El Pasaje Maldito

Capítulo 40: Sofía

 

 La puerta se cerró de golpe, resonando en la habitación como un eco ominoso. Lucía, sobresaltada, giró en  dirección al sonido, solo para enfrentarse a la visión de la muñeca que debería haber estado en su habitación, ahora debajo de la inscripción "tres muñecas". Pero, para su horror, una frase adicional se había materializado en la madera gastada. –es placer.–

 La habitación se sumió en un silencio tenso, solo roto por el parpadeo incierto de la vela que Lucía sostenía. Al pronunciar las palabras finales de la frase adicional, la muñeca levantó lentamente la cabeza y, con una voz que resonó con un eco inhumano, dijo. –Es un placer conocerte, hermana. Mi nombre es Sofía.–

 Lucía sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal mientras el nombre resonaba en la oscura habitación. La muñeca, Sofía, parecía cobrar vida ante sus ojos. Sus ojos de porcelana brillaban con una chispa maliciosa, y su sonrisa, antes estática, adquirió una expresión sutil que llenaba a Lucía de inquietud.

 El peso de la revelación se asentó en el aire, y Lucía, incapaz de procesar completamente lo que acababa de suceder, dejó caer la vela. La oscuridad se cerró sobre ella mientras retrocedía, las palabras resonaban en su mente.

–Es un placer conocerte, hermana. Mi soy Sofía.–

 El eco de sus propios pasos resonaba en los pasillos cuando escapaba de la habitación. La sensación de que algo oscuro la observaba la persiguió, impulsándola a correr más rápido. El Pasaje Maldito, una vez más, parecía retorcerse en sombras y secretos, y Lucía se encontraba atrapada en su enmarañada red de misterios.

 Fuera de la habitación, con la puerta cerrada tras ella, Lucía inhaló profundamente, tratando de calmar el latido frenético de su corazón. El encuentro con Sofía dejó una marca indeleble en su mente, y la certeza de que algo más oscuro se cernía sobre ella la atormentaba.

 En la quietud de la noche, Lucía se enfrentaba a la desconcertante realidad de que las muñecas, más allá de su naturaleza de porcelana, albergan secretos y conexiones que desafiaban la comprensión humana.

 Lucía entró en la habitación de sus padres buscando consuelo, su alma estaba llena de angustia y confusión. Sin embargo, la atmósfera no era la esperada. La puerta se cerró tras ella con un golpe sordo, envolviéndola en un silencio inquietante, mientras la habitación se sumía en una oscuridad anormal.

 La presencia de Sofía, descansando en la cama, cambió la dinámica de la habitación. La luz titilante de la vela que sostenía iluminó la porcelana inmóvil, creando una sombra alargada que parecía abrazar la estancia.

 El corazón de Lucía latía con fuerza, su aliento entrecortado por la tensión que llenaba el aire. La muñeca parecía observarla directamente, sus ojos de porcelana brillaban con una chispa maliciosa, lo que sumió a Lucía en una sensación de profunda incomodidad.

 Un escalofrío recorrió su espalda, y un sentimiento de inquietud se apoderó de ella. La muñeca, aparentemente estática, parecía adquirir una expresión sutil, un gesto que llenaba a Lucía de profunda inquietud. Un susurro apenas audible se deslizó por la habitación, creando una sensación de malestar y desasosiego.

 El ambiente se cargó de tensión, y Lucía se sintió atrapada en una habitación que parecía tener una presencia palpable. Temerosa pero determinada, se acercó a la muñeca, luchando contra el terror que comenzaba a apoderarse de su ser. El susurro, cada vez más intenso, resonaba en su mente, creando un eco incesante que la envolvía por completo.

 El latido de su corazón parecía retumbar en la habitación cerrada. Un grito quedó atrapado en su garganta mientras retrocedía hacia la puerta, sintiendo que algo oscuro la observaba. Con movimientos torpes, abrió la puerta y escapó de la habitación, dejando atrás la presencia inquietante de la muñeca Sofía.

 Lucía se apoyó en la pared fuera de la habitación, sintiéndose agradecida por la libertad del pasillo iluminado. La respiración agitada y el temblor en sus manos la llevaron lejos de la puerta cerrada, pero la sensación de que algo oscuro la seguía persistía, sumiéndose en una confusión insondable y una profunda inquietud.
 



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En el texto hay: misterio, terror, muñecas

Editado: 10.12.2023

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