- No saldrás vivo de esta, demonio - digo con los dientes apretados - Te matare
Me había despertado en un lugar desconocido, con el cielo estrellado frente a mi y unos ojos rojos mirándome. Resulta que mi objetivo, un demonio cuyo nombre es Apolo, vive en Siria, en un lugar llamado Qalaat Semaan y sorpresa sorpresa, era un lugar desolado con antiguas construcciones en ruina.
Según Orión, el demonio vivía entre estas ruinas, oculto por un hechizo que mantiene a las personas alejadas. La ilusión crea un efecto espejo, ocultando su casa. Y lo único que yo tenía que hacer era conseguir llamar su atención.
Esa ropa te hacer ver mas... inocente. Solo tienes que parecer perdida, eso había dicho el demonio justo antes de dejarme sola en este lugar. Orión creía que una humana perdida en la noche en un lugar totalmente apartado de la civilización y en pijamas es totalmente normal. "Si salgo de esta, juro que lo matare"
Una piedra se clava en mi pie y suelto una palabrota. Al subir por una piedra está rasga mi piel y suelto un quejido "Dios,¿Cuánto falta?".
Llevo unos minutos más de caminata cuando lo siento. Una leve pulsación en el aire y sé que estoy cerca. Trago saliva y bajo de la piedra.
Me quedo frente a un arco de piedra de unos dos metros de alto, y cinco de ancho, se puede apreciar dibujos en sus costados, espirales que forman todo tipo de figuras. La presión en el aire aumenta. Me abrazo a mi misma, humo sale de mi boca con cada exhalación. Frío, hace mucho frío.
"Rápido, Emma, haz algo" Miro a todas partes y encogiendome de hombros me tiro al suelo y comienzo a gritar y patalear y golpear la tierra con mis puños, como una niña pequeña. "Lo que me obligas a hacer demonio" Pongo los ojos en blanco y continuo gritando. Pero nada aparece. Maldición. El frío aumenta a cada segundo.
-¡Por favor, que alguien me ayude! - grito - ¡Alguien! - me estoy congelando y las palabras salen cada vez más despacio. Comienzo a temblar incontrolablemente - Por favor - "Voy a morir" Mis extremidades están paralizadas, siento agujas bajo mi piel que comienza a ponerse de un color azulado. Mi energía está apagada, como si estuviese congelada. Mi cabeza comienza a darme vueltas y se que estoy por desmayarme.
- Niña estúpida - una voz se alza ante mí, pero son incapaz de levantar la cabeza para verlo, mis párpados pesan y me cuesta mantenerlos abiertos. Veo frente a mi, un par de pantalones de color caqui metidos dentro de un par de botas de combate negras. - Te dejaría morir, humana. Pero por desgracia... - Lo siento inclinarse hacia mí y examinarme - eres una cosita muy preciosa para desperdiciar ¿Verdad?
Me estremezco cuando me alza. El calor filtrándose por mi piel, sus manos me calientan y hacen retroceder al frío, como si pusiera una capa sobre mi. Sus manos atraen mi cuerpo al suyo y quiero resistirme pero algo me dice que no lo haga. Mi cabeza queda apoyada en su hombro y aprovecho para mirar sus rostro. Suelto el aire que contenía. Su nariz es recta y tiene una barbilla cuadrada, largas pestañas que enmarcan unos preciosos ojos violetas, sus cejas pobladas le dan un aire más salvaje y misterioso, sus labios tienes una forma muy definida, el de abajo más carnoso que el de arriba, su cabello negro, sedoso y despeinado. Lo único que arruina su rostro es un tatuaje negro que cruza su mejilla y parte del ojo, haciendo que luzca amenazador. Abro mucho los ojos "Él tatuaje".
Intento mover la mano derecha pero se encuentra atrapada entre mi cuerpo y el del demonio. Me trago las ganas de maldecir.
Él me mira de reojo y su boca forma una lenta sonrisa
- Me halagas, cariño - Frunzo el ceño "¿Halagar?" - Hace algunos segundos me mirabas totalmente embobada - Se ríe cuando aparto el rostro - No tienes que ser tímida conmigo
No respondo. "Otro idiota arrogante"
Unos minutos mas tarde siento un cambio en el ambiente y veo que cruzamos otro arco de escombros e inmediatamente se hace la luz. Me quedo sin aliento. Estamos en una habitación mas grande que mi casa, en el centro se encuentra una escalera doble que sigue hacia varias habitaciones y lo que se puede decir que es un pasillo por el lado derecho. Mas atrás hay un par de sillones de terciopelo rojo que abarcan la mitad de este lugar. A mi izquierda se encuentra una puerta de mármol con bordes dorados y sobre mi cabeza un candelabro totalmente impresionante. El mas grande que he visto en mi vida.
Él demonio me lleva a uno de los sillones y me recuesta. Mis extremidades siguen sin responderme. Su rostro aparece muy cerca del mio. Levanta las cejas
- Mi nombre es Apolo - con su mano aparta un mechón de mi frente y observa mi rostro tomándose su tiempo. "Esto se esta poniendo incomodo" - ¿Cual es tu nombre, cariño? - su voz se vuelve baja y suave. Me mira y no puedo evitar quedarme cautivada por sus ojos
- Emma. Mi nombre es Emma - digo sin pensar y sin dejar de mirarlo
Pasan algunos segundos hasta que me doy cuenta de que es lo que dije. "TONTA, ESTÚPIDA, IDIOTA" Le dije mi nombre. Suprimo las ganas de golpearme la cabeza, "¿Qué demonios me está pasando?" estoy entrando en pánico. "Tranquila, Emma, calmate o se dará cuenta". Pero el demonio parece demasiado encantado con mi rostro como para notar mi cambio de actitud. "Bien. Me preocuparé por lo del nombre luego"