Maia
Desperté sobresaltada. Algo me había despertado sin dudas, al abrir mis ojos me percaté que aún era de noche. ¿Cuánto habría dormido? Intenté alcanzar mi celular para ver la hora cuando un grito involuntario salió de mi boca. Josh estaba sentado en un sofá que hay a los pies de mi cama, tenía la mirada esa que no puedo describir. Me asusté.
—Q-qué estás haciendo en mi habitación? —traté de mantener el tono de voz firme.
No contestó nada, sólo resopló y se refregó el rostro con una de sus manos, como si quisiera despejar sus ideas o pensamientos.
—Vete, Josh. Ve a dormir en tu habitación.
Nuevamente silencio. Pude sentir el olor a alcohol que llegó como una oleada a mis fosas nasales y me dí cuenta que estaba borracho. No sabía que hacer ni que pensar. Nunca lo había visto alcoholizado así que no sabía como sería su actitud. Me levante despacio y me cubrí con una bata, su rostro no podía verse desde donde estaba ya que justo esa zona estaba en penumbras.
—No te acerques por favor —dijo sobresaltándome
—Estás borracho —afirmé, aunque no detuve la marcha.
—Si, estoy muy borracho —se rió estúpidamente. No le encontré gracia a nada de lo que estaba pasando.
—¿Te perdiste? ¿Quieres que te ayude a llegar a tu habitación? —le pregunté y ya estaba más cerca de él.
Ya desde donde estaba pude apreciar sus blancos dientes en una sonrisa.
—No me perdí. Estoy donde quería estar —no sé porque pero estas palabras hicieron que me estremeciera levemente. Tal vez había bajado la temperatura y me estaba haciendo frío. También hicieron que me detuviera.
—¿Y por qué estás aquí? ¿No deberías estar con alguna de tus rubias? —decidí avanzar hasta donde estaba. De todas maneras me dirigía más cerca de la puerta por si necesitaba pedir ayuda para llevarlo.
Volvió a reír. Su risa era burlesca. Salvé el espacio que quedaba para llegar hasta él y lo miré. Los párpados tenía casi cerrados, su ropa estaba hecha un desastre. Aún llevaba el traje con el que había ido a la oficina. Sus cabellos estaban revueltos y la corbata floja.
—Vamos, te ayudaré a llegar a tu habitación —insistí tomándolo del brazo para que se levantara. Entonces levantó su vista y me miró con sus ojos profundos. Al parecer nunca me acostumbraría a ellos, cada vez que lo hacía me sentía floja, como si mi cuerpo flotara. Aún en el estado en el que estaba su presencia me causaba algo. En ese momento no era el playboy del instituto ni estaba rodeado de chicas pero para mí tenía igual efecto. Lo tironée de un brazo para ver si podía incentivarlo a levantarse. Lanzó una carcajada divertido. Ya estaba colmando mi paciencia.
—Si no te levantas, Josh, iré a buscar a tu padre para que te saque él.
—¿Por qué me quieres sacar de aquí? Déjame dormir contigo— hizo un mohín con la boca, como un niño chiquito.
—Estás loco, Josh. No vas a dormir conmigo —terminé de decir esto y se levantó de un solo envión y como aún lo sostenía del brazo logró acercarme a su cuerpo chocando una vez con su pecho.
—¿Por qué no quieres que me quede aquí? Déjame dormir contigo. No duermo hace mucho, necesito dormir.
—¿Y por qué aquí, Josh? Puedes hacerlo con Lauren o con quien quieras s no quieres estar solo.
—Porque solo tu me das paz. Necesito algo de paz —miré su rostro para ver si bromeaba, pero aparentemente lo decía seriamente, aunque aún no sabía cuando decía algo en serio o algo en broma. "Te amo", resonó una vez en mi cabeza. No podía quitarme esa frase. Estaba intimidada por su presencia, tenerlo tan cerca me causaba un sinfín de emociones.
—Es imposible, no podemos dormir juntos, no soy tu mujer —lo dije con mucho esfuerzo ya que sentía que mi cara quemaba de la vergüenza. Escuché claramente cuando la saliva pasó por su garganta tragando grueso. Volvió a quedar en silencio. Me dio la impresión de que quería decirme algo pero no podía entender que. En realidad tenía mucho que agradecerle, muy a mi pesar, Josh había hecho mucho por mí en el tiempo que llevaba de estar en contacto con él, de la "segunda etapa", como solía llamarlo yo. La "primer etapa" fueron los años que estuvimos en el instituto y las experiencias fueron contadas con la mano. Me salvó de Rick e incluso se peleó con él por defenderme, eso valía mucho para mí y le quitó un poco la imagen de altanero que tenía.
—Por favor, por favor, prometo portarme bien. No haré nada, solo dormir —dijo juntando las manos en ademán de súplica.
—¿Y qué va a decir tu padre si te ve salir de aquí por la mañana? —me puse a pensar horrorizada en lo que dirían los demás, incluso la señora que pasaba a hacer la limpieza temprano.
—Me iré antes que todos levanten, lo prometo —siguió suplicando. Era la primera vez que lo veía en ese plan de niño bueno, en realidad lo ví también cuando fuimos al baile de encuentro del instituto pero esa parte la tenía casi olvidada, las bebidas que tomé me hicieron perder la conciencia de esa noche y no recordaba nada. Solo supe que me desperté por el olor a Josh en su cama pero él no estaba allí. Me levanté y me fui apenada por la situación y no hablamos del asunto.
—Está bien, Josh Nigel. Pero apenas te pases te vas ¿me entendiste? —lo señalé con el dedo para enfatizar mis palabras.
Editado: 14.03.2022