El Paraíso y el abrazo de la serpiente

Capítulo 1. La Corona de Cristal. Parte 1

Despertó en la madrugada, los ojos empañados y las piernas algo cansadas. La mañana se tornaba común y corriente, nada especial, nada fuera de lo normal. Alistó su maleta y salió con la energía "normal" al transporte que le llevaba a su destino a unos kilómetros de su casa, un lugar donde habían muchas personas, unos cuantos conocidos y contados amigos. Llegó a su oficina, todo común y corriente, los cuarzos se acercaron a saludarle e indiferente respondió con una sonrisa mientras que en su mente pensó:

-Qué día más triste el de hoy, no hay nada nuevo, nada interesante, son las mismas caras aburridas de siempre. Vaya desolación.

Pasaron las horas y las demás joyas lucían aún más incoloras y simples de lo normal. Las agujas quemaron el reloj y llegó el momento para ir a comer algo. Salió del lugar gris donde se encontraba, pero antes de, se escuchó un grito, era Victoria:

"Tienes que ir a buscar a la otra piedra preciosa que se encuentra en estas instalaciones, lo demás te lo contaré después, por ahora, sólo búscala y preséntate, será tu compañera de trabajo"; así lo decidieron pues como ya había mencionado antes, eran las únicas dos piedras en todo el terreno.

La piedra salió sin ánimo alguno, se encontró con Obsidiana en el camino. Obsidiana era la pareja de Esmeralda, y se le conocía así por tener una apariencia de piedra lujosa pero un alma tan negra como este material. Saludó a la piedra, le trató bien hasta que se le mencionó que, tenía que buscar a una tal Turmalina. Obsidiana conocía a Turmalina y aunque puso problema, dejo ir a Esmeralda a buscar a la aún desconocida para él Turmalina.

Esmeralda se encontraba perdido en la mitad de la calle buscando a Turmalina, sin embargo, era como jugar a encontrar una aguja en un pajar pues, no conocía de su apariencia, lo único que sabía que era que, ella es otra piedra preciosa. Desesperado y estresado porque quería ir a hacer más cosas y no perder tiempo buscando a una desconocida, Esmeralda comenzó a preguntar

-"¿Vos sos Turmalina?, ¿Sabes quién es?"

Cuando ya le había preguntado a casi todos sus ojos se tornaron azul gracias a estrés que estaba viviendo. Y pensaba "¿Por qué debo hacer esto, a obsidiana no le gusta esto, yo no debería estar en este trabajo, sólo lo hago porque necesito hacerlo." Pasaron los minutos y Esmeralda casi se rendía, hasta que a lo lejos vió una mujer que resaltaba entre las demás, era muy hermosa, su cabello era de color dorado, su sonrisa era divina y su actitud positiva tocaba y daba brillo a la piedra incrustada en el corazón de aquel muchacho. "Debe ser ella, no sé porqué, pero debe ser ella" pensó Esmeralda. Se acercó y le dijo,

-"Disculpa, ¿Tú eres Turmalina?"

Acolorada y con sus cachetes más rojos de lo normal ella respondió con agrado

-"Sí, soy yo, soy Turmalina, ¿Quién eres tú?"

-"Yo soy Esmeralda, creo que al igual que tú, no soy humano, soy una perla".

-"¡Ay!, Eso es sorpréndete, muchos nos critican por tener las piedras dentro de nosotros sin saber que, las mismas cambian constantemente nuestro ser y estado de ánimo, nos hace únicos e incomprensibles, pero aún más bellos de amar".

Esmeralda impactado por las palabras de la joven Turmalina le respondió:

-"Sí, no somos normales en cuanto menos, pero bueno Turmalina, es un total placer conocerte, quiero informarte que, seré tu compañero de trabajo, me han dicho que sos nueva en la institución, estaré dispuesto a ayudarte en todo lo que necesites."

-"Gracias Esmeralda, Me alegra conocerte, es todo un placer"

-"El placer es mío, y si me disculpas tomaré el atrevimiento de decirte Alina, ese será tu apodo, te llamaré así."

-"Está bien Esmeralda, me gusta tu actitud, te veo luego", dijo la chica sonrojada.

Se dieron la mano y voltearon sus cuerpos mientras sus pensamientos inundaban sus mentes, por el lado de Esmeralda, pensaba "Vaya chica tan hermosa, es muy linda, es muy agradable, sentí algo raro, una conexión que no he sentido antes... Debe ser producto de mi imaginación, pero vaya... Me hizo sentirme libre... Feliz... Hizo que mi perla brillara aunque ella no lo notó. Sin embargo no puedo pensar en eso, obsidiana no me lo permitirá, debo mantenerlo en secreto... Pero vaya chica tan interesante". Mientras que Turmalina sólo pensaba "Él es genial, que extraño, además es hasta guapo, sería algo lindo conocerlo. Algo dentro de mí brilló al verlo, y seguramente es mi Turmalina incrustada en mi pecho... Vaya... Debo conocerlo, a lo mejor y seremos buenos amigos".

Los chicos siguieron su camino con una sonrisa de lo más inusual, sin saber que dentro de ellos, sus perlas sobresaltaron de emoción y brillaron como nunca antes.

Llegó la noche y al celular de Esmeralda llegó un mensaje de un número desconocido, su foto no daba claridad a quién se trataba. Él tuvo miedo de abrirlo pues es un chico miedoso, sin embargo, entró al chat y leyó:

"Hola Esmeralda, soy Alina,¿cómo estás?, Disculpa escribir sin previo aviso"

Esmeralda feliz respondió:

"¡Turmalina!, Bien gracias, ¿y tú?".

Aunque sólo hablaron de temas laborales esa noche, no sé aburrían de hablar con el otro, hasta que se hizo tarde y se despidieron. La joya del joven Esmeralda, rota y casi sin brillo gracias a la tóxica y cruel Obsidiana volvió a tener brillo. La noche llegó y los dos sin saberlo, pensaron en el otro, en lo genial que fue conocerse, así pues, se acostaron felices, mientras una estrella fugaz pasó por el cielo y el deseo se pidió solo.

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.