El Perfume

Capítulo 3: "Una plática de chicos"

Tras haber sido silenciados por su maestro en el salón de clases, Adrián no dejaba de mirar por momentos a su mejor amigo Franks, pues no podía creer lo que había escuchado. ¿Acaso Franks, su mejor amigo, acababa de perder el juicio?, ¿Cómo podía pensar si quiera que él quería ser su rival?, debía ser una broma de mal gusto, si, eso debería ser; al menos eso quería creer, pero sus pensamientos se vieron interrumpidos al ver aquella sonrisita tonta que se le formaba en el rostro a su amigo cada vez que posaba su mirada en ella, en Julieth.

—No es broma — dijo para sí, al tiempo que un pensamiento paso por su cabeza —«La chica más invisible del aula, es visible para él, pero ¿Por qué?, ¿Qué puede verle?, por más que trato de encontrar algo agradable para mis ojos al verla, no le encuentro nada, y no lo digo con maldad, yo no soy una persona discriminativa, siempre me he caracterizado por ser cordial en el aula con todos, hasta con ella, claro las poquísimas veces que me la he topado en el aula, aunque ella, nunca me ha contestado el saludo; me imagino que es un tanto tímida, ¿O será que esa timidez ha llamado la atención de mi amigo?, si tal vez ello es, pues no le encuentro ninguna otra razón lógica a su comportamiento, si ello debe ser, después de todo Franks es muy sentimental, seguro que le da penita el ver que se aísla. No, no, no, esa actitud no es de pena, sino de….»

El pensamiento Adrián, se vio interrumpido por unas palabras que solo confirmaban lo que no quería aceptar.

—Es encantadora — escuchó decir a Franks, mientras suspiraba, haciendo que la expresión de preocupación que tenía Adrián en su rostro cambiara a una de terror.

—«Mi amigo había sido embrujado, si ello debe ser, de seguro ella es una bruja, o en estos diez años de amistad no conocí de verdad los gustos de mi amigo» — vino a su mente, mientras miraba con cara de espanto a su rubio amigo.

—Ahhhhhhhh — decía Franks, suspirando nuevamente, incrementando la preocupación de su mejor amigo.

—Ya déjate de bromas, ¿Que te puede atraer de ella?, ¿No será que estás enfermo? — expresó Adrián con firmeza sin importarle que aún estuvieran en clase, pues no podía creer que alguien tan popular como él, se te esté comportando de esa manera.

—Yo creo que lo hechizo — expreso otro de sus amigos, que estaba delante de él y había escuchado la plática.

—Jóvenes silencio ¡Por favor¡ — pronunció el maestro con firmeza, haciendo que los jóvenes guarden silencio, aunque Adrián no podía concentrarme en nada de lo que el maestro decía, estaba preocupado, muy preocupado, pues le costaba entender el comportamiento de su amigo, aunque en realidad no era al único que le costaba entender ello.

Luego de un par de horas de clase, la hora del receso llego como era la costumbre de Adrián y su grupo de amigos, incluso los amigos que tenía en otras aulas del mismo año, se reunieron en el cafetín de la preparatoria, para consumir alguna bebida refrescante acompañada de algún sándwich, al tiempo que aprovechaban para platicar de sus vidas personales, y planificar alguna salida de fin de semana.

—Mira quien está allá — decía Daniel, con cierta mofa, mientras miraba hacia la entrada del cafetín donde el fantasmita como casi todos llamaban a Julieth, se encontraban tratando de ubicar algún lugar disponible, como casi siempre sucedía.

—Creo que hoy, tampoco hay espacio para la pobre fantasmita — expreso Fabio sonriendo.

—No mira ya encontró uno — dijo Lois, mirando cuando la jovencita se acercaba a recibir su fuente y se iba al fondo del ambiente en donde había una mesa solitaria.

—Voy con ella — pronunció Franks, poniéndose de pie, haciendo que sus amigos posen sus miradas sobre él.

—Espera, para broma, ya fue suficiente — expresó Adrián, con la mayor firmeza que pudo, haciendo que su amigo, detenga su avance y pose su mirada en él.

—¿Broma? — contestó Franks, en tono confundido, mientras mis amigos asentían.

—Sí, broma — volvió a decir Adrián, con más firmeza — ¿Te imaginas que todas tus fans de la prepa te vean con ella?; tus bonos bajarían, para broma ya estuvo bueno Franks — añadió firmemente.

—Pero si yo no estoy bromeando en verdad ella me interesa — pronunció Franks, tornándose pensativo por unos segundos, luego de los cuales agrego — Tiene algo que me atrae, algo que es más que un físico,…

Ante sus palabras, los jóvenes se miraron entre sí, unos confundidos, otros preocupados, y otros con burla.

—Su inteligencia — dijo Boris, rompiendo el silencio general de la mesa, causando la risa de todos sus amigos que compartían la mesa a excepción de Adrián.

—Si ella es tan inteligente como Adrián, es más creo que te gana un poquito, pero bien poquito — agrego Yael, sonriendo.

—Es cierto, ella es muy inteligente, pero ni porque me diga en todos los exámenes yo hago el sacrificio de acercármele — expreso Fabio, mientras mis amigos echaron a reír, a excepción de Adrián que solo miraba con preocupación a su amigo.

—Pues no eres el único, ninguno de nosotros está dispuesto a tanto sacrificio — respondió otro de los jóvenes, mientras los demás asentían, excepto Adrián.

—No, no es su inteligencia, ella es muy inteligente, pero no es eso — contesto con firmeza Franks.




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