El oscuro secreto tras las cartas

CAPITULO 9

De alguna manera me sentía sucia, acababa de enterrar a alguien. A una persona que conocí. A alguien que jamás se burló de mí. A un chico bueno.

Salí de mi habitación, entré al gran baño con piso de mármol, me desvestí y entré en la ducha, abrí la regadera y un torrente de agua fría impacto en mi rostro, recorrió con rapidez todo mi cuerpo causando un terrible escalofrío. Perdí la noción del tiempo, me quedé ahí parada con el agua cayendo sobre mi, mientras miraba una esquina de la ducha y en mi mente pasaban las imágenes de Dustin muerto.

Al salir me vestí rápido e impacientemente esperé a que fueran las 11:00 de la noche para ir al inicio del bosque.

Aleister era muy extraño, la oscuridad que creí que lo rodeaba era aún peor, no me asustaba, algo en mi interior quería averiguar más, era una curiosidad asaz. Todo aún era confuso, a pesar de que ya sabía que la persona que quería matarme conoce a Aleister no contaba con más información, literalmente estaba en blanco.

Entré al cuarto de utilería y comencé a mover las cajas intentando encontrar alguna pala, di un paso adelante, en ese instante el palo de una pala impacto contra mi nariz. Me desorienté y caí de nalgas, la nariz me palpitaba horriblemente, maldecí hacia mis interiores por ser una tremenda estúpida y no fijarme en donde pisaba. Al terminar de insultarme mentalmente me paré y tomé la pala.

Salí con cautela de la casa intentado hacer el menor ruido posible para que mis padres no se dieran cuenta de que salía en las noches. Saqué mi celular de uno de mis bolsillos y encendí la linterna, bajé la costa baja con mucho cuidado y crucé el arroyo con éxito, por un momento de verdad pensé que me caía.

Al estar a unos metros del inicio del bosque vi la figura de Vania erguida junto a un árbol.

- ¿Era necesario venir hasta aquí? -preguntó mientras se cruzaba de brazos.

-Sí, era estrictamente necesario venir hasta aquí, así que ven y sígueme-respondí mientras me adentraba en el bosque.

Todo era muy silencioso, se podía escuchar claramente mi respiración y la de Vania, las ramas crujir en el momento en que las pisábamos y los sonidos de los insectos.

- ¿Por qué demonios traes una pala? -preguntó confundida y exaltada-. No venimos a matar a nadie ¿O sí?

Yo seguí caminando y respondí-Claro que no, tu sígueme.

Reconocí el suelo enseguida, porque a pesar de que no había mucha diferencia se podía notar que había tierra suelta. Pare enseguida y comencé a excavar, metí un poco la pala, después la encaje aún más con mi pie y saqué la tierra, así una y otra vez hasta cansarme.

- ¿Qué estás haciendo? -cuestionó acercándose a mí.

-Es una larga historia, descubrí de la manera más horrible que Aleister es un psicópata-respondí mientras seguía concentrada en lo mío.

- ¿Aleister? -inquirió confundida.

Ahí recordé que aún no le había contado todo a Vania.

-Aleister es el nombre de moradin. Resulta que descubrí que él es un psicópata-expliqué.

- ¿Qué tonta broma es esta? -preguntó incrédula detrás de mí.

-Sabía que no me creerías por eso te traje hasta acá, ayúdame que ya me cansé-pedí brindándole la pala, para despues limpiar el poco sudor que corría por mi rostro.

La tomó sin rechistar y comenzó a cavar, mientras yo aluzaba con mi celular.

-Aquí hay algo-comentó y enseguida me acerque.

Al asomarme me di cuenta que el cuerpo de Dustin ya no estaba, en su lugar estaba un sobre igual a los que había recibido. Salté en el hoyo, tomé la carta y con ayuda de Vania volví a subir.

Examiné con detenimiento el sobre y era idéntico que los anteriores solo que ahora sí tenía remitente.

De: Aleister Moritz

Para: Regina Robinson

¿De verdad creías que encontrarías lo que buscabas? ¿Por qué me tomas? ¿Por un retrasado? No juegues conmigo porque te puedes quemar.

Solté un grito de frustración lo que hizo que Vania se sobresaltara.

- ¿Qué te pasa? -preguntó confundida, mientras se acercaba a mí.

-Pasa que aquí debería estar el cuerpo de Dustin-respondí mientras señalaba al hoyo y proseguí-, pero no está, él se lo llevo.

-Me estas asustando, ¿De qué demonios hablas? -inquirió mientras me tomaba de los hombros y me sacudía exigiendo una respuesta.

-Aleister mato a Dustin y yo le ayudé a enterrarlo-respondí con simpleza.

-Definitivamente estas completamente loca, ahora eres una criminal, es que de verdad que sí eres estúpida. Te aseguro que te van a arrestar e iras a la cárcel y en el juicio no podrás apelar y sabes qué, mientras tu estés en una celda de dos por dos Aleister estará riéndose-farfulló mientras comenzaba a caminar de un lado a otro, eso era lo más común en ella.

-Tranquila, te va a dar un infarto.

-Yo me voy, un día me vas a matar de la preocupación.

Me dejo ahí en medio del bosque. Regresé a casa y tuvé que ingeniármelas para volver a meter la pala al cuarto de utilería sin que mis padres se despertaran, después me cambie y me metí a la cama.

Ya no había más gritos, se había hundido,

la corriente había ganado una vez más.

Las risas resonaban, aumentaron mucho más,

la felicidad y satisfacción era mucha.

Desperté empapada en sudor, con el corazón acelerado y un horrible nudo en la garganta. Otra vez la pesadilla. Otra noche sin dormir bien. Otro día sin saber que significa.

Recuerdo que un día les pregunte a mis padres sobre la pesadilla, pero me dijeron que no tenían ni idea de lo que significaba.

- ¿Qué harán hoy? -les pregunté a mis padres.

Era domingo por lo que mi padre tenía un día de descanso en el trabajo.

-Iremos con los Miller, ¿Vendrás con nosotros? -preguntó mi madre enfocando sus azules ojos en mí.



#6471 en Thriller
#3570 en Misterio
#2550 en Suspenso

En el texto hay: asesinato, psicopata, psicopatia y secretos

Editado: 28.07.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.