El Pacto

Capitulo XI

Una mañana después de un mes de los eventos ocurridos, una chica tocó la puerta, Nick más dormido que despierto abrió la puerta, y vio una maravillosa obra de arte, una chica de ojos negros y profundos, cabello crespo y sin peinarse, de piel india y extenuante figura, perfecta sonrisa, sin error alguno en su físico, la reencarnación de la perfección. La mujer se asombró al ver los símbolos del brazo izquierdo de Nick y dijo – vaya – tomó el brazo de éste, él se sorprendió - ¿qué haces? – Ella lo miró, lo soltó y con un poco de pena contestó – lo siento, ¡es que es hebreo!, nunca había visto un tatuaje tan perfecto, parece una marca de nacimiento – sus ojos brillaban mientras decía – es hermoso –él se sintió incomodó, ella lo notó, se mandó la mano a su cabeza – lo siento por incomodarlo vecino, mi nombre es Sandra, Gutiérrez, para servirle – sonrió – en lo que quiera – se puso roja – ¡oh! Eso no sonó como quería – Nick la miró rayado y con una seriedad que aterraría a cualquiera dijo – bueno señorita que pena ser tan mal educado, pero tengo cosas que hacer – él se dispuso a cerrar la puerta, en eso ella metió el pie y no dejo cerrarla, - espere – él la miró – dime entonces lo que quieres, no des tantos rodeos – ella agachó su cabeza y de repente la levantó rápidamente a la vez que gritaba lo más duro que se pudieran imaginar – ¡Es que pedir eso da vergüenza! – Los vecinos de los otros apartamentos abrieron la puerta por los gritos, Nick al ver esto la jaló y cerró la puerta - ¿qué te pasa? ¿Acaso estás loca? – Nick no se había dado cuenta que al jalarla sin querer le había puesto una de las manos en el trasero, Sandra estaba rojiza – ¡ay!, no hagas eso, que nos acabamos de conocer – Samantha vio tal escena y pujó – señor Nick ¡¿qué crees que haces?! – Nick se dio cuenta y soltó a la chica – no, no creas lo que es; digo no es lo que crees – Sandra cacheteó a Nick - ¿por qué me tocas el trasero?, ¡pervertido! – Nick se alejó de la chica y se acercó a Samantha, la cual estaba celosa pues ella también se percató de lo hermosa que era esta chica; Nick le tomó la mano a Samantha la miró y dijo – sabes que yo nunca te engañaría – Samantha lo miró – una vez prácticamente lo hiciste – Nick agachó la cabeza – lo siento, pero esta vez lo juro, que no volveré a hacer nada semejante a eso – Samantha soltó a Nick y se acercó a la chica juzgándola – y ¿qué es lo que quieres señorita? – Sandra sonrió de la pena que la invadía – lo siento por hacer malentendidos, me suelo dejar llevar por la situación y empiezo a actuar y decir cosas estúpidas, pero le juró que yo no haría esas cosas pervertidas que se imagina que haría con su novio, no haría que me diera por todos lados, no trataría que me sodomizara, no quisiera que me hiciera gritar ¡aleluya! mientras follamos y no trataría de convencerte para que se te nos uniera, a menos que tú también quisieras; perdóneme por todo lo que acabe de decir no sé porque lo dije… - Samantha la calló, - ya deja de decir tantas sandeces, y dime en primer lugar a qué has venido – Sandra ya con lágrimas en sus ojos dijo – vivo enfrente, mi nombre es Sandra Gutiérrez, vivo enfrente desde hace tres años, mi color favorito es el morado – Samantha la detuvo – no te pregunte que me contaras toda tu vida, solo quería saber por qué arrimaste – Sandra contestó – lo siento se me dificulta relacionarme con los demás y empiezo a divagar, vine a para ver si podía ducharme aquí, son los únicos vecinos que no he molestado todavía, ya los demás no me soportan y no quieren volver a verme; mi ducha se dañó y no tengo como pagar para el arregló – Nick se metió en la conversación – ¡entiendo muy bien a los vecinos! – Samantha lo calló - ¿acaso no tienes un poco de respeto?, la chica está en problemas y solo piensas en ti, me decepcionas Nick – en eso salió de la habitación Diana y dijo - ¿qué sucede?, ¿por qué el alboroto? – Samantha contestó – es que la chica necesita ducharse y no sabía cómo pedirnos el favor de prestarle el baño – Diana miró con un poco de preocupación a aquella chica, se le acercó - ¿qué le ocurrió a tu ducha? – Sandra la miró y con un poco de pena contestó – es que mi ducha se dañó y no tengo como pagar el arreglo del daño, lo siento por causarles tanto inconvenientes – Diana le tomó las manos y dijo – no hay ningún problema, puedes bañarte aquí, es más si estás sola puedes arrimar cuando quieras – los ojitos de Sandra brillaron - ¿es enserio? – Diana asintió, Samantha se rascó la cabeza y dijo – por mí no hay problema, el único inconveniente es Nick – todas miraron a Nick, el cual sintió la tensión y respondió – por mi pueden hacer lo que quieran, con tal de que no me metan en problemas todo está bien, bueno ya que se decidió, ve por tus cosas y ven a bañarte, yo seguiré durmiendo – y entró a su cuarto.




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