Después de una charla interminable por la noche, ambas caímos en un pesado sueño. Cinco horas después me había despertado con las lamidas de Tirso sobre mi rostro.
- Ya ya - acaricio sus orejas y sonrió cuando ronronea - No pienses que te tengo olvidado, amiguito - maulla y yo río
Violet balbucea a mi lado y se mueve todavía dormida. Suspiro. Siento un peso ausente en mis hombros. Ese peso que me venía sofocando hace semanas. Hablar con ella hizo que, no solo pueda liberarme, sino que descubriera sentimientos enterrados y verdades que no quería aceptar. La miro con ternura "Gracias". Pero todavía queda una cosa por hacer.
Me levanto procurando no hacer ruido y me dirijo al armario. Después de ponerme ropa cómoda salgo de la habitación en busca de Dante. Sigo las instrucciones que èl mismo me dio para llegar a su cuarto. Buscame si necesitas ayuda.
Doblo un par de veces por los pasillos y luego me encuentro frente a una puerta igualada a la mía, con una pequeña diferencia. Símbolos de sangre, para procurar mantener el mal alejado y protección en caso de intrusos recuerdo la descripción de Dante
Levantò el puño y llamó a la puerta. Espero uno segundo hasta que percibo movimiento del otro lado. Si me concentro puedo escuchar las mantas siendo corridas y un mueble abriéndose y luego el rose de la ropa. Dante abre la puerta frunciendo el ceño y me mira con alarma, luego asoma la cabeza y ve hacia los lados. Cuando no encuentra ninguna amenaza dice:
- ¿Què sucede? - su tono es confuso
Me agarro las manos y lo miro a los ojos, lo más seria que puedo
- Hay algunas cosas que tengo que contarte
Dante frunce el ceño y sin decir una palabra abre la puerta y se hace a un lado, invitándome a entrar. Lo hago. Me paro en mitad de la habitación y encuentro que exactamente igual a la mía.
Èl se aclara la garganta y yo pongo los ojos en blanco "Chico impaciente" Voy hacia la silla del escritorio cercano y me siento. Pongo las manos en mi regazo "Bien...por dónde empezar...
~°~
Una vez que termino de contarle sobre la aparición de Aaron (y cómo llegué a conocerlo), la reunión con su abuela, las amenazas hacia Aaron, su manada y los planes que tenían Los Mayores, Dante estaba callado con una mirada consternada. Cuando reacciona se pasa una mano temblorosa por el rostro.
- Nunca pensé que ella llegaría tan lejos... - su voz se vuelve ronca - Está claro que las cosas cambiaron y su liderazgo...nos está destruyendo poco a poco - sacude la cabeza desconcertado - Pero ¿Meterse con otras especies? Eso es cruzar un lìmite. Podría haber una guerra, podría romperse la paz.
- Los Mayores -digo - Ellos quieren apoderarse de todos...no puedes permitirlo Dante - mi tono es una súplica - Si están empezando con esto, nada impedirá que vayan pronto por las personas. - la idea me horroriza con solo decirle "Sería el maldito apocalipsis"
Dante sacude la cabeza negando
- Ellos no se meteran nunca con los humanos - ante mi mirada confundida explica - Están bajo la protección angelical, seres que pueden pelear contra ellos y son los únicos que pueden ganarles. Por ello, atacar a las personas o realizar cualquier acto masivo contra su existencia y humanidad seria una declaracion de guerra a los cielos. - sacude la cabeza - Y no creo que sean tan estúpidos como para intentarlo... - aspira hondo pareciendo recordar algo - No por ahora.
Pensar que las personas están a salvo me tranquiliza un poco pero sus últimas palabras, no.
- ¿A qué te refieres con que no por ahora? - dudo no sabiendo si quiero conocer la respuesta.
Èl se queda mirando un punto lejano en la pared
- He escuchado a Adda hablar sobre un arma que Los Mayores buscan sin cesar, apareció muy recientemente. Un arma que fue capaz de sacudir el infierno. - frunce el ceño - Un arma capaz de, según sus palabras, <Acabar con la guerra> y ponerlos al mando del cielo y la tierra - pestañea - Si eso es verdad, Emma y ellos llegaran a conseguir este arma...adiós al mundo como lo conocemos.
Las piezas comienzan a encajar en mi cabeza al tiempo que siento a mi cuerpo temblar incontrolablemente y la sangre drenarse de mi rostro. "Tan claro. Todo siempre ha sido tan claro" Tengo ganas de vomitar.
Un arma capaz de sacudir el infierno. Apareció muy recientemente. Los Mayores buscan sin cesar...
Soy yo. Yo soy esa arma a la que buscan.
Recuerdo la conversación que tuvieron Badduel y Orion. Los Mayores no solo estaban interesados en mi energía. No. Ellos quieren poseerla, poseerme. Usarme como arma para ganar su maldita guerra y apoderarse del mundo.
Pero... ¿Un poder capaz de acabar una guerra? no tiene sentido, nunca, en toda la existencia del aquelarre hubo alguien capaz de hacerlo. Capaz de derrotar a un ángel o vencer a un demonio. No existe tal poder en una bruja. Los libros mostraban inequivocadamente que somos inferiores a los ángeles y demonios y que nuestros poderes se limitan a este plano. "¿Entonces qué demonios pasa?"