El papá de mi mejor amigo ✿❀ Kookmin (finalizada)

20

Un mes transcurre con bastante rapidez o eso creía Jimin. Se encontraba en los brazos de Jungkook, aprovechando que Yoongi estaba en clases de piano y que la casa estaba sola, el pelinegro lo abrazaba mientras veían su película favorita y si, estaba hablando de Diario de una pasión.

Le sorprendía todo lo que había avanzado su relación con el menor, aunque no podía llamarlo una "relación", pues no habían tocado ese tema y además era demasiado pronto para eso.

Pero aceptaba que le gustaba Jungkook. Le gustaba escuchar su sonrisa a lo lejos, sentir sus besos en su cuello, incluso su olor era adictivo. Aunque lo mejor era cuando salían a "citas" el pelinegro había conseguido un auto lujoso y su primer hijo como solía decirle él. Iban a sitios hermosos y que Jimin jamás pensó en visitar, pero se sentía conmovido cuando en cada salida era sorprendido por el pelinegro.

Así habían transcurrido las últimas semanas. Escapadas nocturnas, llamadas que duraban horas, detalles preciosos y sentimientos que empezaban a surgir, que se hacían más fuertes con el pasar de los días.

— ¿Qué tanto piensas, cariño?

Y aquello... Le encantaba cuando le llamaba cariño, con ese tono de voz meloso y sensual, que le dibujaba una sonrisa al instante en su rostro— En lo rápido que ha pasado este mes, pronto será octubre.

— Tranquilo, tengo un día perfecto para celebrar tu cumpleaños.

— Ya te dije que tendré el día ocupado con Yoongi —Jimin le recordó al menor.

— Tengo mis métodos, ya verás que ese día definitivamente nos veremos —el pelinegro estiro su cuerpo y se levantó de la cama— Creo que es hora de irme —comento mirando su celular—

— ¿Debes ir a la empresa? —el mayor imito la acción de Jungkook.

— Si, debo revisar los planos de un nuevo proyecto —respondió feliz— Ya verás que pronto seré el mejor arquitecto de toda Corea.

— No lo dudo —el rubio sonreía ante la confianza de Jeon.

— Como siempre fue un gusto pasar toda la mañana viendo diario de una pasión a gi lado —hablo rodeando la cama y tomando en sus manos el rostro del rubio— Nos vemos luego ¿bueno?

— Claro.

Y ante la cercanía del pelinegro, Jimin cerró los ojos, sintiendo sus labios cálidos ante el roce del beso.

— La próxima escogeré la película —Jungkook dejo un último beso en la frente del menor y salió de la habitación.

Como adolescente enamorado, de esa manera se sentía y es que el pelinegro sabía perfectamente cómo hacerlo avergonzar, sabía cómo hacerlo feliz y era demasiado bueno en la cama. Ante aquello se preguntaba ¿Cómo era posible que fuera tan bueno? Y su mente no paraba de pensar en cuantas parejas sexuales debió de tener Jungkook, para llegar a tener tanta experiencia en la cama.

Entonces podía decir que se sentía feliz con su vida, amaba su trabajo, tenía una casa hermosa, su pequeña familia seguía unida, no podía pedirle nada más a la vida.

Aunque claro, no podía negar el hecho de que le aterraba decirle a su hijo la verdad sobre Jungkook, no se sentía preparado, mucho menos para decirle la verdad sobre sus verdaderos padres. Pero no estaba mal ¿cierto? podían seguir, así como estaban, no era necesario decirle nada a su gatito.

Jimin tenía todo controlado.

La relación de su mejor amigo y de su hijo, iba bien hasta donde sabía. Había aprobado que tuvieran una "relación", pero se mantenía a la raya y evitaba estar en medio. Pues no quería involucrarse mucho, veía a su hijo feliz, sonriente y con eso le bastaba para ser feliz de la misma manera.

Aun sintiendo las cosquillas en su estómago por la reciente cercanía con Jungkook, se levantó de la cama, pues debía preparar algunas cosas para el almuerzo, porque habían generado una rutina y era que todos los sábados, cuando Hoseok recogía a su gatito de sus clases de piano, sin falta, almorzaban juntos. Aquello le agradaba, pues de esa manera no sentía que lo estaban dejando de lado.

— Hey Jimin —Hoseok saludo entrando a la casa y detrás de él su gatito.

— Hey ¿Cómo les fue? —pregunto sonriente.

— Tenemos noticias —su hijo hablo esta vez— El sábado que viene habrá un concurso de piana en la academia y el profesor me pidió que participara.

— ¡Enserio! —Jimin pregunto feliz.

— Si —Yoongi giro los ojos ante la reacción de su padre— Aunque dudo que gane, hay pianistas jóvenes que son buenísimos —comento angustiado— Tendré que pensar muy bien que pieza tocaré —finalizo suspirando— Iré a cambiarme y bajo en un momento.

— Te esperamos en la cocina —Hoseok aviso.

Yoongi simplemente asintió y empezó a subir las escaleras, los mayores caminaron hacia la cocina en total silencio. Quizá la pareja no lo dejaba de lado, pero constantemente, desde que su mejor amigo se había vuelto pareja de su hijo, se formaban esos silencios entre ellos y era algo que no sucedía en el pasado. Le angustiaba bastante, pero no quería aceptar que entre ellos se había formado cierta incomodidad.

Tenían arroz chino de la noche anterior, por lo que no habría problema en calentar un poco y almorzar con eso. Busco la comida en la nevera, con total silencio en el ambiente.

— ¿Sucede algo entre los dos? —el castaño pregunto.

— Eso quiero saber yo —Jimin encendió la estufa, dejando la olla con el arroz chino— ¿Desde cuándo se forman silencios incomodos entre los dos? —pregunto mirando a su amigo.

— Eso mismo quiero saber, Minie. Siento que te sientes incomodo ahora que salgo con Yoonie y te juro que mi intención es que seamos los mismos mejor amigos de siempre... Pero no sé qué sucede.

— Supongo que aún no acepto bien el hecho de que sean pareja —murmuro el rubio— Pero prefiero que actuemos como siempre, Hobie. Que salgas que mi hijo, me resulta un tanto extraño, pero te juro que los entiendo y pongo por encima de nuestra relación de amistad el amor que se tiene ustedes, los sentimientos de Yoongi por ti, son fuertes y respeto demasiado eso.




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