— Quieres decirme ¿Qué sucedió? —pregunto dejando dulces besos en la mejilla del rubio.
Ver llegar a Jimin con expresión angustiado y lágrimas bajando por su precioso rostro, fue un mensaje de alerta. Sabía sobre la situación de la familia Park y también sabía muy bien cómo le afectaba al rubio a pesar de los años y lo que más temía era que Yoongi saliera lastimado.
La respuesta del mayor fue silencio absoluto, aferrándose al pelinegro con necesidad. Por lo que Jungkook prefirió no insistir más y apego más el cuerpo del mayor al suyo. Permaneciendo así hasta que el rubio se quedó dormido en sus brazos. ¿Qué donde se encontraban? Sencillo, la empresa de su padre tenía una oficina, la cual el primogénito de los Jeon podía utilizar a su antojo. El único detalle, era que, nadie sabía que se encontraba con Jimin.
Su padre sospechaba que se encontraba saliendo con alguien y tuvo que confirmarlo luego de tanta insistencia. Pero no podía incumplir su palabra, pues le había prometido a cierta personita, que mantendrían su "relación" en secreto.
Aquello lo decepcionaba un poco, Jungkook quería hacer oficial su relación, contarle a su familia y sobre todo dejar de ocultárselo a su mejor amigo, quien también tenía sus sospechas.
Por otro lado, se alegraba por el gatito gruñón, quién había iniciado una relación con Hoseok hyung, relación que envidiaba, porque deseaba con toda su alma ser él. Quien pudiera tomar de la mano al señor Park sin importarle donde se encontraban, pero sería paciente, porque tenía la ilusión de que en poco tiempo pudiera decirle al mundo, que estaba enamorado perdidamente de un rubio precioso.
Toc Toc
El pelinegro observo la puerta con curiosidad, con cuidado dejo a Jimin en el sofá y se acercó para abrir a quien fuera que estuviera tocando.
— ¿Si? —pregunto con la puerta a medio abrir.
— Kook —era su hermana menor— Papá te espera en la oficina.
¡Diablos! No podía dejar solo al rubio— ¿Quieres que te cuente un secreto? —pregunto mirando a la pelinegra.
— ¿Secreto? —pregunto curiosa.
— Si, pero debes prometerme que no puedes decirles a nuestros padres —el pelinegro abrió la puerta, dejando pasar a la menor.
— ¿Es ultra secreto? —Sulli se tapó la boca con sus manos, ingresando a la oficina con cautela.
Y quedo congelada al ver a un rubio durmiendo pacíficamente en el sofá de la oficina de su hermano mayor. — No puedes decirle a nadie que tengo a un bello durmiente en esta habitación ¿me entiendes? —pregunto susurrando.
— Es... muy bonito —murmuro.
— ¿Cierto? —Jungkook observo de igual manera a Jimin.
Con los hermanos Jeon hipnotizados por la belleza del rubio y como dándose cuenta de que alguien lo observaba, arrugo su naricita de una manera tierna, haciendo que Jeon Sulli, soltará un grito ahogado.
— ¡Lo quiero para mí! —casi grito.
El pelinegro negó— Prométeme que no le dirás a nuestros padres —hablo estirando su dedo meñique hacia su hermana.
— Lo prometo —respondió ella sonriente.
Sonriendo ante la respuesta de su hermana, salió de la oficina, camino por los largos pasillos del edificio, ingresando al ascensor, marco el numero 7 donde se encontraba su padre. Se le vino a la cabeza nuevamente la expresión de pánico de Jimin y aunque le agradaba que se sintiera cómodo hasta el punto de buscarlo en un momento de desesperación, quería encontrar la manera de solucionar aquel tema, no quería ver al rubio llorando de esa manera, nunca más.
Llegando al séptimo piso, salió del ascensor, camino rápidamente a la oficina de su padre y aunque había confiado en su hermana para cuidar Jimin, sabía perfectamente que Sulli no mantendría el secreto y una vez llegarán a casa, debía contarles a sus padres quien era el precioso rubio y esa idea ¡Le encantaba!
— ¿Papá? —pregunto tocando dos veces la puerta.
— ¡Adelante, hijo! —escucho.
Al abrir la puerta se encontró nada más y nada menos que con la presencia de sus padres, los dos luciendo totalmente serios ¿Qué diablos hacía sucedido? Reviso en su mente todos los inconvenientes que pudieran ser, pero no se le ocurría ninguno ¿El proyecto? Iba bien, incluso Jungkook había tenido la oportunidad de revisar el terreno por su cuenta y le había dado la aprobación a su padre. ¿El instituto? Todo iba bien hasta donde sabía, aunque había faltado una o dos veces ¿Era eso? Si ese era el caso ¡Estaba perdido!
— ¿Sucede algo? —pregunto metiendo sus manos en los bolsillos del pantalón.
— Jeon Jungkook —hablo primero su madre— He pasado 18 años de mi vida, tratando de criarte como un caballero, con los valores necesarios para que te conviertas en un buen hombre y hoy, desafortunadamente me entero de que mi hijo es un mentiroso.
Aquello lo confundió ¿Era un mentiroso?
— No estoy entendiendo...
— ¿Cómo eres capaz de mentirle a tu propia madre sobre aquel chico rubio en tu oficina? —pregunto poniéndose de pie.
— Puedo explicarlo —respondió de inmediato.
— Te escuchamos —su padre se acomodó en el asiento.
— E-Estamos saliendo, pero no de manera oficial —empezó torpemente— Existen algunos inconvenientes y no podemos revelar nuestra relación. Le estoy dando el tiempo que necesite y puede que sea en vano, pero tengo la seguridad de que va a funcionar —dijo de manera convincente— Tuvo un mal día y no podía dejar la empresa, entonces le pedía que viniera, pues me necesitaba...
— ¿Cómo se llama el muchacho? —pregunto su madre.
— No puedo decirles...
— ¿Qué? —su padre se puso de pie, mientras su madre se sentaba nuevamente por aquella respuesta.
— Solo puedo decirles que es alguien precioso y estamos bien. Hay algo que nos impide decir abiertamente que estamos juntos, espero puedan entenderme.
— Hijo, dime como se llama —hablo su madre— No me hagas bajar en este mismo instante hasta tu oficina y averiguarlo por mi propia cuenta.