CAPÍTULO 18: Volver a empezar

Liv

Habían pasado dos días desde que salí del hospital, y aunque todo parecía en orden, mi mente seguía enredada como una película proyectada fuera de secuencia.

Volver a la rutina fue más difícil de lo que imaginé. Mi cuerpo estaba cansado, pero no más que mi mente. Aun así, me vestí, caminé hasta el estudio fotográfico y abrí las ventanas para dejar entrar el aire de la mañana. El sol estaba cálido, como si el universo intentara convencerme de que todo estaría bien.

Acomodé algunos equipos, encendí las luces, revisé el calendario de sesiones y edité fotos pendientes. Me hablaba a mí misma con frases simples, pequeñas afirmaciones para mantenerme anclada: "Estás bien, Liv. Paso a paso."

No quería que nadie me tratara como si estuviera rota. Estaba volviendo a empezar, sí, pero eso no significaba volver a cero del todo. Tenía habilidades, pasión, una carrera que había construido con esfuerzo. Puede que no recordara todos los detalles, pero algo dentro de mí sí lo recordaba. Era como si mis manos supieran lo que mi memoria aún no.

Tomé una cámara y salí un momento al parque frente al estudio. Necesitaba luz natural para unas tomas pendientes. A través del lente, las cosas parecían más claras. Personas caminando, una madre riendo con su hijo, dos chicas abrazadas en una banca. Atrapé esos instantes, esos fragmentos de realidad que tanto me gustaba capturar.

Cuando bajé la cámara, alguien me estaba mirando. No era extraño, estaba con el equipo en plena calle, pero cuando nuestros ojos se cruzaron, supe que no era cualquiera. Will.

No se acercó. Solo levantó la mano a modo de saludo y siguió su camino. Pero en su mirada vi algo distinto. No dolor, no resignación. Vi determinación.

Y por primera vez, no sentí culpa, ni urgencia. Solo sentí que todo, de a pocos, empezaba a tomar forma.

El pasado seguiría regresando en fragmentos. Pero ya no me asustaba. Porque ahora, por fin, estaba lista para volver a empezar.

—Me alegra verte con una cámara de nuevo.
La voz de Jay me sobresaltó, y su risa me ayudó a ubicarlo. Me giré rápidamente, y cuando mis ojos lo encontraron, no lo dudé: levanté la cámara y le tomé una foto.

—¡Hey! —protestó entre risas, pero no se movió.

Irónicamente, estaba perfectamente posicionado frente a un edificio, en el ángulo justo. La luz natural caía sobre él, haciendo resaltar sus ojos azules que brillaban con diversión. Era una imagen espontánea, pero potente.

—Eres un modelo muy expresivo —bromeé mientras revisaba la foto en la pantalla.

—Tú sí que no pierdes tiempo —respondió acercándose—. ¿Ya estás trabajando otra vez?

—Poco a poco. Hoy me animé a salir del estudio —guardé la cámara y me recosté levemente en la baranda del parque—. Me hace bien, ¿sabes? Sentir que algo vuelve a su sitio.

Jay asintió con suavidad.

—No te voy a mentir, me alivia verte así.

Lo miré en silencio un segundo. Su presencia era reconfortante, como la de alguien que ha estado ahí en todos los capítulos, aunque algunos los haya olvidado.

—Will me contó que hablaron —aquello revivió todo lo vivido hace dos días.

—Sí... —asentí con suavidad—. Creo que era la última persona que faltaba en mi rompecabezas —suspiré—. Ahora siento que puedo empezar de nuevo con más tranquilidad. Continuar con mi vida sabiendo que no le hago daño a nadie y que todos me apoyan.

Jay me observó en silencio unos segundos, como si procesara el peso de mis palabras.

—Es valiente de tu parte decirlo —respondió finalmente—. A veces, empezar de nuevo no es solo reconstruirse, sino también aceptar que algunas piezas nunca volverán a encajar como antes... y está bien.

Le dediqué una sonrisa sincera.
—Supongo que sigo aprendiendo a soltar.

—Y mientras tanto, recuperas lo que realmente te hace feliz —añadió señalando mi cámara—. Eso también es empezar.

Volví a mirar la cámara colgada de mi cuello, como si hasta ese instante no hubiera notado lo natural que se sentía tenerla conmigo otra vez. Era cierto. Había algo distinto en esta nueva etapa... no se trataba solo de recordar, sino de redescubrir.

—¿Quieres caminar un rato? —preguntó Jay con una sonrisa amigable—. Si te animas, podemos ir a ese café que tanto te gustaba. Te aseguro que aún sirven el mejor croissant de chocolate de la ciudad.

Reí ante el entusiasmo en su voz.
—¿Y si no lo recuerdo?

—Entonces lo descubrirás de nuevo —respondió guiñándome un ojo.

Y por primera vez en mucho tiempo, sentí que sí... que podía permitirme descubrirlo todo otra vez.

Will

Verla con su cámara me llenó de alegría. Después de un mes, por fin me sentía yo de nuevo.
Si bien ya no tenía a la persona que más amé en el mundo, sentía que se había abierto una nueva oportunidad con ella: dejar que me volviera a conocer... y yo, conocer a la nueva Liv.

Había algo distinto en su mirada, una mezcla de calma y determinación que no había visto antes. Tal vez era parte de esa nueva versión de sí misma que tanto mencionaba. Y aunque dolía saber que muchos de nuestros recuerdos compartidos ya no existían en su mente, no podía evitar pensar que, tal vez, teníamos la posibilidad de crear otros nuevos.

Con esto en mente, me dirigí al hospital para iniciar un nuevo turno. Treinta horas me esperaban por delante, y con ellas también el tiempo para pensar en cómo seguir acercándome a Liv.
Quiero que sepa que puede contar conmigo, que puede sentirse cómoda a mi lado... como lo está con Connor.

No se trata de competir. Lo entendí hace poco. Se trata de estar presente, de que me vea tal como soy ahora, con mis errores y mi historia, pero también con mis ganas sinceras de formar parte de su nueva vida.
Y si eso significa comenzar desde el principio, sin apuros, entonces lo haré. Cada mirada, cada gesto, cada palabra que comparta con ella será mi forma de decirle: "Estoy aquí. No te voy a soltar."