No podía negar que ver a Jeon abrazando a su hijo le había molestado y es como si su mejor amigo hubiese tenido la misma reacción ¿O eran ideas suyas? Quería creer en las palabras de su hijo, eran simplemente mejores amigos y no sucedía nada más. Jimin se encontraba terminando de servir la pasta, mientras Hoseok llamaba a los menores para que bajaran a cenar todos juntos.
Se acercaba el día viernes y no había sido capaz de contarle ni a su mejor amigo, ni a su hijo la invitación que tenían. Sinceramente Jimin pensaba en no asistir, aunque debía llamar a su madre para hacerle saber que no iría, menos con su preciada bendición.
— Señor Park —la voz de Jungkook lo hizo brincar por la sorpresa.
— Jungkook —respondió llevando una mano a su pecho.
— Lo siento, no quería asustarlo.
¿Por qué tiene esa mirada hacia mí?
Odiaba la manera en la que el menor lo miraba, había cierta picardía, cierto deseo y Jimin, quería pensar que estaba equivocado, pero la cercanía del pelinegro no ayudaba— No te preocupes ¿Dónde están los demás?
— Aah Hoseok hyung tenía algo que hablar con Yoon —respondió con tranquilidad— ¿Necesita ayuda? Creo que era un tema serio.
Quería evitar pensar en algo que comprometiera a Hoseok con su hijo, pues, aunque Yoongi no fuera abierto con su vida, era su hijo y creía conocerlo como la palma de su mano, pues este no era nada disimulado cuando su mejor amigo se quedaba en casa. Jungkook le sonreía esperando a que le diera una respuesta— Puedes llevar esto al comedor, por favor.
— Claro.
Mientras tanto el terminaría de arreglar la cocina. Le gustaba dejar todo limpio luego de cocinar, aunque tuviera que lavar más platos al terminar, se vería menos desorganizado. Sonriendo satisfecho por cómo había terminado todo ordenado, se giró para salir al comedor, no contaba que iría a chocar contra el pecho de un pelinegro apuesto.
— ¿Necesita algo más? —Jungkook mantenía la sonrisa en su rostro.
— Wow ¿Recibiste buenas noticias? No dejas de sonreír —dijo apuntándolo.
— Algo así. Puedo hacerle una pregunta —Jungkook dio un paso hacia el rubio, haciendo que este retrocediera, chocando con la barra del lavaplatos.
— D-Dime.
— Parece nervioso ¿O estoy haciéndome ideas?
— ¿Por qué estaría nervioso? —sonrió— Y aléjate mocoso, recuerda que soy mayor que tú.
— ¿Usted cree que alguien de mi edad pueda salir con usted?
Aquello lo dejo desconcertado, Jeon no borraba esa boba sonrisa y aunque se viera infantil, la pregunta había sonado más sería de lo que pensaba. Entonces recordó la conversación que tuvo con Hoseok. Si le había aconsejado a su mejor amigo que se arriesgara con el chico de 18 años, aunque era demasiada diferencia de edad, había apoyado al castaño porque nunca le había sucedido algo así.
— Así que prefieres salir con chicos mayores —Jimin se dirigió hacia el comedor.
— No piensa responderme —hablo detrás del mayor.
— Demasiada diferencia de edad —respondió acomodándose en el comedor— ¿Sales con alguien mayor?
— No, aún no.
— No creo que alguien de tu edad sea capaz de conquistar a alguien de mi edad.
— ¿Ah no? —Jungkook acerco una silla, acomodándose al lado del mayor— ¿Cuánto quieres apostar?
— ¿A quién quieres conquistar?
— ¿No es obvio? —pregunto acercando su rostro hacia el del rubio— A usted. Lo quiero conquistar a usted, señor Park.
La sangre subió a sus mejillas. ¿Qué había sido ese comentario? Jungkook miraba fijamente al mayor y ya podía aceptar que se encontraba nervioso. ¡Carajo! Escucho pisadas y rápidamente se giró, encontrándose con un enfurecido Hoseok y sin rastro de Yoongi.
— Tu gatito dice que no cenará y yo debo irme —el castaño aviso— Lo siento por no quedarme.
Y camino hacia la salida de la casa.
Dejando a Jimin y a Jungkook totalmente confundidos. ¿Qué había sucedido?
Tenía todas las intenciones de subir a la habitación de Yoongi, pero una mano lo detuvo— Creo que sería mejor que le diéramos espacio.
— ¿Estás seguro? —pregunto preocupado.
— Si, cenemos tú y yo. Luego hablaré con Yoongi.
Y confió en sus palabras, sabía que su gatito prefería tiempo solo cuando algo malo sucedía.
Tomo los dos platos que no iban a ser ingeridos y se dirigió a la cocina, era inevitable no sentirse preocupado por la situación, pues, aunque tenía sospechas, no podía asegurar nada por una simple coincidencia. Saco de un gabinete un termo donde guardaba la comida que sobraba y empaco todo lo que no iban a comer, hasta se le estaba quitando el apetito. No supo cuánto tiempo permaneció en la cocina, porque cuando cerro la nevera donde había dejado el termo, Jungkook se encontraba de pie, recostado en el marco de la puerta.
— ¿Preocupado?
— Como no te imaginas —suspiro.
— No se preocupe demasiado, señor Park. Le prometo que Yoongi se encuentra bien, quizá solo fue una leve discusión. Su hijo es alguien fuerte y no se deprime con facilidad, confié en mis palabras.
— Esta bien —respondió dudoso.
— Mejor hábleme de usted —sugirió— Yoon me ha dicho que es un gran bailaron ¿Cuándo bailara para mí? —pregunto cruzándose de brazos.
— Así es, pero dudo que alguna vez baile para ti —el rubio se rio.
— Lindo —murmuro.
— ¿Acaso estás jugando conmigo?
Jimin cruzo sus brazos de igual manera, mirando al menor con sus ojitos entrecerrados, aunque siendo honestos, no podía ver nada y los abrió.
— No mentía cuando dije que quería conquistarlo —Jeon lo miro de abajo hacia arriba— ¿Cree en el amor a primera vista?
— Según mi hijo eres un mujeriego y por si no hace falta decirlo he-te-ro —dijo acercándose al menor— No soy experimento ni juego de nada —hablo cuando estuvo cerca del pelinegro.
— ¿No le parezco atractivo?
¿Lo estaba tomando del pelo? No podía evitar que Jungkook lo hacía sentir deseado con la mirada que le estaba dirigiendo en este momento. Pero no quería engañarse, era un mocoso y el mejor amigo de su hijo.