El pensar de un poeta

Hola ¿qué tal?

Hola,  ¿qué tal?, estoy aquí sentado pensando cómo es la vida, pensando en aquellos días donde los nervios se nos ponían de punta cuando nos mirábamos a los ojos y aunque estuviéramos frente a frente pensando en el otro, aquellos días eran más divertidos y sinceros que todos. Donde el deseo rebosaba como cascada en el río, la pasión era algo que medida no tenía ganas las cueles el final no conocían placeres que cada uno merecía, tiempo es lo que muchas veces queremos y lo que menos tenemos. 
Pienso en esos tiempos de regocijo y paciencia mutua y sincera donde cada día nos queríamos más, donde el amor era una maravilla y se nos hacía más fácil amar donde las horas no dolían y las cueles estaban repletas de sonrisa y caricias que marcaban un principio pero sin ganas de un final. 
Qué ironía, pero por más que pase el tiempo no dejo de amar, no dejo de querer y mucho menos de desear tener algo pendiente contigo y ese algo que se llame futuro sin fin, sin esperar nada más que la felicidad del día, día que te quiero entregar rellenos de condimentos llamados; gozo, felicidad, respeto, tranquilidad y entendimiento. Darlo todo sin ningún lamento y así poder detener el tiempo con aquel sello llamado beso y al final felicidad.




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