El Oscuro Daradise

Capítulo 14

El señor José camina tras de mí, su mirada grita lujuria por todos lados, algo en mi interior se revuelve en solo pensarlo. Pobre, no sabía lo que le esperaba.

Terminamos de subir las lujosas escaleras, tomo su asquerosa mano y lo guío hasta el cuarto que me indicaron los chicos. Al entrar a la gran habitación de color blanco lo tiro en la cama, al hacerlo los chicos escuchan el sonido y salen del baño. El señor se sorprende, pero al notar que son ellos relajan su semblante.

—Otra vez us….. — No pudo terminar la oración cuando Remus inesperadamente tomó su daga y cortó la yugular del hombre.

La sangre lo salpica ligeramente, y las sabanas también blancas quedan manchadas de un rojo carmesí, haciendo que luzcan más preciosas. Remus por otra parte solo se hace indiferente a la situación y solo quita sus guantes. Me sorprendió que ellos utilicen el método de los guantes, es bastante ingenioso.

—¿Podemos irnos? — Cuestioné de repente, sorprendiéndolos un poco.

—Ashton, encárgate, yo y ella tenemos asuntos que resolver. — Ashton no dice ni una sola palabra, solo comienza a limpiar todo.

Siento como Remus toma mi mano, siento una ligera sensación de cosquilleo al sentir su tacto, no le tomo importancia y dejo que me guía a la salida. No entiendo a qué se refería con asuntos, no creo que sea un asunto ir a dejarme a casa, ¿o sí?

Comenzamos a bajar las escaleras hasta llegar a la gran puerta de la salida, el guardia que se encuentra custodiando esta nos abre, para que podamos salir de aquella gran casa.

Caminamos hasta el estacionamiento, me abre la puerta de copiloto, y luego da la vuela para montarse y conducir.

—¿Deajrás a Ashton solo?

—Él sabe hacerlo perfectamente solo, tú y yo debemos hablar.

—¿De qué exactamente? — un ligero suspiro de escapa de mis labios. Lo único que me apetecía en este momento era llegar a casa, sentarme en el sofá a mirar una película mientras me tomo una taza de té hecho con canela.

—¿Qué fue lo qué pasó con el abuelo, te dijo algo que te incómodo?

Niego en respuesta.

—Solo olvídalo, quiero llegar a casa. — Dicho eso se centra en el camino a casa.

En la carretera no se ve pasar ni un solo auto, solo estamos yo y él, rodeados por un bosque bastante oscuro. Nunca me ha dado miedo la oscuridad, pero desde muy pequeña pensaba que en algún momento saldría una cosa horrible de ese bosque, y esa cosa iría tras de mí.

De hecho, también solía pensar que un monstro saldría de bajo de mi cama o del armario, pero pronto comprendí que los verdaderos monstros no se ocultan, muchos de ellos caminan entre nosotros y ni cuenta nos damos.

Hay veces que hasta vives con uno.

Aparto los pensamientos, no tengo ganas de los recuerdos vuelvan a mí. Me dedico a observar el camino, pero durante el trayecto no hubo nada interesante. Pasaron los minutos y llegamos a casa.

Se estaciona en frente, luego solo se dedica a verme a los ojos. Esos bellos colores que poseen no los alcanzo a ver por la oscuridad del auto, pero estoy segura que se han de ver preciosos.

—¿Quieres que me quede contigo? — Preguntó con una sonrisa.

—No.

—Sé que tu madre nos está, no quiero que te quedes sola. — Mencionó justo cuando estaba abriendo la puerta del auto.

—¿Cómo lo sabes?

—¿Recuerdas que tengo ojos vigilándote en todo lado?

No respondo nada, solo me debajo de la camioneta. Él hace lo mismo, trato de correr hacia la puerta, pero me toma de la cintura y me lo impide.

—Suéltame. — Ordené, hizo caso omiso.

—Hasta que me des un beso. — Él cierra sus ojos y acerca su rostro al mío, lo esquivo.

Justo en ese momento escucho unos lamentos dentro de la casa él me vuelve a ver a los ojos un poco extrañado también, mis pies casi que se movieron solos hacia la puerta de la casa. La abro, y lo primero que me recibe en un piso todo lleno de barro y restos de sangre, mis ojos se abren en sorpresa.

Salgo de mi trance cuando vuelvo a escuchar los lamentos, camino hasta el comedor, allí me encuentro a mamá bajo la mesa, llorando desconsoladamente. Sin pensarlo mucho me agacho para sacarla de ahí, ello me ve con sus ojos llenos de lágrimas. Noto que su ropa está destrozada, llena de barro y sangre ya que tiene unas cortadas en su piel, veo que unas un poco profundas.

Escucho unos pasos acercándose. Supongo que es Remus, y no me equivocaba. Él se queda viendo bastante atento el suelo, tratando de descifrar algo, segundos después levanta la mirada hacia la puerta de vidrio, la cual se encuentra totalmente rota, y los restos de esta se encuentran en el suelo lleno de suciedad.

Levanto a mamá de suelo, y la siento en una silla del comedor. Me agacho para que me pueda ver a los ojos, ya que tiene la cabeza agachada.

—¿Mamá qué fue lo que pasó? — Pregunté en susurro, se le sale una lágrima al escuchar mi pregunta.

—Vendrá por ti, también por mí. Nos matará, ese es su objetivo. — Contestó en otro susurro.



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En el texto hay: asesinatos, asesinos, romance

Editado: 19.01.2023

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