3. Un traidor

28 de diciembre; 11.24 p.m

Las luces rojas y azules alumbraban la casa de los Coldwell y de allí, esposada y cabizbaja, salio la hija mayor de la familia, con una expresión seria en el rostro que aterraba a cualquiera.

- Celine Coldwell, quedas arrestada por el homicidio de Holly Beckett, tienes derecho a guardar silencio y...- las palabras de la mujer que la empujaba para caminar hasta el auto dejaron de importarle en el momento en que vio a su padre abrazando a Meredith, la cual lloraba desconsolada en la entrada de la casa.

Una mirada de su hija, eso fue lo único que Richard necesitó para comenzar a llorar tal y como lo hacia su esposa. La castaña apartó la mirada en cuando vio el dolor de su padre, ella era la responsable del sufrimiento de los dos adultos y no soportaba tener que cargar con esa culpa.

Y así como ella, esa noche de cielo despejado y frío infernal, fueron cayendo uno a uno los cinco adolscentes.

Mientras ella esperaba a que la detective viniera a discutir como ya era habitual, Amy Brightly lloraba desconsolada en aquel cuarto de interrogatorios que se había vuelto tan familiar para ellos en los últimos meses.

- ¿Por que la mataron?

- ¡No la matamos, ya se lo dije! - le dijo para luego comenzar a llorar con mas fuerza.

- ¿Y donde esta Holly?

- ¡No lo se!

- Mira Amy, voy a decirte algo, las cosas no están tan complicadas para ti como lo estan para Celine, así que voy a propomerte algo, si tu me dices la verdad, te dejare ir por cooperar.

- ¿Irme? - pregunto sorbiendo su nariz.

- Si, podrás volver a casa, solo necesito que me digas que paso esa noche - le dijo ella amablemente y con una sonrisa, esperando obtener la respuesta que buscaba desde hace meses - De lo contrario y muy a mi pesar, tendrás que quedarte aquí y yo se que tu madre te necesita demasiado, ¿Quien cuidara de ella si tu te quedas aqui?

- No hable de mi madre.

- Solo digo lo que se Amy, pero puedes volver a casa con ella en este mismo instante si cooperas conmigo y me dices que fue lo que ocurrió.

Era tentador, cualquiera en su lugar tomaría la oferta, pero no la rubia que lloraba en su silla, ella no era una traidora.

- No se que le paso a Holly, ya se lo dije - aquella mujer negó con la cabeza ente esa respuesta y suspiro.

- Cuanta lealtad, ojala todo fueran iguales a ti - le dijo mientras se levantaba - Matt y Kaiden no parecen tan dispuestos a ser tan fieles como lo estas siendo tu - canturreo ella saliendo de la habitación con la esperanza de generar algún tipo de miedo en la rubia sentada.

- ¡Pudrase! - le gritó y la puerta se cerró.

Mas tarde fue el turno de Kaiden Grove, el cual le sonrió a la detective en el momento en que ella entro a la habitación, arrogante.

- ¿Que paso con Holly?

- No lo se - respondió el con extrema tranquilidad.

- ¿Por que la mataron?

- No la matamos - contestó.

- ¿Y que le hicieron entonces?

- Nada, nosotros no le hicimos nada, ya se lo dijimos miles de veces.

- Kaiden, si cooperas conmigo todo será mucho mas fácil para ti, se que tienen un pacto, pero el que hable primero saldrá ganando y no creo que quieras arriesgarte a que uno de tus amigos te gane de mano.

- No se de que pacto habla - la detective suspiro con pesar.

- ¿No vas a hablar? - pregunto ella mientras se levantaba.

- ¿Hay algo de que hablar? - cuestiono con falsa curiosidad y cuando la detective lo miro enfadado, el volvió a sonreir con arrogancia - Que tenga buena noche detective.

Detrás de esa arrogante sonrisa, se ocultaba un muy nervioso Kaiden, que no estaba tan seguro de que iba a salir intacto de esta situación.

Lo cierto, es que en algo tenía razón la detective, en el momento en que uno hablara, el resto se hundía y el primero en hacerlo se salvaría.

¿Alguno de los demás seria capaz de traicionarlos así?

El turno de Matthew Wright había llegado y el, al contrario de su amiga que lloraba en el cuarto de al lado, estaba muy tranquilo con la situación.

- Dime que le pasó a Holly - exigió ella perdiendo la paciencia.

- No lo se.

- ¿Que le hicieron tu y tus amigos?

- Nada.

- ¿Que se prometieron en ese pacto que ninguno quiere hablar?

- ¿Que pacto? - pregunto el fingiendo no comprender.

Jennifer ya había perdido la paciencia, estaba al borde del colapso. Ninguno pensaba hablar y no comprendía que tan implicados estaban todos o que tan grande había sido la amenaza como para que ninguno pensara decir nada.

- ¿Quien la mató?

- ¿Matar a quien?

- ¡A Holly! - grito estresada.

- ¿Esta muerta? ¿Quien fue? - preguntó curioso y con falsa sorpresa.

- Escuchame bien, todos van a pudrirse en la carcel, van a pagar por lo que le hicieron a esa chica - amenazó.

- ¿Que chica? - alterada por el comportamiento del pelinegro, se levantó de la silla.

- Voy a ver a tu amiga Celine, estoy segura que con lo hundida que ella esta, no dudara en confesar que fue lo que paso con tal de salir lo mas limpia posible de todo esto.

- Hable con quien quiera, no hicimos nada, ya se lo dije - respondió el.

Pero por dentro dudaba, ¿Seria capaz Cece de romper su pacto? Era cierto que ella era la mas implicada y que hablar la ayudaría muchísimo en su caso, pero ¿Traicionarlos? Cece no era así.

"- ¡Tenemos que hablar!

- No vamos a decir nada, hicimos un pacto.

- ¡Estoy cada vez mas y mas hundida en esto, ustedes no corren el mismo riesgo que yo!

- ¡Todos corremos el mismo riesgo!

- ¡Yo mas! ¡Voy a ir a hablar y acabar con esto de una vez por todas!"

Aquella conversación de hace unas semanas no ayudaba a calmar sus nervios, cada vez estaba menos seguro de lo que seria capaz su amiga de hacer con tal de salvarse, porque algo era cierto, en una situación asi, por mas que todos hubieran prometido que si caía uno, caían todos, en este momento, cada quien velaba por si mismo.