Un joven dolor...

Capitulo 10

Continúa narrando...

Tras haber dejado a los conejitos en el suelo nos movimos a la otra esquina, me dio una pala y me señaló un árbol, sólo hizo falta eso para saber que hacer.

Me acerqué al árbol, y de un solo movimiento tire el árbol, y solo me quede viendo cómo caía a mi lado derecho, movió levemente mi cabello, escuche un lento movimiento a mi lado izquierdo y moví suavemente mi rostro a la izquierda y vi que aquellos conejitos que una vez se me habían acercado comenzaron a retorcerse en el suelo, vi claramente como a uno de ellos se le empezó a separar la piel, la carne que se veía era como músculos creciente, su cuerpo comenzó a separarse, sus brazos comenzaron a alargarse, al igual que sus piernas, sus orejas se separaron en dos y se retorcían, de en medio de estas comenzaron a salir unos cuernos como los de una cabra, su hocico se alargó como el de un lobo, sus ojos se volvieron de color rojo brillante, de su pecho comenzaron a salir huesos que lo cubrían en un tipo de armazón que cubrió hasta su espalda.

Un conejito que intento levantarse, en ese instante tomo al podré conejito de su cuello mordiendo fuertemente, luego con  una de sus garras sujeto su cuerpo y lo separó de su cabeza, el cuerpo comenzó a sangrar, se quedó quieto por unos segundos, pero luego comenzó a  moverse y a retorcerse, tras eso comenzó a crecer, su pelaje su volvió rojizo con toques negrisos, y comenzó a crecerle una cabeza  dividida en dos, sus dientes no eran los de un conejo eran los de un lobo en casería, sedientos de sangre.

El resto de los conejitos comenzaron a cambiar, cada uno me miraba con irá, con ansias de asesinarme, me voltee para verlos de frente y cuando vi al hombre que me salvó solo dirijio su mirada rápidamente a los conejitos volviendo a mí, y solo me sonrió.

Me diriji a aquellas bestias, uno solo me miro, abrió su boca y de esta saco una lengua gigantesca, que intento atraparme, pero antes de que pudiese tocarme, sujete su lengua en frente mío y la jale, cuando su cuerpo estuvo cerca golpee su cuerpo haciéndolo rebotar hacia sus otros compañeros, sentí que algo comenzó a trepar por mi pierna, era una pequeña criatura que no había cambiado de forma, me vio con miedo y se aferró a mí pierna, y vi como una de esas bestias se abalanzó hacia el conejito, pude llegar a escuchar que uno de ellos dijo:

- ...traidor...

El conejito solo ocultaba su rostro en mi pierna, tome en brazos al pequeño conejito y me miro con una mirada de calma, volví a ver a esas bestias y vi como una de ellas comenzó a retroceder y se quedó atrás.

Comenzaron todos a dirigirse hacia mí, solo extendí mi brazo hacia adelante, vi como sus cuerpos comenzaron a separarse, cortándose, terminando en el suelo, algunos se mantenían con vida y solo se retorcían en el suelo intentando juntarse nuevamente, pero un fuego abrasador los consumió, hasta convertirlos en cenizas, sus gritos de agonía me hacían sentir tan bien. Ni me había dado cuenta pero una sonrisa se había formado en mi rostro, esta matanza me había gustado!, el hecho de ver cómo se retorcían, fue una vista tan esplendorosa.

Cuando las llamas comenzaron a bajar su volumen, alcance a ver detrás de las llamas a la bestia convertida nuevamente en un conejito adorable que cubría sus ojos con sus orejas.

Comencé a caminar de entre las llamas, voltee a ver al pequeño conejito que tenía en brazos, me veía más tranquilo, acurrucado en mis brazos, continué caminando entre las llamas hasta que llegue al conejito lo tome y lo puse en mi brazo, y voltee a ver al hombre, y solo me vio y sonrió diciendo:

- bien hecho, encontraste a tus protectores, estarán con tigo siempre, nunca te abandonaran, tu alimentaras su poder y ellos el tuyo.

Solo pude sonreír y volví a ver a aquellos conejitos, me diriji a el y solo pude decir una palabra, que más que una palabra era un compromiso, era un sello, una marca que me había hecho, y era tan simple y tan seria que hizo temblar la tierra:

- Gracias.

En cuanto dije esa simple palabra, sentí como algo me quemaba en la mano izquierda, moví mi mano para saber que era lo que me pasaba, y fue así como pude ver que una marca se dibujaba en mi mano, pero esa marca no era lo suficientemente dolorosa para quejarme de esta.

Comencé a caminar hacia él y lo único que hice fue mostrarle mi mano y el con una sonrisa me mostró su mano derecha y vi que en su mano se dibujaba una marca idéntica a la mía, y entendí que estaríamos unidos por estas.

Comenzamos a caminar juntos, hacia la casa, comenzamos a conversar, me empezó a comentar que al igual que yo, el había encontrado a alguien y este le había enseñado todo lo que el sabía, y que ahora me lo enseñaría a mi.

Le pregunté que fue lo que le había sucedido a su maestro, ya que hací lo llamaba, me contó que un día que ellos estaban en el bosque descansando unos hombres se acercaron a su maestro y con un alambre metálico comenzaron a cortarle el cuello y este al no poder salvarse, le aviso para que pudiera salvarse pero fue cuando le cortaron la cabeza el decía - cuando me di cuenta de los avisos ya era tarde, solo al darme cuenta de la muerte de mi maestro fue que corrí y ese día me di cuenta de que los humanos solo destruyen, lastiman y matan a todo lo que temen...

-Me dijo  eso agachando la cabeza y pude ver como una pequeña lágrima comenzó a bajar por su mejilla me acerque a el y bese suavemente sus pestañas entre abiertas, sentí como la tranquilidad invadía su dolor, me aleje lentamente y lo mire con una sonrisa, el solo me vio sorprendido y me sonrío con tanta tranquilidad, llegamos a la puerta, el abrió la puerta para que entremos.

Tras un rato me atreví a preguntar:

- que son estas criaturas?
- son animales semi demonios angelicales, su trabajo es encontrar a su amo ideal y solo a el temen y obedecen, solo a el socorren auxilio, solo a el le muestran su debilidad.
Esos dos conejitos te mostraron su debilidad, y su miedo, los otros te desfiaron e intentaron matarte, recuerda que uno de ellos se dio cuenta de ti al último, las dudas que ellos tienen son obvias ya que si no lo notan a tiempo pueden perder a su amo.