El oso

Capítulo 7

Me hizo bien hablar con mi tía, era una mujer con una gran experiencia y que había luchado toda la vida contra el machismo y el que dirán de su época y también de esta época. Era muy diferente a mi vieja, por eso vivían peleando más allá del gran amor que se tenían. Yo fui, de alguna manera, criado por las dos. Papá estaba poco en casa, así que ellas me criaron, por eso yo me desarrollé con una gran sensibilidad, más femenina que masculina. Yo me sentía diferente en todos los grupos que había integrado, fuera colegio, club, gimnasio. Siempre hubo cosas de los demás hombres que nunca pude comprender, no entendía esos arquetipos que manejaban. Para ser “hombre” debías ser mujeriego, noctambulo, tener algún tipo de exceso, y yo era totalmente diferente. Obviamente que al ser diferente, con lo primero que me embromaban era con que era gay, pero nunca me molestó porque yo estaba seguro de mi sexualidad, fuera la que fuera no me molestaba y por esa razón rápidamente se fue disipando ese “chiste”. Aparte cuando yo hablaba de esos temas era tan claro que nadie me podía refutar. Para mí la libertad era lo único importante y no me importaba con quien se acostaba o no cual o tal persona, me parecía como un chusmerío estúpido. Ahora a mi edad nada de eso me planteo ni me lo pongo a pensar, solo saco a relucir lo que pienso cuando escucho pavadas grandes, mientras tanto que cada uno siga su camino. A veces no es bueno intentar abrirle los ojos a cierta gente, no “avives” giles, decían en una época.

Me costó despertarme a la mañana siguiente, casi ni dormí. Cuando llegué a la oficina con Jorge, nos encontramos con Mariel charlando animadamente con Copitelli. Yo no sé cómo había  hecho ese hombre para levantarse de la cama y ya estar en el trabajo. Mariel estaba exultante, todo lo que decía Copitelli le daba gracia. A nosotros nos saludó maquinalmente, creo que no se dio ni cuenta de quienes éramos.

 

  • Isi, me parece que perdiste como en la guerra. Esta mina está muerta con el borrachín…
  • Sí, por lo visto no hay mucho que hacer. Bueno, solo esperar…
  • ¿Qué vas a esperar? Ya fue, hermano. Vos sabés que te quiero, pero no voy a dejar que hagas boludeces. La mina ayer acudió a vos para que te lleves al punto que estaba en la casa chupado…no seas bobo, Isi.
  • En eso tenés razón, pero al menos me queda la satisfacción de que acudió a mí porque tiene un buen concepto de mi persona. El grupo de WhatsApp del trabajo tiene como treinta personas y ella me eligió a mí para que la ayude…
  • ¡Si, sos el elegido! Sos como Israel, el pueblo elegido. ¡Dejate de joder!
  • Ves que sos un nabo…encima me cargás…
  • Te cargo para que abras los ojos. Vos no tenés que esperar nada. ¡Mirá la facha que tenés! ¡Mirá la facha que tenemos! – mientras Jorge desfilaba como si fuera un modelo en una pasarela –
  • ¡Uffff! Si fuera todo tan fácil como para olvidar a alguien solo teniendo la voluntad de olvidar…no es así, Jorge.
  • Ya lo sé que no es así, yo todavía sigo recordando a Norita, pero hay que ponerle huevos. – los ojos se le llenaron de lágrimas a Jorge –
  • Bueno…bueno…tenés razón. Hoy es viernes y vamos a reventar la noche.
  • ¡Ese es mi amigo! Hoy no nos para nadie, lo único que espero es que la noche no nos reviente a nosotros…

 

 

Me hizo bien hablar con Jorge. Tenía razón en todo lo que me había dicho. Mariel estaba enceguecida con Copitelli. Lo único que no entendía era el juego que hacía conmigo. Yo le había dicho que me gustaba, me dijo solo amigos y …ese mensaje de anoche para que la ayude…no me cerraba demasiado…

 

  • ¡Isi! – me sacó de mi abstracción Germán, otro compañero de la oficina –
  • Germán. ¿Cómo andás?
  • ¡Esplendido como siempre! ¿no me viste? – puso sus manos en la cintura y movió un poco sus cadera –
  • ¡Ja! Sí, vos siempre estás elegante. Eso nadie te lo puede negar.
  • ¿Estás coqueteando conmigo o me parece?
  • ¿Estoy siendo tan obvio, Ger?
  • ¡No me digas Ge que me ponés como “loca”?
  • Bueno, vamos al grano. ¿Qué necesitás?
  • A vos, Isi…bueno…hablando en serio. Acá te dejo anotado un par de informes que necesito. Son de empresas de telas. Vamos a ver si sale la exportación. Me vendría bien.
  • Dale, Ger. Ya te lo saco.
  • Y...un consejo…
  • ¿Qué?
  • El que se acuesta con niños…ya sabés…esa pendeja es una forra. Te va a volver loco. Salí, divertite. Dejala con ese Chupitelli que así le va a ir…
  • ¡jajajajjajajajaja! Chupitelli…

 

Germán era un buen tipo. Muy trabajador y muy preocupado por su aspecto físico. Iba al gimnasio, hacía dieta y vestía a la moda. No dajaba nada librado al azar. Lo único era que no daba puntada sin hilo, estaba a la búsqueda de levantarse cuanto tipo se le cruzara, yo incluido, no discriminaba para nada. Igual yo sabía que conmigo era todo joda, él sabía que  nunca iba a acceder, ya era como una broma clásica. Y la verdad que tenía razón lo que me había dicho, tenía que salir a divertirme. El día se hizo medio de goma, al terminar la jornada fuimos con Jorge a tomar algo cerca del trabajo. Era un lugar tranquilo pero en el que había bastantes oficinistas como nosotros, y la mayoría eran mujeres. Cuando estábamos concentrados charlando de nuestras cosas, sentí una mano amistosa en mi hombro.

 

  • ¡Muchachos!

 

Era Copitelli.

 

  • Copitelli. ¿Qué hacés?
  • Vengo a tomar algo con mis mejores compañeros de la oficina, los mejores del mundo mundial de todos los tiempos – Copitelli visiblemente borracho –
  • ¿Qué chuspaste, Copi? – preguntó Jorge con un leve tono burlón que no fue percatado por Copitelli debido a su grado de beodez –
  • ¡Qué no chupe, amigo mío! Empecé con un vinito al mediodía y después…que se yo…me olvidé…pero…no me van a discriminar… ¿No?
  • No, Copitelli. ¿No salía hoy con Mariel? – pregunté sin anestesia –
  • Si…si…shhhh – poniéndose el dedo índice perpendicular a los labios, gesto universal de pedir silencio – la dejé por ahí…no miren para atrás – Jorge y yo al unísono hicimos todo lo contrario a lo que nos pidió: miramos por detrás de Copitelli – Les dije que no miraran…muchachos, ustedes son medio verdes…



#43823 en Novela romántica
#7042 en Chick lit

En el texto hay: amor, amistad, amor de familia

Editado: 27.07.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.