El Oscuro Daradise

Capítulo 4

Remus

 

Escucho sus gritos de súplica por piedad, la cual no tendré. Un ligero charco de sangre se forma en el suelo, y una que otra gota minúscula cae en mi zapato. Él me observa con verdadera angustia en sus ojos, ocasionando que algo en mi interior se encienda, me prende el hecho de saber que su vida depende mí, pobre y yo he decido acabarla. Corto uno de sus dedos, observo un su dedo caer al suelo, él lo ve aterrado, pero no suelta ni un solo grito porque sabe que es peor, o bueno la tortura será peor de lo que ya es. En un momento inesperado y desprevenido para él, clavo mi cuchillo en su corazón, ocasionando que muera inmediatamente por las repetidas veces que lo hice. Su pecho a quedado destrozado por mí. Tristemente él no entendió mi advertencia, solo se lo tomo como un juego; grave error diría yo, porque conmigo no se juega.

Observo mi camisa, ha quedado manchada, pero no le doy importancia. Desato el cuerpo de la silla, lo coloco en mi hombro y me dirijo hacia fuera del hospital abandonado. Este lugar normalmente es perfecto para mis hazañas, queda en las afueras del pueblo y normalmente nadie pasa por acá, pero hago excepción por mí y mis hermanos, ellos también utilizan este lugar. Después de pasar unos cuantos pasillos viejos, con mucho polvo y paredes despintadas, logro salir al exterior. En el cielo apenas se están colocando los colores del amanecer, todo está tranquilo y se escucha solo los cantos de los pájaros. Camino unos metros por la vieja y solitaria calle, lo hago hasta llegar a un viejo que callejón en medio de los árboles gigantescos, este callejón va hacia un canal viejo y extraño del hospital. Supongo que aquí era donde tiraban a la gente después de morir o algo así, dejo tirado el cuerpo de aquel chiquillo que no hizo caso a mis advertencias, fue un trágico final, pero se lo merecía. Estoy seguro que en este lugar nadie lo encontraría, ya que hemos dejado aquí varios cuerpos, y no han sido encontrados.

Salgo de aquel lugar, camino por la solitaria calle unos minutos hasta llegar a la camioneta negra de papá, esta estacionada dentro de unos cuantos árboles que la cubren para que no se vea a simple vista. Abro la puerta y me adentro en ella, dispuesto a tomar camino a casa. La enciendo y salgo del lugar. Observo los árboles pasar por mi ventana, también diviso que me voy adentrando a la niebla que envuelve el pueblo. Conduzco por las calles del pequeño pueblo en medio de la nada, no hay ni una sola persona, a excepción una chica de cabello castaño que corre por las calles, al parecer está haciendo ejercicio, su cuerpo se me hace muy conocido al de ojos verdes, y mis sospechas son ciertas. ¿Se sentirá bien? ¿Por qué corre a estas horas? Al parecer no sabe el peligro que corre, pero a como es sé que no le teme a nada, y menos después de la pelea de ayer en la tarde. Nadie nunca se había atrevido a llevarme la contraria, y ella fue la primera en hacer, consiguiendo que algo en mi interior se despierte. Esa chiquilla tiene muchas agallas, de echo el carácter que las agallas que le han faltado a muchas personas en mi vida. Ojeo su cuerpo, nunca he sido de fijarme en el cuerpo de mis víctimas, porque ella es eso, una víctima más de mis encantos. Es alta, cabello un poco largo, delgada y tiene un lindo cuerpo, o bueno yo lo considero así, y no se diga de su rostro, esos ojos verdes que cautivan a cualquiera, todo de ella es bello de hecho. Es muy atractiva, pero eso no fue lo que logro captar mi atención. Veo como la dejamos atrás, me adentro en una entrada que va a dar al bosque, mi casa se encuentra justo en medio de un bosque en donde han ocurrido atrocidades extremadamente terribles. Miro la mansión blanca con sus portones grandes a lo lejos. La casa está tranquila, <<extraño>> pienso. Normalmente la casa se mantiene en caos completo gracias a mis hermanos y los gemelos, los cuales son mis primos.

Los grandes portones se abren, dando paso a la camioneta para poder entrar, la estaciono frente a la casa, y me debajo de ella. Las puertas blancas se abren, del interior de la casa sale mi madre, con unas ojeras increíbles. Al parecer no paso buena noche.

—¿Dónde estabas? — preguntó, con evidente enojo.

—No es tu problema. — Digo, la esquivo para poder entrar a la casa.

 —Claro que lo es, eres mi hijo. — Declaró, como si no fuera evidente para mí.

—Eso no quiere decir que te tengas que preocupar por mí, soy mayor de edad y sé cuidarme solo.

—No es solo eso, Remus, ve como vienes. Estas todo lleno de sangre, sabes que no puedes estar asesinando a las personas solo porque se te antoja, y lo sabes bien. — Añadió, en sus ojos puedo observar cierta preocupación, y eso me enfurece, se lo he dicho no se ni cuantas veces.

—Adiós. — Me despido, subo las escaleras hacia mi cuarto y cuando estoy a la mitad de ellas le escucho gritar.

—Algún día me mataras, Remus. — Sonrío con diversión pura. — ¿Qué les pasó a ustedes dos? — <<Los gemelos>> Pienso.  

*

Todo está lleno de telarañas y polvo, cada escalón que bajo va aumentando. ¿Hace cuánto no entro aquí? A como están las escaleras para llegar a el, no me quiero ni imaginar cómo está por dentro. Quizás te estás preguntando de que hablo, estoy hablando del cuarto de torturas, este cuarto no se usa desde hace meses, antes se utilizaba para mantener nuestras víctimas, papá dice que somos diferentes a todos, y ya lo creo, no cualquier persona asesina por gusto; mi punto es que esto fue creado para que no corriéramos riesgo en otra parte. Papá vivió por una casa vieja aquí cerca de la mansión y durante años estuvo corriendo riesgo porque lo descubrieron, y nuestro abuelo tuvo que huir a otro pueblo con él, y bueno como pueden notar regreso aquí. Juro que a nosotros ni nos pasaría lo mismo, pero nosotros a diferencia de él, somos más inteligentes.

Abro la puerta y la luz automáticamente se enciende, dando a mostrar todo lo que el cuarto contiene dentro, todo está en su lugar. Las dagas de diferentes tamaños, los alfareros y los otros instrumentos de tortura; como dije todo está lleno de polvo y suciedad. <<Tendré que mandar a alguien de servicio a limpiar>> pienso. Este lugar lo utilizaré pronto, o quizá hoy mismo. Subo apresuradamente las escaleras hasta llegar a la cocina, ya allí, diviso al señor Archer, él sabe el pequeño secreto de la familia y sé que no le sorprenderá lo que hay en ese cuarto.



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En el texto hay: asesinatos, asesinos, romance

Editado: 19.01.2023

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