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"Todas las cosas que te da la vida, tienes suficiente tiempo para aprovecharlas y después dejarlas ir".

Baja de su auto a toda prisa, no tenía tiempo de pensar en las consecuencias, pues su prioridad era ver a Jimin. Toco la puerta con desesperación y al no recibir respuesta, decidió marcar el número del rubio. Sin respuesta alguna, guardo su celular y nuevamente toco la puerta, esta vez un poco más desesperado.

De manera abrupta la puerta de abrió, dejando ver a un castaño totalmente serio.

— ¿Qué necesitas? —preguntó de manera cortante.

— Hyung, necesito ver a Jimin —hablo rápidamente.

— No será posible —respondió el mayor— Jimin no desea ver a nadie.

— ¿Perdona? —Jungkook no paso por alto el tono del castaño— Ahora que sales con Yoongi ¿Piensas que tienes derechos en esta casa?

— No te permito que me hables así, mocoso —el mayor se acercó al pelinegro.

— ¿Cuál es tú problema? —pregunto con molestia.

— ¿Hoseok?

La voz de Jimin se escuchó y por inercia empujo al castaño, haciéndose paso e ingresando a la casa— ¡Cariño! —Jungkook abrazo al rubio.

— ¿Qué haces aquí, Jungkook?

— Solo, necesitaba verte —el pelinegro se separó de Jimin y acuno su rostro.

— Te dije que hablábamos luego, no puedes aparecer, así como si nada. No luego de lo que hice —menciono con tristeza.

— ¿Qué hiciste? —pregunto sin entender.

— ¡Kook!

La voz de cierto pelinegro que distinguía demasiado bien, vino del segundo piso. No se había mentalizado para esa escena, aunque era posible al presentarse en casa de los Park. Jungkook miro a su mejor amigo, quien tenía una expresión sería.

¿Odio? ¿Fastidio? ¿Repugnancia? No podía descifrar cuál de todas expresaba el pálido al mirarlo y lo entendía. A pesar de todo, Jungkook lo entendía.

— Debes irte... —Jimin empujo al menor.

— ¡Déjalo que se quede! —grito el menor.

— ¿Desde cuándo le gritas así a tu papá? —el pelinegro se giró completamente hacia su mejor amigo.

— ¿Desde cuándo te revuelcas con mi padre? —la voz de Yoongi salió áspera, con notable molestia.

— Podemos hablar con tranquilidad —respondió Jungkook.

— ¿Con tranquilidad? —pregunto el pálido sintiendo impotencia— ¿Desde cuándo me mientes? Se han estado burlando de mi ¡En mis narices! —grito.

— Gatito, yo quería decirte —Jimin habló— Pero tenía tanto miedo de tu reacción.

— ¿Y tú, "mejor amigo"?

— Respetaba la petición de Jimin. Él no quería lastimarte, por eso no pude decirte nada, Yoon, entiéndeme...

— Para ti es señor Park —murmuro Yoongi.

— Jimin te apoyo cuando le confesaste que estabas enamorado de Hoseok hyung —hablo ignorando las palabras del pelinegro— Incluso yo te apoye cuando me dijiste que te gustaba alguien muchísimo mayor que tú, quien te vio nacer, quien te crio ¡Yo te apoye! Y nunca, ni por un segundo, te juzgue —finalizo mirando a su amigo con el ceño fruncido.

— Eso no te da el derecho de revolcarte con mi padre —musito apretando los dientes.

— ¡Lo quiero! Te juro que me gusta demasiado, no mentía cuando dije que iba a cambiar, no mentí cuando dije que "Jiho" me había hecho dudar de mi sexualidad, todo este tiempo me refería a Jimin, nunca existió Jiho.

— ¿Desde cuándo hay mentiras entre los dos? —pregunto dolido.

— Gatito...

— ¡No estoy hablando contigo! —grito el menor.

— No le vuelvas a gritar así a tu padre —Jungkook apretó sus manos en puños— ¿Qué te molesta tanto? Estamos en la misma situación que ustedes dos —dijo refiriéndose al pálido y a Hoseok— La diferencia de edad es mucho más ¿Y en qué momento los juzgamos?

— ¿Cómo pudiste meterte con mi padre? —la expresión de Yoongi cambió totalmente, reflejando tristeza profunda— Yo confiaba en ti, Jungkook. Confiaba en que éramos mejores amigos, casi hermanos. ¿Así de poco importante fue nuestra amistad?

Jimin ya se encontraba llorando ante las palabras de su hijo y Jungkook quería permanecer tranquilo, quería transmitirle seguridad al rubio. Sabía que había cometido un error, pero ¿Qué más podía hacer? Solo se había dejado guiar por su corazón, por su instinto. No decidió enamorarse del papá de su mejor amigo.

— Yoon... Sé que me equivoque, te lo oculte y no sabes cuánto quería decírtelo —el pelinegro suspiro— Tú papá estaba asustado y aún lo está. No decidimos de quién enamorarnos y créeme que es mi culpa. Jimin me rechazo un sinfín de veces, pero yo fui obstinado, lo quería en mi vida, porque tu papá me gusta demasiado —Jungkook sintió un nudo en la garganta— Me gusta muchísimo y sé que sabes lo que se siente tener sentimientos tan fuertes y profundos por alguien a quién ves como prohibido. Puedes odiarme a mí, pero a Jimin... No lo odies, por favor.

— Te juro que es mi culpa —el señor Park hablo— Yo le pedí a Jungkook tiempo ¿Recuerdas cuándo te dije que me estaba preparando para contarte algo? —pregunto secando sus mejillas— A esto me refería, hemos estado juntos desde hace un mes y lo frene para que no te dijera nada, porque tengo miedo de que me odies, de que me juzgues.

— Aun así, hubiera preferido que me dijeras la verdad —Yoongi dio un paso hacia atrás— No quiero volver a verlos... A ninguno de los dos —sentencio subiendo las escaleras con tranquilidad.

— Yoongi... —Jungkook murmuro.

— Déjenme hablar con él —Hoseok los miro con nostalgia— No prometo nada, también me lo ocultaste a mí —sonrió y miro al rubio— Yo no te habría juzgado, pero debo aceptar que, si me ha dolido Minie, me ocultaste algo tan importante, a mí, tu mejor amigo. Entiendan un poco a Yoongi, tanto su padre, como su mejor amigo le mintieron. Es normal que se sienta traicionado.

Y subió las escaleras, dejándolos a ambos solos, con el corazón destrozado. Jungkook se giró hacia el rubio y lo envolvió en sus brazos, lo que más le aterraba estaba sucediendo y el pelinegro no podía evitar sentirse malditamente culpable. El pequeño cuerpo del mayor temblaba debido a los sollozos, guardo sus propias lágrimas y llevo a Jimin al sofá, abrazándolo más fuerte, haciéndole saber que él estaba ahí.