El Pasaje Maldito

Capítulo 19: El Precio de la Libertad

 

 El amuleto descansaba en las manos de Lucía, su suave resplandor destellaba en la penumbra de la habitación. La muñeca la miraba con ojos penetrantes, esperando su elección con una anticipación inquietante. Lucía sabía que debía tomar una decisión, pero la incertidumbre la atormentaba.

 

–"¿Qué debo hacer con esto?" preguntó Lucía, con su voz temblorosa. –"¿Cómo puedo estar segura de que este amuleto me ayudará a salir de aquí?"

 

 La muñeca sonrió, pero su sonrisa estaba llena de malicia. –"El amuleto es tu llave hacia la libertad, pero también es un recordatorio de que todo tiene un precio. Debes estar dispuesta a enfrentar las pruebas que se avecinan si deseas liberarte".

 

 Lucía sintió un escalofrío recorrer su espalda. Sabía que estaba atrapada en un juego peligroso con la entidad maligna que habitaba en la muñeca, y que cada elección que hiciera tendría consecuencias. Pero también sabía que no podía quedarse atrapada para siempre en ese oscuro rincón del conventillo.

 

 Con determinación, Lucía decidió colocarse el amuleto alrededor del cuello. La joya se ajustó perfectamente, como si estuviera destinada a estar allí. Cuando el amuleto tocó su piel, sintió una oleada de energía recorrerla, como si algo dentro de ella se hubiera desbloqueado.

 

 La muñeca asintió con aprobación. –"Muy bien, Lucía. Ya estás lista para enfrentar los retos que te esperan. La libertad no se otorga sin desafíos".

 

Sin previo aviso, la habitación comenzó a temblar. Lucía se aferró al amuleto mientras el suelo bajo sus pies parecía moverse. La muñeca y la habitación misma parecían fundirse en una espiral de caos y oscuridad.

 

 Cuando el temblor finalmente cesó, Lucía se encontró en un lugar completamente nuevo. Estaba en un pasillo oscuro y estrecho, con paredes de ladrillos antiguos y un suelo de piedra. La luz apenas se filtraba desde arriba, arrojando sombras ominosas a su alrededor.

 

 La muñeca ya no estaba a su lado, y Lucía se dio cuenta de que estaba sola en este nuevo escenario. Sabía que debía avanzar, que las pruebas que había mencionado la entidad maligna la estaban esperando.

 

 A medida que avanzaba por el pasillo, comenzó a escuchar susurros en las sombras y susurros que parecían provenir de todas partes y ninguna parte a la vez. Las sombras se movían y se retorcían, tomando formas inquietantes. Lucía se dio cuenta de que estaba en un lugar que desafiaba toda lógica y realidad.

 

 El amuleto alrededor de su cuello emitía un brillo tenue, iluminando su camino mientras enfrentaba lo desconocido. Lucía sabía que había cruzado un umbral hacia un mundo de peligros y desafíos, pero también sabía que era su única oportunidad de liberarse de la muñeca maligna y su pesadilla interminable. El precio de la libertad estaba claro: debía enfrentar las pruebas que se avecinaba y luchar por su vida y cordura.

 

 Lucía avanzaba con cautela por el pasillo oscuro y estrecho, el brillo del amuleto alrededor de su cuello arrojando una luz tenue en su camino. Las sombras parecían tomar vida a su alrededor, susurrando secretos oscuros y moviéndose con una maldad evidente. Sabía que estaba en un lugar que desafiaba toda lógica y realidad.

 

 Mientras se adentraba más en la oscuridad, su mano instintivamente se posó sobre el medallón que había  encontrado junto a Carmen y utilizado en el pasado para desafiar a la entidad maligna. Este medallón había demostrado ser una herramienta poderosa en su lucha contra el mal que acechaba el conventillo.

 

 El medallón era una joya antigua, adornada con diseños intrincados y una piedra preciosa en su centro que brillaba con una luz suave y tranquilizadora. Al igual que el amuleto que había recibido de la muñeca, el medallón parecía estar imbuido de un poder antiguo y misterioso.

 

 Con cuidado, Lucía retiró el medallón y lo sostuvo en su mano temblorosa. Mientras lo hacía, pudo sentir una extraña resonancia entre el medallón y el amuleto. Como si ambos objetos estuvieran destinados a estar juntos, como si fueran piezas de un rompecabezas cósmico.

 

 La habitación parecía responder a esta conexión, vibrando con una intensidad palpable. Las sombras se agitaron y se retiraron, como si estuvieran dando paso a algo que estaba más allá de su comprensión.

 

 Lucía sintió que estaba en un momento crucial, una encrucijada de poderes y misterios. Con manos temblorosas, colocó el medallón y el amuleto uno junto al otro. Cuando los dos objetos se tocaron, una luz brillante y deslumbrante inundó la habitación, dispersando las sombras y revelando un camino antes oculto.

 

 El pasillo se abrió ante ella, revelando un camino que conducía a lo desconocido. La luz de la combinación de los dos objetos parecía ser su guía, su única esperanza en este mundo sombrío y misterioso.

 

 Lucía tomó una respiración profunda y avanzó, siguiendo la luz que había desencadenado con la combinación del amuleto y el medallón. Sabía que estaba enfrentando pruebas y desafíos que aún no podía imaginar, pero también sabía que debía continuar. La combinación de estos misteriosos objetos era su llave hacia la libertad, su única oportunidad de liberarse de la pesadilla que la había atrapado durante tanto tiempo.

 



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En el texto hay: misterio, terror, muñecas

Editado: 10.12.2023

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