Un olor fuerte a comida, hizo que su estómago rugiera, abrió los ojos de manera perezosa y al observar el techo de la habitación donde se encontraba, trato de recordar lo sucedido la noche anterior. Cerro sus ojos ante la punzada de dolor en su cabeza, quizá podía dormir otro rato más. Entonces pisadas fuertes se escucharon y sintió una leve sensación de incomodidad. Abrió sus ojos nuevamente y observo a su alrededor ¿Dónde carajos se encontraban? Yoongi yacía tendido al lado suyo y estaban encima de un inmenso colchón. Examino la habitación, no podían estar en el hotel, las camas no eran de esa manera, el dolor de cabeza empezó a incrementar y no pudo evitar empujar el cuerpo de su mejor amigo.
— Psss —susurro— Yoongi-ah, despierta...
— Uhmmm —murmuraba el pelinegro.
— Creo que nos han secuestrado —volvió a susurrar.
— ¿Sí? —pregunto levantando su cabeza, aun con los ojos cerrados— Bueno.
— ¡No es momento de dormir! —hablo desesperado, pero de inmediato sintió otra punzada que lo llevo a poner una mano en su frente.
Leves fragmentos llegaron a su cabeza, ambos llegando a un bar, Yoongi emborrachándose, él aceptando una bebida a una desconocida, luego bebiendo soju... Un momento, Jungkook llevo su mano hasta su labio y sintió un horrible ardor ¿Cómo se había hecho esa herida? Eso fue la gota que rebozo el vaso, se sentó rápidamente, tratando de ignorar el dolor de cabeza y observo a su amigo, quien se encontraba en las mismas condiciones, su labio rojo, hinchado y con rastros de sangre.
Sacudió el cuerpo del pelinegro y con expresión nerviosa esperaba a que este despertará.
— Déjame dormir... —Yoongi sacudía su mano.
— Despierta ahora mismo, no estamos en el hotel —hablo observando a su alrededor— ¡Yoongi! —grito esta vez.
— ¿Dónde estamos? —el pálido se encontraba sobándose un ojo y mirando a su alrededor.
Tan pronto como supo que estaban en un lugar desconocido, Yoongi se sentó bruscamente y se quedó pasmado al ver como la puerta de la habitación se abría. Jungkook, tratando de proteger a su amigo, se puso frente a este y espero a que alguien apareciera.
— Oh ¿Ya han despertado?
Una mujer, no pasaba de los 30 años. Cabello negro; largo, ojos color miel, estatura baja y que le recordaba a alguien. Jungkook relajo su postura, era imposible que aquella mujer quien lucía tan amigable los hubiera secuestrado.
— Disculpe, pero ¿Dónde estamos? —Jeon se sentó en la cama.
— En la segunda planta del bar —respondió ella sonriendo— Mi esposo los encontró en el callejón, borrachos y vomitando a más no poder, entonces los trajimos aquí —comento dejando una bandeja con curitas y alcohol encima de la mesa— No sabíamos dónde vivían, entonces no tuvimos otra opción.
— ¡Diablos! —el pelinegro cerro sus ojos con fuerza.
— Déjenme curar esas feas heridas. También traje pastas para el dolor de cabeza y estoy preparando un delicioso almuerzo.
— Kook —Yoongi susurro— Creo que deberíamos irnos...
— Le agradecemos su amabilidad, pero sería mejor que nos vayamos —respondió haciéndole caso a su amigo.
— Nadie se mueve de esta habitación —la pelinegra comento sonriendo con sus ojos cerrados— Hasta que no cure esas feas heridas ¿entendido?
De repente sintió un horrible escalofrió en su cuerpo y al ver el rostro de su mejor amigo, supo que había sentido lo mismo. Entonces ambos permitieron que la desconocida curará sus heridas y bajaron detrás de ella, esperando pacientes a que les sirviera el desayuno. El bar se vería diferente a la noche anterior, al no tener sus luces encendidas, las paredes no lucían tan llamativas, pero no dejaba de ser un sitió increíble.
— ¿Recuerdas algo de anoche? —Yoongi pregunto luego de soltar un bostezo.
— Nada, hermano —suspiro.
— Me duele como un demonio la mandíbula —se quejó— Recuérdame no volver a tomar ni una sola gota de alcohol —comento apoyando sus codos en la mesa— Necesito por lo menos 10 horas de sueño, me siento agotado.
— ¡Aquí viene! —hablaba contenta la pelinegra.
Dejo dos platos de sopa de algas en la mesa, un poco de arroz y algunos vegetales. Lucía delicioso y al parecer sus cuerpos opinaban los mismo, porque apenas dejaron los platos frente a cada uno, sus estómagos rugieron.
— Gracias por la comida —Yoongi fue el primero en iniciar a comer.
— Gracias —continuó el pelinegro.
— Disfrútenlo.
La pelinegra los observaba con una sonrisa y eso empezaba a ser un poco incómodo. Ambos comían en silenció y un poco apurados.
— Gracias por ayudarnos anoche, también agradézcale a su esposo por nosotros —Jungkook hablo luego de haber terminado la sopa.
— Que niños tan educados —comento satisfecha— ¿De dónde vienen? No tienen acento.
— Somos de Seúl —el pálido respondió.
— Oh así que están de vacaciones —afirmo.
— No, realmente vinimos en busca de alguien —Jeon hablo asintiendo— Aunque ya que estamos aquí queríamos aprovechar y pasarla bien. No contaba con que nos pondríamos de esa manera anoche, luego de esa bebida extraña, no recuerdo nada.
— ¿Bebida extraña? —la pelinegra pensó— No me digas que caíste en la trampa de Saya —rio con ganas— Siempre la hace lo mismo a los turistas, aunque debería ponerle un alto.
— Debería —Yoongi puso los ojos en blanco— De no ser por usted y su esposo, habríamos dormido en la calle. Así que gracias y debemos irnos.
— ¿Tan pronto? —pregunto poniendo expresión de tristeza— Mi esposo estará aquí en unos minutos, porque no esperan a que llegue y almorzamos juntos.
— Es usted muy amable, pero como dijimos, vinimos en búsqueda de alguien —respondió poniéndose de pie.
Se sentía avergonzado por las palabras toscas de Yoongi, pero no pudo decir nada al respecto y también se puso de pie. Se sentía mareado y además avergonzado, era mejor que fueran al hotel y descansarán. —De nuevo, gracias por todo —Jungkook hizo una leve reverencia.