El Pasaje Maldito

Capítulo 5: El comportamiento extraño de la muñeca (Parte II)

 

 Después de la desaparición misteriosa de la curandera, el Pasaje Maldito quedó sumido en una atmósfera aún más sombría y cargada de misterio. La muñeca de porcelana seguía siendo un enigma inquietante, y el comportamiento extraño de la misma no hacía más que aumentar los temores de los residentes.

 

 Una tarde, mientras Lucía y Carmen paseaban cerca del riachuelo que rodeaba el conventillo, descubrieron algo que heló su sangre. Entre las aguas turbias yace el cuerpo inerte de la curandera, flotando como un trágico símbolo de la oscuridad que aún acechaba el lugar.

 

 Lucía y Carmen se acercaron con temor y horror, sus corazones latiendo rápidamente. La anciana sabia parecía haber sufrido un destino siniestro y trágico, y la pregunta de qué había sucedido con ella atormentaba sus pensamientos.

 

 Las autoridades fueron notificadas y el cuerpo de la curandera fue retirado del agua. La noticia de su muerte se extendió rápidamente por el Pasaje Maldito, sumiendo a los residentes en un profundo dolor y luto. La curandera había sido una figura querida y respetada, y su partida dejó un vacío en el corazón de todos.

 

 La investigación sobre la muerte de la curandera no arrojó resultados concluyentes. No se encontraron indicios de violencia o juego sucio, y la causa de su muerte permaneció envuelta en el misterio. Algunos habitantes del conventillo comenzaron a especular que su muerte estaba relacionada con fuerzas sobrenaturales, mientras que otros creían que había sido un trágico accidente.

 

 Lucía estaba desolada por la pérdida de la curandera, quien había sido su guía y apoyo en la lucha contra el mal. Sin su sabiduría y orientación, se sentía aún más indefensa frente a la muñeca de porcelana y el mal que parecía acecharla.

 

 A medida que pasaban los días, Lucía comenzó a tener sueños perturbadores en los que la muñeca la perseguía y la atormentaba con su mirada malévola. Se despertaba sudando y con el corazón acelerado, sin poder distinguir entre la realidad y los terrores de su mente.

 

 En el conventillo, los sucesos extraños y las desapariciones continuaban, y cada vez más residentes se sentían aterrados y amenazados. Algunos decidieron abandonar el lugar en busca de refugio en otro sitio, pero otros, como Lucía, se sentían atrapados y no podían abandonar sus hogares y seres queridos.

 

 Carmen, preocupada por la seguridad de su amiga, decidió buscar ayuda en otros lugares. Se enteró de una antigua leyenda sobre un sabio y poderoso curandero que vivía en las montañas cercanas y que se decía que tenía el poder de enfrentar a las fuerzas oscuras.

 

 Con determinación, Carmen emprendió el peligroso viaje hacia las montañas para buscar al curandero. Caminó durante días por senderos rocosos y empinados, enfrentando todo tipo de obstáculos naturales. Pero su deseo de proteger a Lucía y liberar al Pasaje Maldito del mal la impulsó a seguir adelante.

 

 Finalmente, Carmen llegó al hogar de un curandero, una pequeña cabaña en las praderas de la Pampa húmeda. El anciano sabio la recibió con una mirada penetrante y pareció comprender de inmediato la razón de su visita.

 

 Carmen le contó sobre la muñeca de porcelana y la maldición que había acechado el conventillo. Le habló de la curandera fallecida y de la desesperación que se había apoderado del lugar.

 

 El curandero escuchó atentamente y luego cerró los ojos, sumiéndose en una profunda meditación. Después de un largo rato, abrió los ojos y dijo: –"El mal que acecha el Pasaje Maldito es poderoso y oscuro, y su origen es más antiguo de lo que imaginas. Para enfrentarlo, deberás adentrarte en los rincones más profundos de tu alma y descubrir el poder que yace dentro de ti". –

 

 Carmen se sorprendió por sus palabras, pero estaba decidida a hacer lo que fuera necesario para liberar a su amiga y a los residentes del conventillo del mal que los acechaba.

 

 El curandero le entregó un pequeño frasco con un líquido brillante y le dijo: –"Este es un elixir sagrado que te dará fuerzas en tu búsqueda. Pero ten cuidado, el mal te intentará persuadir y enfrentarte con tus peores temores. Debes ser valiente y confiar en la luz interior que te guiará en tu camino". –

 

 Carmen agradeció al curandero y regresó al Pasaje Maldito con el elixir en sus manos y la determinación en su corazón. Sabía que enfrentaría peligros y desafíos, pero también sabía que debía hacerlo para proteger a su amiga y liberar al lugar del mal que lo acechaba.

 

 Al llegar al conventillo, Carmen encontró a Lucía en su habitación, con la mirada perdida y el rostro pálido. Le contó sobre su encuentro con el curandero y el elixir que le había entregado.

 

 Lucía, aunque escéptica, decidió confiar en su amiga y en el poder del elixir. Ambas se tomaron unas gotas y sintieron cómo una fuerza mágica las envolvía, llenándolas de valor y determinación.

 

 Decididas a enfrentar al mal, Lucía y Carmen se adentraron en el ático, llevando consigo la muñeca de porcelana, la cual había escapado de su entierro. La oscuridad era abrumadora, pero ahora se sentían más preparadas para enfrentarla.

 

 Pronto, comenzaron a sentir la presencia del mal a su alrededor. La muñeca de porcelana temblaba en sus manos y sus ojos brillaban con una luz siniestra. Los susurros y risas infantiles llenaban el ático, pero Lucía y Carmen se mantenían firmes, sin permitir que el miedo las dominara.

 

 El mal tomó forma y comenzó a enfrentarlas con sus peores temores y deseos. Lucía se encontró cara a cara con la imagen de su familia, instándole a rendirse y unirse a ellos en la oscuridad. Pero ella resistió, recordando el amor y la valentía que habían caracterizado a su familia.

 



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En el texto hay: misterio, terror, muñecas

Editado: 10.12.2023

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