Era un lunes de la segunda semana de enero del nuevo año. Violeta y Mustafá había sobrevivido al, ya pasado, año de desgracias y horribles sucesos.
Estaban viendo las noticias, donde se oían cosas como: "Fuentes fiables nos han informan de que en la pasada semana, los fenómenos naturales han ido cesando hasta que el único rastro que podemos ver de ellos son los daños que han dejado a su paso." o "...sabemos que el número total de muerto ha ascendido a más del 90% de la población mundial, aún no sabemos datos exactos pero..." y cosas así.
La chiquilla estaba consternada escuchando los datos que daban en las noticias. Se preguntaba cómo podían estar más de medio año con incomprensibles sucesos meteorológicos y que todos cesaran en la misma semana, también se preguntaba si aquella horrorosa situación se volvería a repetir alguna vez. Alejó aquellos pensamientos de su mente y miró a Mustafá de reojo, parecía ajeno a todo, como si hubiese pasado en otro planeta ajeno al suyo. Ella sabía que él, estaba convencido de que, si aquello tenía que pasar pasaría, tampoco se había equivocado pero le había afectado, les había afectado a los dos y él ni siquiera parecía ni un poquito preocupado por nada.
Como siempre hacían ambos, decidió dejarlo pasar. Solo rezaba porque algo así no sucediera nunca jamás de los jamases otra vez. Una devastación tan mayoritaria en otra época habría arrasado con todos los humanos en menos de seis meses sin ningún superviviente y ese era el lado positivo que ella quería mirar. Que no era la edad media, ni tampoco era hace un siglo ni hace mil años. Era la actualidad, principios de 2047, ella había permanecido en pie junto a otros pocos y no desperdiciaría aquella segunda oportunidad que La Tierra le había obsequiado para vivir una vida tranquila y en paz.
FIN