy en la frente de amenadiel.

Ya es de noche y todas las luces dentro de la casa están escendidas, llam en voz fuerte a )))) pero no la encuentro en ningún lado y eso me hace temer un poco. Menciono su nombre mientras abro cuanta puerta encuetro ene l segundo piso ientrad meso a amenadiel sobre mi brazo y trato de que no me arrnque cada ebra de mi cabello, que realmente ha creciod mucho desde la ultima vez que lo corte. El parece realmente entretendio tratando de comelo.

La ultima puerta del corredor es preciosa y su pomo es de cristal, cuando hago el intento de poner la mano sobre el me siento como iman que se repele pero aun asi hago el intento y logro entrar muy despacio. Por alguna razón miro a todos lados como si lo qu estuviera haciendo fuera alo sumamente malo, y tal vez lo sea.

Me llevo l tremenda decepcion d que no es mas que una recamara normal y supongo que es la de Laika y Dashielle, por a cama matrimonial y el magnifico vestido de novia al que de inmediato me caerco, suelto a amenadiel para que camine en el cuerto mientras exploro, jamás me he imaginando llevando un vestido de novia, tampoco caminando al altar peo a ver este vestido me entran las mas sinceras ganas de intentarlo.

El estruendo que hace el cristal al caer detrás me hace pegar casi un brinco para ladearme, seguido los llantos de amenadiel no se hacen esperar asi que corro a por el de inmdiato, lo cojo en brazo y maldigo en mis daentros mientras reviso sus manitas. De niños se muy poca cosa por no decir que no se nada, pero si algo me queda claro es su gran capacidad para encontrar el peligro y correr inocenetmenete hacia el, como yo toda la vida.

Empieza a llorar de nuevo, asustado y pongo mi nao tras su pequeña esplada en e intendo de arrullarlo sobre mi pecho. El cofre de cristal esta hech pedazos ene el suelo y producto de ello todo lo que habia dentro syo se ha esparcido por e suelo, el corazón me palpita muy raido, si Laika se entera de que estuve usmeando en su recamara va a definitivamente acabar conmigo.

Mi corazón simula detenerse, cuando, no se si para mi suerte o mi desgracia, me doy cuenta de que no es su cuarto. Las fotos de Cypriam ahora entan por el suelo, muchas de ellas, por bajo las jyas qe vienen y ban sobre la madera.

Trato de apartar todo de en medio con una sola mano para visualizarlo mejor y mis palpitación amenanzan con engullirme. Siento fueria en el cuerpo y melevanto muy rápidamente, dejando todo justo como esta, sin que realmente me importe, juro que hasta mi vsta se ahce borroza y que un punal se caba de clavar en mi esplada.

Cuando escucho la puerta delnera abrirse me ladeo de golpe y salgo de inmediato, serranco silenciosamente detrás. Laika sube a sancadas las escaleras a escuchar a su hio llorar.

―¿Qué ocurre bella dirmiente? ―me pregunta con calma mientras le doy a su hijo, Dashiel me mira por detrás y junto a el lo hace Cyrpriam. Lo fmino con la mirada.

La puerta principal se vuelve a abrir, de pronto los tres están paraliados solo mirando como amenazo con estallar en cualquier momento.

―Lamento la demora, pero el mercado esta mas ejos de lo onveniente ―)))aparece cn una gran sonrisa y al verme me sonríe aun mas ―oh dulzura, tu eres la que debe estar mas ahmbrienta ―siento, pero sin dejar de mirarlo a el y sus mentirosos ojos erdes.

Soy la unica en comer en la meseta de la cocina, al fin al cabo a ))) se e ha hecho muy tarde preparando la cena asi que engulllo todo como si fuera la primera vez que como algo en toda la vida, y ralmente me siento como si asi fuera. Desde donde estoy puedo ver a Laika y a Dashiell, se han quedado dormidos en el sofá mientras que la televisión aun esta encendida ))) se llevo a Amenadiel hace un rato para que dermiera y por mi parte dormir no es aglo que crea voler a querer en un largo tiempo.




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