El Perfume

Capítulo 10:"Perfume que hechiza"

En una de las mesas de un cafetín, se encontraba sentada una joven de lentes, cabello recogido un tanto despeinado, y vestimenta anticuada, bebiendo un refresco, mientras giraba la página de un libro, para así poder continuar con su lectura. De repente sintió a alguien llegar tras de ella, y sin darle opción para verificar quien era, sintió unos tibios labios sobre su mejilla, seguidos de una voz que inmediatamente reconoció.

—Imagine que aquí estabas — escucho, al tiempo que la persona que le hablaba se colocaba frente a ella.

—¡Franks!

—Te estuve llamando, pero parece que no llegaste a oírme — añadió el apuesto joven.

—No, no te oí, ¡Disculpa!...

—No, no tienes que disculparte, la verdad, cuando te llame, tu ya estabas a bastantes metros de mí, y yo no podía expresar tu nombre tan fuerte, porque el profesor estaba aún en el pasillo — pronunció el rubio, sonriendo con calidez.

—¿Qué se te ofrece? — dijo con calma la joven.

—Solo quería hablar contigo…

—¿Hablar conmigo? — expreso para sí la joven.

—Quedamos en ser amigos, ¿No?...

—Bueno…

—¿Cómo has estado? — agrego Franks, con calma, haciendo una breve pausa para añadir con cierta nostalgia — No es lo mismo lo que uno ve a lo que uno siente, por ello te lo pregunto, pues no hemos tenido oportunidad para hablar en el aula, ya que esta semana, ni una sola vez nos tocó trabajar como equipo.

—Cierto…

—¿Cómo va tu trabajo con Adrián?

—Bien, ya estamos por culminar con la búsqueda de información — respondió Julieth con calma.

—Y, ¿Cómo se esta portando contigo? — añadió el joven, con cierta curiosidad.

—¿Portando conmigo? — dijo en tono confundido la joven.

—Si, ¿Cómo es su trato contigo?

—Como siempre — expreso Julieth, con calma, mientras llevaba un vaso a su boca.

—Me alegra…

—¿Qué?

—Que este todo bien en tu trabajo con él — dijo el rubio, guardando silencio al ver a la persona que mencionaba, ingresar al cafetín, junto a alguien que no espero ver en ese lugar.

—Bueno, ya me voy — escucho.

—¡No! quédate un rato más — añadió el rubio, tomando la mano de la joven, haciendo que esta se sienta incomoda.

—¿Qué haces? — expreso Julieth, molesta.

—¡Eh! ¡Disculpa! Yo solo….

El rubio ni pudo culminar lo que iba a decir, pues Adrián y la persona que lo acompañaba llegaron junto a la mesa, donde él estaba con Julieth.

—¡Hola Franks! ¿Qué gusto verte tan pronto? — expreso una joven rubia de ojos verdosos.

—¡Hola! — respondió el rubio, un tanto confundido, mientras miraba con reproche a su amigo, y la joven de lentes, miraba a los dos sin entender.

—Me encontré con Adrián, por el pasillo, y le pedí que me indicara donde queda el cafetín, añadía la rubia, posando su mirada en la joven de lentes.

—Ya me voy, permiso — dijo Julieth, girando sus pasos.

—Espera, yo me voy contigo — expreso Franks, haciendo que la joven de lentes detenga sus pasos.

—No lo hagas — pronunció la rubia, en tono de súplica, mientras tomaba la mano del rubio. Necesito hablar contigo — agrego.

—No tenemos nada de que hablar, Priscila — contesto con firmeza el joven, soltándose de su agarre, mientras la joven de lentes reanudo su andar.

—Franks, escúchala, yo soy quien ya se va — expreso Adrián.

—Pero, ¿por qué?, si….

Adrián no respondió nada más a su amigo rubio, solo continuó su camino, tras la joven de lentes, dejando solos al par de rubios.

—Estudiare lo que resta del ciclo en esta preparatoria — expreso la rubia.

—¿Qué?, ¿Por qué? — dijo Franks confundido.

—No es obvio — contesto la joven, con una gran sonrisa plasmada en su rostro.

En tanto, Adrián caminaba tras la joven lentes, mientras está continuaba su camino, sin girar para nada su rostro.

—«No es caballeroso lo que estoy haciendo, somos compañeros de aula, además estamos haciendo un trabajo juntos» — pensó, segundos después, decidió darle alcance a la joven de lentes. Ya tengo toda mi parte lista para unirla — pronunció, con la finalidad de entablarle la conversación a la joven.

—¿Qué? — dijo Julieth, sin girar a verlo.

—Ya terminé de traspasar mi resumen a mi laptop….

—¡Qué bueno! Yo también ya lo tengo todo pasado — contesto la joven, mientras parecía tener su mente en otro lado.

—Debes estar preguntándote quién era esa chica, ¿Verdad? — dijo Adrián con calma.

—¿Qué?

—Ella es Priscila, el primer amor de mi amigo Franks — añadió el joven.

—Su primer amor…




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