Kim Taehyung, 18 años, bisexual y con una horrible sensación de rechazo en su pecho. Veía a lo lejos como Jungkook tomando la mano del señor Park, subían las escaleras, suponía que directo a su habitación y le molestaba, le molestaba demasiado. Conocía al pelinegro apenas hace unas semanas y dudaba que este fuera a corresponderle, porque sabía que había una enorme diferencia, Jeon miraba al rubio de una manera diferente, no como lo miraba a él.
Lo quería entender, pero no evito sentirse rechazado, pues le había ofrecido al pelinegro que estuvieran juntos y este se había negado toda la noche.
¡Injusto! Eso pensaba, Taehyung era más apuesto e incluso tenía la misma edad de Jungkook ¿Por qué debía fijarse en alguien muchísimo mayor? No comprendía.
Toda su vida ha luchado con la soledad, desde pequeño se acostumbró a ser independiente, pues sus padres no pasaban tiempo en casa y lo entendió, no necesitaba darles problemas a sus padres, él podía solo. Siempre estaba cambiando de colegio, debido a las mudanzas de su familia y aunque odiaba viajar, pensaba que un último cambio no le vendría mal, pues Taehyung quería irse de casa y encontrar su propio camino. Tenía ahorros y pensaba usarlos para viajar a París, Francia porque creía que, en ese país, estaba su vida soñada.
Todo se detuvo cuando conoció a Jeon, sus profundos ojos color café, su cabello negro, sus labios finos y atractivos y cuando lo beso, supo que quería quedarse ahí, quería a Jungkook en su vida y no pensaba perder contra un anciano, así tuviera que sabotear un poco la situación.
— ¡Hey Tae!
Kim Seokjin y amigo de su infancia, había ido a pasar el fin de semana en su casa y quizá era alguien que podría ayudarlo con su objetivo, porque sea como sea, Jeon Jungkook seria suyo.
— Hyung —el pelirrojo murmuro.
— ¿Qué sucede con esa expresión? —pregunto abrazando a su amigo.
— Hay un chico —respondió avergonzado— Pero insiste en querer salir con alguien mayor ¿Puedes creerlo?
— ¿Y lo quieres para ti? —pregunto sonriendo.
— ¡Como adivinaste! —Taehyung dio brincos de felicidad.
— Háblame de ese amigo tuyo y dime qué hacer.
Por eso le agradaba Jin hyung, pues siempre le seguía la corriente en todo y no le importaba las consecuencias de sus actos, se sentía respaldado por el mayor, debido a que este estaba protegido por su familia y de esa manera Taehyung, no le temía a nada.
Conversaron toda la noche y dio datos específicos de quien era Jeon Jungkook y claro, también del señor Park, el mayor se arrepentiría de haberse querido burlar de él.
...
Despertar en casa de un desconocido no había sido para nada agradable, pero al despertar y ver la imagen de Jimin, durmiendo tranquilamente a su lado, no pudo evitar sonreír en grande, no iba a desaprovechar la oportunidad de estar con el mayor. Entre besos despertaron y al notar que Hoseok hyung les había avisado que llevaría a Yoongi a casa, no tuvieron más remedio que irse de igual manera.
Entre besos y abrazos, habían bajado las escaleras de aquella casa. No veía a su amigo pelirrojo por ningún lado, por lo que simplemente abandonaron la casa.
— ¿Quieres que vayamos a cine? —Jungkook pregunto mientras dejaba leves besos en la mejilla del rubio.
— Esta bien, tú dime a qué hora nos vemos.
— Pásame tú numero —pidió entregándole su celular al mayor.
— Pero debemos mantener esto en secreto ¿sí? No quiero que Yoongi se entere aún. Además, debo hablar sobre el tema de Hobie.
— Te entiendo cariño.
— ¿Cariño? —pregunto avergonzado.
— ¿No te gusta? Tengo otros apodos hermosos para ti, así como tú —susurro el menor.
— A ver ¿Cómo cuáles?
— Mi vida, mi amor, tesoro, príncipe —respondió entre sonrisas— ¿Sigo?
— Me gustan todos —Jimin respondió feliz.
— ¡Pues te los diré todos! —hizo saber el pelinegro.
Ya cerca de la casa de los Park, el rubio soltó la mano de Jungkook, pues su hijo se encontraba en la puerta de la casa— Hasta aquí —murmuro— Deberías ir a casa, debo hablar con Yoongi.
— Entiendo —el pelinegro no se opuso— Entonces te mensajearé.
Hablo intentando tomar la mano del rubio, pero este la aparto de inmediato— Gracias por acompañarme.
Y se alejó, dejándolo ahí solo. Pero no se molestó en lo absoluto, el simple hecho de haber tenido la oportunidad de hacer el amor con el señor Park, lo tenía como flotando en las nubes, estaba dichoso de felicidad, entonces dio la vuelta y se dirigió hasta su casa. Dando brincos de felicidad y tarareando una canción.
No había nadie en el mundo que lo hiciera sentir lo contrario a la felicidad que sentía en ese momento.
Tomo nuevamente el bus y lo primero que haría al llegar a su casa, era hablar con su padre, pues ahora que salía con Jimin, necesitaba poder llevarlo a los lugares más hermosos de toda Corea, necesitaba un auto con urgencia.
El bus se encontraba vació para su suerte, era domingo en la mañana y ansiaba tomar una ducha y dormir un rato, para soñar con lo sucedido la noche anterior. Miraba por la ventana, imaginando todo lo que podía ocurrir en el futuro y se sentía ansioso, pues esperaba que la suerte estuviera de su lado.
Al llegar a casa no pudo evitar sacar su celular y enviar un mensaje, hacia la persona que lo tenía gozando de felicidad.
— Espero pienses en mí, así como yo pensaré en ti ♥
Le dio enviar e ingreso a su casa, encontrándose con el sonido de la risa de su hermana menor, se dirigió hacia la sala, encontrándose con una escena que hizo que su corazón se sintiera cálido.
Sus padres bailaban, imitando a la bella y la bestia, la película favorita de Sulli.
— ¡Y esta escena tan linda! —grito feliz.
Su hermana corrió a sus brazos y Jungkook no dudo en levantarla en brazos, yendo a bailar a la par con sus papás, todos sonriendo.