El papá de mi mejor amigo ✿❀ Kookmin (finalizada)

Miedo

 

Jungkook corría por las escaleras del edificio, sentía un sin sabor en la boca por la petición de su padre, pero de cierto modo lo entendía. Sabía que los mayores no querían que saliera lastimado y los amaba por respetar su decisión, querer estar con Jimin era lo que más deseaba en la vida y esperaba que el rubio de sintiera de esa manera.

Llego frente a la oficina con el sudor bajando por su frente, pues bajar cinco pisos, no había sido nada fácil, a pesar de tener buen estado físico. Temía por la imagen que fuese a encontrar y por dentro deseaba que el rubio siguiera dormido, pero al escuchar una risa, siendo especifico la risa de su hermanita, supo que el bello durmiente había despertado.

Abrió la puerta encontrándose con una imagen preciosa, pues Jimin trenzaba el cabello de Sulli de manera cuidadosa, mientras sonreían y entonces, no le pedía más a la vida, no se veía sin Park Jimin en su vida.

— Hey ¿Qué tanto hacen? —pregunto con una inmensa sonrisa dibujada en su rostro.

— ¡Kook! —la pelinegra sonrió— Minie me está haciendo trenzas —comento feliz.

— Eso noto —el pelinegro se acercó, acomodándose en el sofá, al lado del rubio— ¿Todo bien?

Pregunto dejando un beso en la mejilla de Jimin.

— Si... —el mayor respondió apenas, separándose disimuladamente.

¿Qué había sido esa reacción? Pensaba Jungkook. Lo quiso pasar por alto, pues no era la primera vez que el rubio se apartaba de él— ¿Quieres que te lleve a casa? Hoseok hyung y Yoongi deben estar preocupados.

— Esta bien, Kook. Recuerda que traje mi auto —hablo terminando de poner una pequeña liga al final de la trenza— ¡Y listo! —comento feliz.

— ¡Woow! —Sulli se puso de pie, tomando el espejo en sus manos y admirando las trenzas— Están preciosas —admitió con las mejillas sonrojadas— Gracias Minie —dijo yendo a darle un abrazo al rubio.

— No es nada, preciosa —Jimin comento feliz— Me alegro de que te hayan gustado.

— ¡Se las mostraré a mamá! —la menor dijo feliz y corrió fuera de la oficina.

— ¡Jungkook! —el rubio abrió los ojos con terror ante las palabras de Sulli, quien había salido de la oficina despavorida.

— ¿Qué sucede? —el pelinegro pregunto confundido.

— ¡Le dirá a tus padres, no puedes permitir eso! —comento alterado.

— Hey —musito— No pasa nada, mis padres ya lo saben.

— ¿Qué? —pregunto mirando al pelinegro con expresión asustada.

— Mis padres ya saben que estoy saliendo con alguien y puedes estar tranquilo, no les he dicho que eres tú, aunque si mencione tu nombre —hizo saber con tranquilidad.

— ¿Estás loco? —pregunto poniéndose de pie— ¿Qué pesarán de mí?

— Tranquilo, cariño —Jungkook siguió al rubio, intentando darle un abrazo, pero este nuevamente se apartó.

— ¡No! ¿Te das cuenta de la gran diferencia de edad entre tú y yo? —pregunto mirando al menor con molestia— ¡Estudias con mi hijo! ¿Te das cuenta de eso?

— ¡Si! —respondió— Claro que lo sé y creo que ya sabes que no me importa, yo quiero decirles a todos que estamos juntos, no ocultárselo más a Yoongi, además mis padres me apoyan en esto. No entiendo qué te preocupa.

— No quiero que Yoongi me odie...

— ¿Por qué lo haría? Eres su padre, Jimin. Tienes derecho de salir con quien tú quieras.

— ¡Pero no con su mejor amigo! —atacó irritado.

— Mira, creo que nos estamos alterando un poco —el pelinegro levo su mano a su frente— No quiero que tengamos una discusión por algo tan simple.

— ¿Simple? —pregunto el rubio.

— Si, Jimin, algo tan simple como aceptar el hecho de que estamos saliendo, de que nos gustamos y sí, hay una gran diferencia de edad, pero eso no me impide que me sienta enamorado de ti —Jungkook miro fijamente al mayor.

— No estamos saliendo....

¿Había escuchado bien?

— ¿Perdona?

— Tú y yo, no estamos saliendo, no estamos en una relación, no podemos...

Aquellas palabras parecían como si una daga se estuviera clavando en su pecho. ¿Estuvo todo este tiempo equivocado? ¿No estaban saliendo? — Mira, cariño. Yo sé que estas asustado por la reacción de Yoongi, pero sabes muy bien que él prácticamente está en la misma situación ¡Así como los dos! —el pelinegro se acercó a Jimin— Sé que él lo entenderá y no te preocupes por mis padres, a quien yo ame, ellos amarán y serás parte de nuestra familia.

— ¿Familia? —pregunto con ironía

— Así es... —respondió dolido.

— Estás equivocado —Jimin hablaba con expresión seria— Ha pasado recién un mes, no puedes pensar que íbamos enserio.

— Un mes donde me he dado cuenta que estoy enamorado de ti, Jimin —el menor hablaba con dolor en su pecho— ¿Qué dices? No hables de esta manera, me estas lastimando.

— Por eso quería evitar todo esto —el rubio comento frustrado.

— Amor, no hagas una tormenta en un vaso de agua —Jungkook tomo las mejillas del mayor en sus manos— Hablemos esto con más calma ¿sí? No hay prisa.

— Creo que lo mejor es que nos demos un tiempo... Necesito pensar bien las cosas.

— ¿Qué necesitas pensar? —pregunto dando cortos besos en los labios del más bajo— Nos gustamos, nadie se está metiendo entre los dos. Este mes ha sido maravilloso, yo te quiero demasiado, Jimin. No me hagas esto, no necesitamos tiempo —suplicó.

— Lo mejor será que me vaya —Jimin bajo las manos del pelinegro— Lo siento, Jungkook.

 

 

[...]

 

 

— ¡Jimin! —grito Jungkook a su espalda.

Las lágrimas ya estaban acumuladas en sus ojos, Jimin necesitaba aire, necesitaba salir de ese lugar cuanto antes. Y es que, se había sentido acorralado ¿Los padres de Jungkook sabían? ¡Tenía miedo!

Miedo de lo que dijeran, miedo de que no lo aceptaran, miedo a ser juzgado. Jimin estaba jodidamente asustado. Aun con las palabras del pelinegro repitiéndose en su cabeza, no podía dejar de correr, bajaba las escaleras con rapidez, necesitaba huir, otra vez.




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