— No me salgas ahora con que no piensas decirle nada —Jungkook puso los ojos en blanco— ¡Vee! Dile que eres su hijo, su primogénito. Pero no te quedes ahí, parado, dudando ¡Házlo! —finalizo empujando a Yoongi hacia adelante.
— No creo que sea buena idea —murmuro con sus ojos vidriosos.
— ¿Qué? —Jeon se sostuvo el cuello y una mueca de dolor se dibujó en su rostro— Recuérdame a qué hemos venido...
— A encontrar a mi padre biológico.
Y el susodicho se encontraba conversando con su actual esposa a una distancia considerable de ambos de pelinegros.
— Entonces no dudes en este momento, lo tenemos justo en frente y no diré esto para que te sientas culpable, pero me siento como la mierda y prefiero regresar a casa —suspiro— Estoy luchando contra mí mismo para no desplomarme frente tuyo, así que por favor Yoongi-ah, ve y habla con él...
— ¡Hey chicos! —Yuna grito a la distancia— Los llevamos al hotel —hablo mientras se acercaba— Por cierto, no se tu nombre —la pelinegro observo a Yoongi de manera curiosa.
— Park Yoongi —respondió nervioso.
— Yoongi —susurro la pelinegra— Los llevamos a casa —menciono devolviéndose hacia su esposo.
— No puedo decírselo —murmuro.
Jungkook soltó otro suspiro y pareció resignado. Porque no mentía cuando decía que estaba esforzándose por no caer casi muerto al suelo, tampoco tenía las energías suficientes para convencer a su mejor amigo que hablara con su padre, su viaje a Daegu había finalizado.
A pasos lentos se acercaron a la pareja y subieron a la camioneta, rumbo al hotel.
Los cuatro permanecían en silencio, todos ocupados en sus propios pensamientos y cuando llegaron al hotel, ambos agradecieron por haberlos llevado y la pareja se marchó. Sentirse agobiado era poco y aunque trataba de ponerse en los zapatos de Yoongi, no podía evitar sentirse decepcionado.
Recogieron todas sus pertenencias y por fin encontraron las llaves del auto que se encontraban debajo la cama. Esperaron a que Namjoon llegará para regresar a casa, a su primo no podía mentirle, así que estaba recapitulando todo en su cabeza para contarle todo lo sucedido y el motivo del gran morado en su cuello.
El celular de Jungkook vibro, un mensaje de su primo, avisándole que se encontraba en el parqueadero del hotel. Le dio una mirada a su amigo, que se encontraba cabizbajo y se puso de pie — Hyung nos espera abajo —hizo saber en tono bajo.
— Te escuchas horrible —Yoongi observo al pelinegro con preocupación— ¿Te sientes bien? Debemos ir al hospital apenas lleguemos a casa —sugirió.
— Ni loco —respondió— Andando, regresemos a casa.
— ¿Estás enojado conmigo? —pregunto confundido.
— No —musito.
— ¿Entonces por qué percibo cierta irritación en ti? —pregunto siguiendo los pasos del pelinegro.
— Solo quiero regresar a casa, eso es todo.
— No es justo... —hablo deteniendo sus pasos— Sé que vinimos con un propósito y sé que lo más probable es que te sientas decepcionado, que pienses que soy un cobarde, pero no es tan sencillo —las manos del pálido sujetaron con fuerza la bolsa donde llevaban las sobras de comida y ropa— Se ve demasiado feliz con su esposa ¿Y si la noticia acaba con su matrimonio?
— Tienes un hermano pequeño; precioso. Y te juro que cuando lo vi, pensé que se veía como tú, es una copia exacta de ti y si decides no decirle nada a tú padre, lo respeto. No puedo negar que me decepciona un poco, pero al final siempre fue tu decisión. Vamos a casa ¿sí?
Aquello fue como dar por finalizado el tema. Ambos bajaron al primer piso, encontrándose con un moreno, vestido demasiado elegante, un traje color negro, zapatos negros; brillantes y gafas oscuras. Quien era ¿Una celebridad? Tan pronto como Namjoon se percató de la presencia de su primo, se quitó las gafas un tanto confundido.
— ¿Qué diablos te sucedió? —pregunto acercándose a ambos menores.
— Hyung —apenas pudo pronunciar— Te cuento en el camino, solo vámonos.
— Jeon Jungkook —amenazo.
— Nos robaron —Yoongi hablo por el pelinegro— Jungkook me defendió y terminaron por lastimarlo, todo fue mi culpa —finalizo bajando la cabeza, avergonzado.
— ¿Tú estás bien? —la mano del moreno viajo a la cabeza del pálido, revolviendo sus cabellos.
— Si... No me hicieron nada.
— Eres todo un héroe, primito —Namjoon abrazo al menor y acarició su espalda con cariño— Mínimo estabas aterrado, pero aun así defendiste a Yoongi ¿cierto? —pregunto cuando se separó del pelinegro.
— Cállate y llévame a casa —murmuro.
— Andando —el mayor carcajeo.
Los tres caminaron hacia el auto que se encontraba un poco abandonado. Abrieron las ventanas para que el olor a olvido se fuera y luego de unos minutos se subieron. Jungkook pensaba en el fracaso del viaje, todo empezó a ir de mal a peor. — Compraré algunas bebidas y comida para el camino —Namjoon les hizo saber y se estaciono en una tienda.
Yoongi se encontraba en el asiento del copiloto, mientras Jungkook se encontraba en los asientos traseros, por si se sentía mal, pudiera recostarse con total comodidad. Entonces escuchó una risa que reconocía perfectamente y al mirar a su derecha se encontró con el pequeño Jihoon, jugando con quien parecía ser su padre.
— Oh —musito— Hablando del pequeño Jihoon, querías conocer a tu hermano menor, ahí está.
La mirada de Yoongi se dirigió a la misma dirección y quedo sorprendido ante la escena. Al mismo tiempo Namjoon venía de salida, ingreso al auto, se abrocho el cinturón de seguridad y se puso en marcha.
Pero entonces los ojos de su mejor amigo se pusieron vidriosos, mordió sus labios como intentando que un sollozo no se saliera de su boca y sintió su frustración, sintió su miedo, Jungkook se sentía lo que estaba a punto de suceder.
— Detén el auto —murmuro en tono bajo.
— ¿Qué? —el moreno pregunto sin entender.