El Pasado Nos Condena

Capítulo 9: Y estoy de nuevo a tu lado

Relator omnisciente

El señor Nigel y Maia se encontraban finiquitando detalles del proyecto cuando entró Josh a dejar una documentación pendiente. Miró sorprendido pues no sabía que Maia trabajaba también con su padre. En un principio se había determinado que estaría bajo sus órdenes, su padre dijo que sería su asistente. Se sentía frustrado y lo dejó entrever cuando saludó fríamente.
—¿Terminaste los informes que te pedí? —preguntó el padre a su hijo.
—En realidad, estaba esperando a que la señorita Low me pasara el detalle.
—Pues no debes esperar a que otra persona haga tu trabajo, Josh —le reclamó seriamente el señor Nigel.
—Y tampoco puedes usar a mi personal a tus anchas, aún tenemos pendientes que terminar. Dijiste que trabajaríamos en el proyecto de la aceitera... —le contestó de igual modo el hijo.
Maia se sintió incómoda por esta pequeña disputa entre padre e hijo. Tuvo la leve impresión de que el espacio se achicaba y que ella estaba de más. Josh se puso colorado por la ira contenida y pudo ver que tenía los nudillos blancos por la fuerza con la que apretaba el puño.
Lentamente se aproximó a la puerta sin que lo notaran y quiso escapar de la oficina, cuando la detuvo la voz subida en decibeles del señor Nigel.
—Señorita Low, aún no hemos terminado. La invito a que continuemos mas tranquilos en casa. Josh también puede traer los informes y completamos todo ahí mismo¿Qué le parece?—preguntó con un tono que no daba lugar a réplicas.

Maia estaba espantada. Eso solo significaba que le quitaría más horas a su hijo. Quiso negarse pero al ver la expresión enojada de ambos no se atrevió a contrariar a su jefe.

—E-esta bien, señor. Pero antes permítame hacer una llamada. Tengo que avisar a mi familia para que no se preocupen.
—Por supuesto, señorita, lo que necesite. Le pagaremos las horas extras, no hay problema —espetó el señor Nigel con oscuro semblante.
Salió un momento para llamar a su madre y avisarle que llegaría más tarde. Preguntó por su pequeño hijo y al saber que todo marchaba bien, acompañó a ambos Nigel al vehículo que los esperaba en el estacionamiento. El chofer bajó a abrir amablemente la puerta.
El señor Nigel hizo que se sentara al lado de Josh y él al frente. Como había poco espacio, no tuvieron otra que acomodarse muy juntos, chocando los muslos de ambos. Ella agachó la mirada para que ninguno de los presentas viera el rubor de su rostro. Podía sentir por las capas de tela los músculos bien marcados de él y por sus fosas nasales entró su perfume exquisito y muy masculino. Recordó cuanto le hubiera gustado estar así de cerca cuando iban al instituto, pero siempre supo que era un imposible.
Josh calló el resto del viaje, parecía molesto pero en realidad estaba contrariado por la presencia de ella. Era la primera vez que estaban tan cerca, pudo ver los poros de su piel y un mechón de sus cabellos pasaron por su cara ocasionando miles de sensaciones. Ambos callaron hasta que llegaron a la mansión espectacular que se erigía al final del camino.
El vaivén del vehículo y el paisaje monótono solo permitieron que se derramaran viejos recuerdos.

Hace 4 años
Josh

El primer día de clases en el instituto empezó mal para mí. Había pasado la noche con mi novia de turno, en ese entonces tenía periodos normales de noviazgo con muchachas hermosas que me buscaban pues a pesar de ser muy joven, ya se veía lo bien dotado que estaba, al menos es la opinión de la mayoría que logré recoger. Supe que cuando iniciara el instituto iba a renovar las pretendientes, agua nueva que correría bajo el puente. Llegué tarde a la clase del profesor Lincoln y me llevé no solo una reprimenda delante de todos sino que fuí exiliado al último asiento disponible, al fondo del aula pues el mío ya estaba siendo ocupado por alguien más. De allí me llamó la atención la misma muchacha que ví el día de inscripción, la que solicitó la beca, no había reparado en ella antes. Podía observar su espalda delgada y sus cabellos castaños cayendo sobre sus hombros. No estaba tan mal la ubicación, después de todo, desde allí podía observarla a mis anchas sin que ella ni nadie se diera cuenta. Y así permanecí el resto de la carrera, fantaseando con la de ojos miel pero sin dirigirle la palabra, como hacían todos en el instituto.

Actualidad

Jamás había visto una casa tan hermosa. Maia observó extasiada la forma de sus ventanas y los adornos en la madera de las puertas, los lujosos muebles y arañas en los techos.

—Su casa es hermosa —le dijo encantada al señor Nigel. Éste sonrió de oreja a oreja. Josh quedó sorprendido, hace años que no veía así a su padre. Esta muchacha causaba algo en los dos, sin dudas.

Se dirigieron al despacho y se pusieron a trabajar. Josh completó el trabajo rápidamente ya que eran solo algunos ítems que debía completar de lo que se le había encomendado y se retiró. En ningún momento se le pasó el mal humor que por un momento quiso transmitirse a los demás. Estaba tan callado y serio como nunca se lo había visto. Al rato apareció una señora cargada con una bandeja llena de fiambres, panes, quesos, frutas.
—Seguro tienes hambre, has trabajado por horas sin descansar. Vamos a comer algo y luego terminamos —le dijo el señor Nigel. 

Ella sonrió agradecida, no se había dado cuenta que estaba hambrienta. Pidió permiso para ir al baño antes. La señora Nika la acompañó y le mostró uno de los tantos que había en el largo pasillo. Entró y se refrescó un poco. Se miró al espejo y vio que estaba desaliñada, los cabellos revueltos y nada de maquillaje. Habían pasado muchas horas desde su último retoque. Se arregló un poco, pues jamás permitía que la vieran en estado calamitoso, tenía que parecer segura. "Para que no vuelva a pasarme lo que me pasó", se dijo. Se había ido construido una imagen de mujer fuerte ante los demás, no debían ver su espíritu endeble. Desde que salió del instituto se produjeron muchos cambios en su vida, sin dudas el traer al mundo a Michael fue el más importante, otra fue crearse una imagen fuerte y segura de sí misma para demostrar a los demás que no era débil ni vulnerable.




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