El pasado en mis recuerdos

Capitulo 6

GIANELLA

No había vuelto a ver a Zane desde esa noche en que desaparecieron los expedientes y tuvimos esa extraña conversación. Me sentía frustrada al punto de estar ansiosa por el próximo encuentro, hoy llevaba cuatro días encerrada en el departamento esperando que por alguna extraña razón sintiera la necesidad de venir aquí pero eso aun no había pasado.

Unos toques en la puerta me devolvieron a la realidad, haciendo que dejara de obsesionarme con ver a Zane de nuevo. Voy hacia ella y abro, Mason del otro lado me mira con diversión en sus ojos y una sonrisa realmente linda.

-Espero no molestar-abro aun más la puerta para dejarle espacio y lo hago pasar. Sonrío

-Para nada-me contempla fijamente durante un rato y empiezo a bailar en mis pies un poco nerviosa por su escrutinio-¿Qué?-digo riéndome por la mirada que me está dando. Pone un dedo en su barbilla y lo frota, haciendo la simulación de que está pensando.

-Estoy tratando de adivinar-lo miro sin comprender

-¿Qué?-digo lentamente acercándome un poco

-Cuantos intentos me llevara sacarte de este departamento y conseguir que aceptes salir conmigo-me quedo sin palabras durante un momento perdida en la mirada que sus ojos azules me están dando. Esa de cuanto-quisiera-que-no-estuvieras-enamorada-Como amigos-agrega aunque noto la reticencia en su voz

-En realidad, ninguno. Necesito salir de aquí o empezare a volverme loca-digo dándole un vistazo al departamento. Mason ladea la cabeza y sonríe burlonamente

-Creí que ya lo estabas-pongo las manos en mi cadera y lo fulmino con la mirada

-Ja. Ja. Iré a cambiarme, siéntete como en casa-lo dejo en la sala y voy a mi habitación a cambiarme, no tengo muchas ganas de salir pero lo que le dije a Mason es cierto. O salgo, o me vuelvo loca. Además no es como si una salida fuese a cambiar las cosas. Me decanto por unos vaqueros oscuros que abrazan mis piernas de una manera favorecedora junto a una blusa de tirantes color beige y unas sandalias planas del mismo tono. Últimamente, Jennie y Theea me estaban ayudando a mejorar mi guardarropa. No es que antes me vistiera mal es que ahora y cito sus palabras “estábamos en la edad de vestir de forma elegante pero no exagerada”. Alboroto mi cabello, que ya estaba más largo de lo que normalmente acostumbraba, pronto tendría que cortarlo si no quería que Jem volviera a llamarme Rapunzel como aquella vez en quinto grado que me negué a cortarlo por dos años; aplique un poco de brillo labial y tomando mi bolso salí antes de arrepentirme.

Al salir de la habitación, veo a Mason mirando fijamente algunas fotos de Zane y yo que puse en el estante cerca de la TV. Las puse ahí cuando lo creí muerto porque no quería dejar de sentir su presencia en ningún lugar del departamento; si, en los meses que él estuvo “muerto” me volví un poco loca.

-Estoy lista-digo. Los ojos de Mason vuelan hacia mí y un segundo después los abre ampliamente. Empieza a preocuparme su expresión

-Estas… estas..

-¿Tan mal?-le digo, creyendo que en verdad me veía mal

-Hermosa-susurra sin dejar de mirarme a los ojos. La mirada de Mason me provoca cosquillas en mi estomago, más que nada porque ha pasado un tiempo desde que alguien me vio así. Desde que me sentí así. Deseada.

Mis mejillas se calientan y sonrío con timidez-Gracias-me acerco a él y tomo su brazo y con eso salimos del departamento.

Unos 20 minutos después Mason había aparcado su motocicleta en el estacionamiento del centro comercial, yendo directamente al cine y nos encontrábamos a la fila para comprar los boletos.

-Dos para Los Vengadores-Mason pago y le dieron los boletos. Esto casi se sentía como una cita aunque técnicamente eso era. Empecé a inquietarme, digo Mason sabia de mis sentimientos por Zane y lo respetaba pero la línea en este momento estaba tan difusa que ni yo misma sabia que significaba esto. Seguimos por el lado de los dulces y me obligue a no darle tanta importancia a esto.

Solo éramos dos amigos compartiendo en una salida. Nada más. Podía con eso, decidí y al mirar sus ojos y la sonrisa en sus labios me di cuenta que en realidad quería hacer esto. Pedimos las palomitas y las bebidas y por mi parte, toda clase de chocolate en el mostrador.

-Eres como el monstruo del chocolate-bromeo Mason cuando me vio sosteniendo 4 bolsas de Snicker’s en mis manos. Lo mire inocentemente.

-No sé nada sobre eso-entramos a la película y nos concentramos en ella, excepto por el ocasional comentario que nos lanzaríamos de repente anticipando las acciones de los personajes. Reí y sonreí durante toda la película y para cuando me di cuenta tenía una hora y algo sin pensar en Zane o en algo más que no fuera Mason, y me gusto. Estar con Mason era fácil, relajado, podía verme a mí misma disfrutando de su compañía como algo más que amigos cuando una vocecita en mi cabeza susurra de forma malvada.



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En el texto hay: sexo, amor, odio

Editado: 01.11.2019

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