La fiesta

Sábado 9 de la noche y se encontraba recostado en el sofá, su hijo se había ido hace unas horas y como no tenía ánimos para ir a la dichosa fiesta, prefirió ver películas, siendo específicos Diario de una pasión. ¿Tan difícil era conseguir un Noah en su vida? Tenía un pañuelo en mano, viendo cómo se reconciliaban y odiaba a la madre de Allie por haberle ocultado las cartas ¡Carajo! Eso es lo que sucedía cuando veía películas solo en su casa.

La puerta de la casa fue tocada con desesperación, así que, envolviendo la sabana en su cuerpo, camino a pasos lentos y perezosos.

— ¡Jimin, abre la maldita puerta!

¿Ese era Hoseok? Rápidamente abrió, encontrándose a su mejor amigo, un tanto alterado.

— ¿Todo bien contigo? —pregunto mirando a su amigo, confundido.

— ¡Qué rayos haces vestido así! —grito e ingreso a la casa.

Su mirada viajo a su pijama de gatitos y realmente no le veía nada malo, cerró la puerta y giro los ojos por la actitud del castaño— ¿Qué mosca te ha picado ahora?

— ¿No viste lo estados de Yoongi? —pregunto irritado.

— ¿No?

Ni siquiera sabía que su hijo subía estados. Hoseok caminaba de un lado a otro, luciendo más desesperado de lo normal.

— Diablos, Jimin. Cámbiate, iremos a esa maldita fiesta —ordeno caminando hacia el rubio, empujándolo hacia su habitación.

— ¿De qué hablas? No iré a esa fiesta —Jimin trataba de detener los empujones— ¡Es una fiesta de adolescentes, Hoseok!

Hoseok como pudo saco su celular del pantalón, busco algo en el móvil y se lo enseño con brusquedad. En la pantalla, aparecía, su gatito; Yoongi, bailando animadamente con Jungkook. ¿Qué le pareció extraño? Nada, pero cuanto más avanzo el video, pudo notar algo que le disgusto y fue ver como aparecía cierto pelirrojo en pantalla, lanzándose a los brazos de Jungkook y ahí acabo el video.

— Iré a cambiarme —aviso, mientras subía las escaleras corriendo.

¿Se estaba dejando llevar por el impulso? ¡Claro, que sí! No iba a permitir que Taehyung se saliera con la suya, iría a esa maldita fiesta a como dé lugar.

[...]

— Creí que el señor Park vendría —Jungkook le hablaba en el oído a su mejor amigo.

— ¡No! —el pálido soltó una carcajada— Dudo que venga a una fiesta de adolescentes.

El licor había hecho efecto, sí, pero solo en Yoongi. Quien se encontraba rojo como un tomate y se reía de cada cosa que Jungkook o Taehyung dijeran. Le parecía tierno y de alguna manera lo estaba cuidando, quería que en esa fiesta se olvidara de "Hobie hyung" y esperaba que estuviera funcionando. Por otro lado, el pelirrojo estaba más cariñoso de lo normal, se abrazaba al pelinegro con intensidad y pudo respirar cuando salió a comprar algunas cosas que faltaron para la fiesta.

Habían organizado todo bastante bien, el dinero no había sido problema, pues sus ahorros no se irían con una simple fiesta y aunque el chico nuevo se le había insinuado casi toda la noche, realmente no estaba interesado. Había tenido la esperanza de ver a su hermoso rubio y aunque aún era temprano, la esperanza de que apareciera se desvanecía.

— ¡Yoon! —Taehyung gritaba ya que el ruido de la música les impedía hablar con normalidad— ¡Tu viejo acaba de llegar con Hoseok hyung!

— ¿Qué? —la expresión del pálido cambio— Papá me dijo que no vendría ¿Qué diablos?

Y los tres caminaron apresurados a la sala de la casa, pues se encontraban en la cocina sirviendo agua para un Yoongi borracho. El corazón de Jungkook se aceleró un poco, buscaba con la mirada al rubio y llevaba de la mano a su mejor amigo, pues no quería perderlo de vista. Entonces sintió como si el tiempo se detuviera, Park Jimin se encontraba ahí, existiendo y luciendo más precioso que nunca.

Vestía unos pantalones negros ajustados a sus tonificadas piernas y una camisa negra, casi que transparente ¿Cómo hacía para pararse ahí y verse tan perfecto? Trago grueso ante la imagen del rubio y no supo en que momento su sonrisa había crecido.

— ¡Gatito! —el señor Park grito al ver a su hijo— ¿Cuánto has bebido? —pregunto poniendo sus pequeñas manos en las mejillas del pelinegro.

— ¿Qué diablos le diste a beber? —Hoseok camino furiosamente hacia Jeon.

Taehyung se interpuso en el camino del castaño— Eh hasta donde yo sé, fue Yoongi quien bebió por su cuenta y, además, no ha bebido nada más que cerveza. Kook lo ha cuidado toda la noche.

— Lo llevaré a tomar aire —aviso un irritado Hoseok.

— Iré por una cerveza —Taehyung le susurro a Jungkook.

— Ya tienes quien te defienda ¿no? —el rubio se cruzó de brazos.

— Si lo quieres ver de esa forma, bien —y le dio un trago a su cerveza.

Se sentía feliz, sí. Pero no lograba entender la actitud del mayor. ¿Es que estaba celoso? Se quedaron en silencio por un momento, la música sonaba a la distancia, la casa estaba repleta de personas, tanto del instituto, como vecinos y amigos, la mayoría bailando, otros besándose en los rincones de la casa, otros jugando.

— Iré a ver como esta Yoongi —el rubio le hizo saber.

— ¡Espera! —hablo tomando la mano del mayor— Déjalo con Hoseok hyung, mejor vamos a bailar ¿Qué dices? —pregunto acercando el cuerpo del rubio al suyo.

— No planeo quedarme mucho tiempo —murmuro.

— ¿Viniste para verme?

Jungkook acerco su rostro al cuello del rubio, dejando suaves besos. Se movían ligeramente, estando fuera de ritmo, pero disfrutando de la cercanía de sus cuerpos. ¡Dios! Le atraía demasiado el señor Park.

— Vine para ver a Yoongi —respondió separándose del pelinegro— Tú estás muy bien acompañado.

— ¿Yo? —Jungkook pregunto confundido.

— No te hagas. Taehyung te coquetea en mis narices —el rubio arrugo sus expresiones.

¡Y se veía demasiado tierno!

Pudo confirmar entonces que, en efecto, el señor Park estaba celoso y quiso brincar de felicidad— No tengo intenciones de revolcarme con Taehyung, ya se lo dejé claro —hablo con una sonrisa dibujada en su rostro— No me diga señor Park ¿Qué esta celoso?