Me quedé quieta, no podía moverme. Sentía como si alguien me estuviera mirando, aunque no había nadie más en la sala.
Volví a mirar la carpeta, no quería leer más, pero algo me empujaba a seguir y en ese momento note algo raro....la última hoja que decía: "fecha de desaparición prevista", ya no estaba. ¡La carpeta estaba vacía!
—¿Qué....? —susurré, sintiendo cómo se me enfriaba el cuerpo.
Volví a mirar alrededor, todo seguía igual, oscuro y frío...pero algo había cambiado. Y en ese instante escuché un "clic"....era la puerta por donde yo había entrado, se había cerrado sola. Corri hacia ella y traté de abrirla pero fue demasiado tarde y se trancado.
— ¡Señora Lucy!, ¡Hola!, ¿Hay alguien ahí? — grité.
Nadie contesto.
El silencio era tan fuerte que me dolían los oídos, me di vuelta para volver a los estantes, pero ya no estaban. Las paredes eran de piedra ahora, y en vez de estantes eran espejos viejos; me mire en uno...y no ví mi reflejo.
Vi a una niña con mi cara, pero más chica.... lloraba y decía:
— ¡Mamá!...¡No me dejes otra vez!
Di un paso atrás, asustada....Y derrepente ¡Chas!, se rompió el espejo solo. Caí al suelo, y lo último que escuché fue una voz muy baja:
—Mara... aún no es tu hora. Pero pronto.
Y todo se volvió oscuro.