El Pasado Nos Condena

Capítulo 47: Créeme esta vez

El antro refulgía en sus luces multicolores y la música retumbaba en el pecho, Lauren estaba en su elemento, se movía sugerente sobre el pobre muchacho de turno, decía llamarse Brian y vaya a saber uno de donde lo había sacado para que la acompañara esa noche.
En un rincón, Maia y Josh se sentaron con una bebida cada uno, solo querían disfrutar del ambiente, no estaba en sus planes bailar aún. Miraron el lujoso lugar, todo era precioso. Las mesas y sillas haciendo juegos, adornos finos y la pista de primera. Se decía que estaba el mejor DJ de la zona.

—Joshua Nigel, ¿todavía sigues en tus andanzas? —se dio vuelta a ver quien saludaba tan efusivamente. Louis Jackson. Se turbó un tanto, no tenía buenos recuerdos con Louis, si bien habían sido compinches de travesuras, junto a Rick. Le devolvió el saludo tratando de mostrar su mejor cara.

—¡Maia Low! —sus ojos se abrieron como si hubieran visto un OVNI. Una gran sonrisa se dibujó en sus labios. En el fondo, Josh rogaba que no se desbocara con sus comentarios. "No puedo creer que se vaya a arruinar nuestra noche", se pasaba nervioso las manos por los cabellos. 

—Pero bueno, nunca me dijiste que eras amigo de esta preciosidad —sus ojos chispeaban de lujuria al recorrer con la mirada el vestido negro que se ajustaba a su cuerpo.

—Maia, ¿recuerdas a Louis del instituto? —quería quitar el mal ambiente que se había generado y debía acostumbrarse a que babearan por Maia.

—Por supuesto, ¿quién no conocía a Louis Jackson? Hola —saludó tratando de ser gentil. Ya debería dejar atrás todo el mal que le habían hecho, el futuro era mejor que todos esos recuerdos. Louis tomó la mano que le ofrecía para saludar y le estampó un beso sugerente. A Josh le dieron ganas de vomitar. "Maldición, yo era así de asqueroso también"...

—Bien, Maia y yo nos íbamos a la pista. Debemos encontrarnos con Lauren y su pareja. Nos vemos luego. Un gusto saludarte —le dio un golpe varonil en uno de los hombros de Louis para que este desviara la vista del escote de Maia.

—Voy a matar a ese infeliz —mascullaba mientras Maia lo miraba divertida.

—¿Por qué? No ha hecho nada malo, solo saludó.

—¿Bromeas? ¿No has visto las miradas que te echaba? Voy a arrancarle los malditos ojos— decía mientras la arrastraba de la mano hacia el centro de la pista.

"Counting stars" comenzó su melodía desenfrenada y Maia dio un gritito. Le encantaba ese tema. Tironeó a Josh para que se detuviera mientras cantaba y empezaba a moverse al ritmo de la música. Josh la miraba embelesado, todo en ella rezumaba sensualidad, su piel estaba encendida.
 

Josh
Diablos, no puedo dejar de mirarla. Ella es hermosa. ¿Cómo es que me perdí tanto tiempo de disfrutarla? Perdí años valiosos por culpa de mis estupideces. Juro que si Louis vuelve a acercarse con su cara de nabo voy a reventarle esa bocota horrorosa. Es tan o más sexy que cualquier mujer que está en este lugar, se mueve muy bien, ya quisiera tenerla otra vez debajo mío, o arriba o donde sea. Mi erección sube como espuma en el mar mientras ella baila para mí, mirándome fijamente como si yo fuera el único hombre del recinto. Eso me encanta. Ella definitivamente no es como las demás, es para siempre.

Por el momento se mantiene un tanto alejada de mí y la entiendo. Siempre me vio como el patán que fui. Si, es así como lo digo ahora, fui, tiempo pasado. Por ella soy capaz de cambiar todo eso. Aprovecho un momento en el que se acerca más a mí en su danza sensual y la tomo de su blusa para achicar distancia entre nosotros. Apoyo mi frente en la suya acompañándola en el baile. Me dedica una sonrisa tan caliente que me siento volar. La tomé de la cintura y la pegué en mi pelvis. Quiso dar un paso atrás al sentirme pero se lo impedí. Le regalé mi mejor sonrisa para que se relajara.. "Dios, solo quería estar con ella". Deseaba que todos los que estaban alrededor desaparecieran y nos quedáramos solo los dos. Ansiaba tanto pasar tiempo con ella. A medida que el tiempo pasaba iba tocando diferentes partes de su cuerpo, en una de esas me atreví a robarle uno que otro beso. Lauren se acercó a decir que se iba con el fulano del que no recordaba su nombre. La miré mal pues no me gustaba que anduviera de regalada pero ya estaba bastante crecida y experimentada. Le pedí que me enviara un mensaje en cuanto llegara a su destino y solo nos quedamos los dos.

—Voy al baño...y, ¿podemos irnos luego? —me preguntó la dueña de mis insomnios.

—¿Estás aburrida? —le pregunté.

—No, estoy cansada y los pies me están matando. Quiero quitarme los zapatos —me dijo tímidamente. La amé más. Ella era espontánea y fresca, nunca escuché a ninguna expresar su incomodidad.

—Por supuesto, mi reina. Usted ordena y yo obedezco —me tiró un puñetazo en el hombro. Diablos, esa mujer no me iba a tomar en serio nunca.

—Voy al baño y luego nos vamos, ¿si? —asentí. Me sentía otra vez nervioso, no podía explicarme porque me sentía así con ella. Quería hacer las cosas bien con ella, quería que se sintiera segura conmigo y no pensara que la quería para lo que en estos momentos se me ocurría hacer con ella. "Me vas a volver más loco, Maia Low", mascullaba afuera del baño de damas. Por supuesto, no podía evitar las miradas relajosas de las mujeres que pasaban por allí pero no presté atención a ninguna, solo estaba esperando a que ella saliera.

Louis pasó en ese momento con un grupo de muchachones como él, "con la crespa parada", como diría mi Maia. Me vió y se acercó.




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