Ya había pasado una semana desde el incidente entre Juliet y Keir; el cual trajo como consecuencia que este último cambie su comportamiento con ella, convirtiéndose en uno más de sus fans en el aula, incrementando la envidia de las chicas y la intriga en aquellos jóvenes que aún no habían tenido mayor acercamiento con ella. Una semana también, desde que Franks había intentado acercarse a Julieth, pero sin éxito, como Keir, y los demás jóvenes que, tras realizar algún trabajo con ella, querían seguir tratándola, pero sin conseguir su propósito.
Julieth, había tomado la decisión de no volver a abrir su corazón, ni siquiera de forma amical con alguien del sexo opuesto, por ello, su vida en la preparatoria seguía tan solitaria como desde que llego esta, pero ella se sentía mejor así, pues era su manera de defenderse de cualquier tipo de agresión contra ella, los murmullos a su alrededor con respecto a su forma de vestir y a su físico que ocultaba no le importaban, lo único que le importaba era que los últimos 7 meses que restaban se pasen pronto para así poder librarse de los jóvenes que intentaban según ella burlarse de ella y de los comentarios y desprecio de las jovencitas de su aula.
—A veces me dan ganas de demostrarles quien soy de verdad a esas vanidosas que creen que el ser bonita te hace mejor y humillan a las personas que consideran menos agraciadas, pero no tiene caso, solo sería ponerme a su nivel, perder el tiempo, además yo nunca fui, ni seré como ellas — decía Julieth, mientras recogía su hermoso cabello castaño en una coleta baja, al tiempo que miraba su delicado rostro, que aún no llevaba los lentes puestos; en un espejo.
Tras mirarse con detenimiento por algunos segundos, tomo sus gruesos lentes que estaban sobre la mesa del tocador, se los coloco, se puso de pie, camino hacia el lugar donde se encontraba su mochila, la tomo, y segundos después salió de la habitación.
—¿Hija ya te vas? — escucho.
—Si papito — respondió Julieth, tras girar sus pasos para quedar frente a su padre.
—Entonces te llevo, yo ya voy a mi trabajo también — expreso su padre con calidez.
—No quiero retrasarte…
—Tengo tiempo hija — agrego el hombre.
—Entonces acepto.
Mientras Julieth y su padre se dirigían a las afueras de la casa, para después abordar un auto e ir a la preparatoria, en esta, un grupo de jóvenes había madrugado en ella, pues no habían podido reunirse el fin de semana, y necesitaban ponerse al día de sus vidas personales, además debían platicar de lo que les esperaba esa semana, la conformación de nuevos grupos de trabajo, por ello, estaban reunidos en el pasillo donde estaba su aula platicando.
—El maestro tutor dijo que hoy nos asignaría los trabajos en equipos — expresaba Lois.
—Ojalá y me toque con Loriet — decía Favio.
—Y a mí con Dalí — pronunció con ojos soñadores Boris.
—Ja ja ja, baja de tu nube Boris, para ella solo eres un amigo — respondió Yael, sonriendo.
—Igual que tú para Ali — contesto Boris, haciendo reír a los presentes, al tiempo que, tres jóvenes se unían al grupo.
—¿Qué sucede?, ¿A qué se debe tanto alboroto? — expreso Adrián, que venía junto a Franks y Daniel, sus mejores amigos.
—Sí, ¿A qué se debe tanta risita? — agrego Daniel.
—Solo platicábamos sobre los equipos que formara nuestro tutor para el trabajo de su curso — contesto Lois, con calma.
—Cierto, el trabajo del curso del maestro tutor — expreso Franks, mientras sonreía.
—Sus trabajos siempre incluyen ir a campo — dijo Adrián, con calma.
—Sí, además los integrantes de sus equipos de dos, siempre son del sexo opuesto — respondió Franks, con alegría.
—Cierto — contesto con calma Adrián.
—Ojalá y no me vaya a tocar con la fantasmita — añadió Daniel, con cara de espanto, haciendo que sus amigos posen su mirada sobre él. No quiero ser la próxima victima de su hechizo — agregó.
—Si eso es cierto todo chico que por desgracia le toca hacer algún trabajo con ella, luego se muestra interesado en ella — añadió Boris.
—Solo son coincidencias, y yo no creo que muestren interés sino más bien se quieren burlar de ella — expresó Adrián con calma.
—Oye, yo no me quiero burlar de ella ¿O sí? — decía Franks, dubitativo.
—Pobre mi amigo, esa fantasmita le lanzo un hechizo muy poderoso, pero no te preocupes nosotros como buenos amigos te ayudaremos a librarte de él, ¿No es así Adrián? — pronunció Daniel, sonriendo.
—Así es amigo, le diré a Brisa, para salir con ella y sus amigas, cualquiera de ellas es la chica ideal para ti, no ella — contesto Adrián.
—Ya chicos ya, no se burlen de mí, no ven que me pongo sensible cuando me hablan de ella — dijo Franks, haciendo reír a sus amigos.
—Eres muy bromista amigo — respondió Adrián, sin notar que a la distancia un grupo de chicas lo observaban a él y su grupo, mientras platicaban también.
Dentro del grupo de jóvenes que se encontraban mirando a Adrián y su grupo se encontraban Brisa y Carolina, sus ex, quienes como desde que se convirtieron en ello, en sus ex, se encontraban poniéndose de acuerdo en que recursos deberían de usar ese mes para volverlo a conquistar.
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Editado: 09.08.2025