Decidido a desentrañar el misterio que envolvía a Bonifacio, Alex emprendió una intensa búsqueda. Recorrió bibliotecas, consultó a expertos y rastreó información confidencial. Sus esfuerzos lo llevaron a descubrir la trágica verdad: el gobierno tenía planes de apresar a Bonifacio para someterlo a experimentos científicos. Con el corazón lleno de determinación, juró no permitir que eso sucediera.