El Pasaje Maldito

Capítulo 6: El espíritu atrapado (Parte I)

 

 Al enfrentar al mal en el ático y romper la muñeca de porcelana, Lucía y Carmen sabían que aún no habían completado su misión. La maldición que había acechado al conventillo seguía presente, y el espíritu maligno de la niña que había habitado en la muñeca aún estaba atrapado en el Pasaje Maldito.

 

 Decidieron buscar la ayuda de un curandero, un sabio anciano que vivía en las afueras del pueblo. Según la leyenda, este curandero tenía el conocimiento y la sabiduría necesarios para enfrentar a los espíritus malignos y liberar a los atrapados en el mundo de los vivos.

 

 El camino hacia la cabaña del curandero era arduo y peligroso, pero Lucía y Carmen estaban decididas a encontrar una solución para liberar al espíritu atrapado y poner fin a la maldición que había acechado el Pasaje Maldito durante generaciones.

 

 Finalmente, llegaron a la cabaña del curandero, una pequeña choza rodeada de árboles frondosos. El anciano los recibió con una mirada sabia y penetrante, como si pudiera ver en lo más profundo de sus almas.

 

 Lucía y Carmen le contaron sobre la muñeca de porcelana y el espíritu maligno que la habitaba. Explicaron cómo habían roto la muñeca, pero que el espíritu aún seguía atrapado en el conventillo, causando desapariciones y pesadillas aterradores.

 

 El curandero escuchó con atención y asintió, comprendiendo la gravedad de la situación. Les explicó que el espíritu maligno estaba atado al conventillo por un antiguo maleficio, y que liberarlo requeriría un ritual poderoso y arriesgado.

 

 Lucía y Carmen se miraron entre sí, sabiendo que no había vuelta atrás. Estaban dispuestas a hacer lo que fuera necesario para liberar al espíritu atrapado y acabar con la maldición de una vez por todas.

 

 El curandero prepara los ingredientes necesarios para el ritual. Encendió velas y esparció hierbas y polvos sobre el suelo. Lucía y Carmen se tomaron de las manos y se concentraron en su deseo de liberar al espíritu y devolver la paz al Pasaje Maldito.

 

 El ritual comenzó con cánticos en una lengua antigua y desconocida. El ambiente se llenó de una energía intensa y sobrenatural, y el viento pareció susurrar en el interior de la cabaña.

 

 De repente, una luz brillante llenó el lugar, y una figura etérea apareció ante ellos. Era el espíritu de la niña, con una mirada triste y atormentada. Lucía sintió una profunda compasión por ella y supo que debía ayudarla a encontrar la paz.

 

 Con voz temblorosa pero llena de empatía, Lucía le habló al espíritu, ofreciéndole consuelo y comprensión. Le dijo que había enfrentado la oscuridad y que estaba dispuesta a ayudarla a encontrar la paz y la libertad que tanto anhelaba.

 

 El espíritu pareció escuchar sus palabras y su mirada se suavizó. Lucía sabía que había tocado el corazón atormentado del espíritu y que debía seguir adelante para liberarlo por completo.

 

 El curandero continuó el ritual, utilizando sus conocimientos ancestrales para romper el vínculo entre el espíritu y el conventillo. Cada palabra pronunciada y cada gesto realizado tenían un propósito claro: liberar al espíritu y poner fin a la maldición.

 

 La energía en la cabaña se intensificó, y el espíritu comenzó a brillar con una luz cegadora. Parecía como si estuviera a punto de ser liberado de sus cadenas y ascender hacia la paz eterna.

 

 Sin embargo, algo salió mal en el ritual. Una fuerza oscura y malévola se interpuso en el proceso, impidiendo que el espíritu fuera liberado por completo. Lucía y Carmen se sintieron abrumadas por una sensación de peligro y desesperación.

 

 El curandero luchó contra la fuerza oscura, utilizando toda su sabiduría y poder para enfrentarla. Pero parecía que el mal estaba decidido a retener al espíritu en el mundo de los vivos, usando su poder para mantenerlo atrapado en el Pasaje Maldito.

 

 Lucía sintió que algo se apoderaba de ella, una presencia oscura que comenzaba a dominar su mente y su cuerpo. Se sintió como si estuviera perdiendo el control, como si estuviera siendo poseída por el espíritu maligno.

 

 Carmen la miró con horror y angustia, sin saber qué hacer para ayudarla. El curandero luchó desesperadamente contra el mal, pero parecía que estaba perdiendo la batalla.

 

 En ese momento de desesperación, Lucía recordó las palabras de la curandera fallecida y el poder interior que había encontrado dentro de sí misma. Se aferró a esa luz interior con todas sus fuerzas y luchó contra la presencia oscura que intentaba dominarla.

 

 Con determinación y valentía, Lucía logró romper el control del mal sobre ella. Se liberó de su influencia y utilizó su fuerza interior para ayudar al curandero en el ritual.

 

 El espíritu de la niña parecía fortalecerse con cada esfuerzo de Lucía. La luz brillante que lo rodeaba se volvió más intensa, y finalmente, con un estallido, el espíritu fue liberado y ascendió hacia el cielo, desapareciendo en la eternidad.

 

 El Pasaje Maldito quedó en silencio, y la presencia oscura se disipó. Lucía y Carmen se miraron, agotadas pero aliviadas de haber logrado liberar al espíritu atrapado.

 

 El curandero se acercó a ellas, asintiendo con aprobación. –"Han demostrado ser más valientes y poderosas de lo que imaginaban", les dijo con una sonrisa sabia. –"El mal intentó usar su debilidad para retener al espíritu, pero encontraron la fuerza y el amor en su interior para liberarlo. Han traído paz al Pasaje Maldito y han desafiado a la oscuridad con coraje". –

 

 Lucía y Carmen se abrazaron, sintiendo una profunda conexión y gratitud por el curandero y por el espíritu de la niña que había encontrado finalmente la paz. Sabían que el mal nunca desaparecería por completo, pero ahora se sentían más preparadas para enfrentarlo y proteger a quienes amaban.



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En el texto hay: misterio, terror, muñecas

Editado: 10.12.2023

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