El padre (Cura católico) Nerón estaba en su oficina, revisando sus redes sociales, en su iPad. Llevaba diez años de servicio, había ingresado a la iglesia a los veinte años, solo con grado once, pero se había graduado en filosofía en la institución.
—¡PADRE NERÓN! –exclamó Sor María ingresando en la oficina- Unas chicas, con la cabeza rapada, acaban de entrar a la iglesia, y creo que con malas intenciones.
Sor María era una mujer de treinta años de cuerpo normal, es decir, ni muy delgada, ni muy gorda.
—Siempre he querido hablar con esa gente, esta es mi oportunidad –exclamó el padre Nerón mientras se levantaba de su silla para dirigirse a la iglesia.
Editado: 07.01.2024