Ya solo faltaban tres días para que se cumpla la fecha que el profesor les había asignado a sus alumnos para la entrega de sus trabajos de investigación teórico prácticos.
Debido a ello, todos los equipos formados aprovechando el receso se reunían para ponerse de acuerdo en los últimos toques que deberían darles a sus trabajos de investigación, y por supuesto Adrián y Julieth, no fueron la excepción. Ellos a pesar de los comentarios que escuchaban debido a repentina cercanía, habían decidido tomar sus respectivos acuerdos dentro del aula, bajo la mirada de todos sus compañeros.
—Sí gustas, usa mi carpeta, yo estoy exonerada de ese trabajo, por lo mismo, iré al comedor aprovechando el receso — decía una rubia, mientras se ponía de pie, al ver llegar a un apuesto joven, frente a la carpeta de la joven de lentes.
—Bien, ¡Gracias Priscila! — respondió Adrián, tomando la carpeta de la rubia, para acercarla a la de la joven de lentes, incrementado los comentarios en el aula. Tenemos que reunirnos para editar el video y añadir las fotos al trabajo — expreso el joven.
—Sí — contesto Julieth, con timidez, pues a pesar de que no quería que le afectara los comentarios que escuchaba debido a su cercanía con Adrián, estos si le afectaban, y como no iba hacer así, si casi todos los comentarios se referían a ella con tanto desprecio, y hacían énfasis en que Adrián solo estaba siendo gentil por el trabajo, pero que ya faltaba poco para que él vuelva a ser el mismo con ella, es decir indiferente.
—¿Tu casa o la mía? — pronunció Adrián con calma.
—¿Qué?
—Necesitamos un lugar con las herramientas necesarias para hacer la edición del video, y la verdad en la biblioteca no creo que podamos hacer ello, menos en el aula — expreso el joven.
—Cierto — contesto Julieth.
—Ya que concordamos en ello, solo queda elegir, ¿Tu casa o la mía? — respondió el joven.
—La mía — dijo rápidamente, la joven de lentes.
—Me parece bien…
—Hoy a las cuatro — agrego Julieth con la mayor calma posible.
—Estoy de acuerdo — contesto Adrián.
—Así tendrás tiempo para tu siesta — añadía la joven, haciendo que el apuesto muchacho esbozara una sonrisa.
—No te preocupes, no será como aquella vez, yo tomare mis precauciones para estar a las cuatro en punto en tu casa, lo prometo — dijo Adrián, esbozando una cálida sonrisa, mientras sus amigos que ya habían tomados sus acuerdos con sus compañeras de trabajo, y ahora estaban reunidos miraban al par de jóvenes y murmuraban.
—Al menos ya paso el mes — expreso Fabio.
—Si y Adrián no cayó en su hechizo — pronunció Yael.
—Pues yo no creo ello — dijo Daniel.
—¿Qué acaso tú sabes algo que nosotros no sepamos? — agrego Boris, mientras Lois asentía, y Franks escuchaba atentamente.
—En verdad solo sé lo mismo que ustedes han visto, la fantasmita ya no le es tan indiferente a Adrián — respondió Daniel, ocultando lo que Adrián le había dicho.
—Pues es normal, tiene que realizar su trabajo con ella, está en juego su nota del curso, no puede ser grosero con ella, ¿No? — dijo Fabio, mientras el rubio se tornaba serio.
—Si es cierto, pero por ello no le va a sonreír tanto ¿No?, ello no es por eso y tú sabes el verdadero motivo, verdad Daniel — pronunció Franks con firmeza.
—Bueno, no es que…
—Ya deja de especular y dime los que sabes, ¿Acaso Adrián está verdaderamente interesado en Julieth?, es eso ¿Verdad? — expreso en tono molesto el rubio.
—Pensé que ya no estabas hechizado — dijo Daniel.
—Deja decir esas tonterías, Julieth, no es ninguna hechicera, ella es una chica maravillosa, además no es que no esté interesado en ella, ella es la que no está interesada en mí, que es diferente…
—¿Qué?, ¡Se atrevió a rechazar tus sentimientos! — dijo Yael, mirando a sus amigos.
—Ella solo fue sincera conmigo, y yo quede en aceptar su respuesta, a cambio de ello, quedamos en ser amigos, y gracias a esa amistad, ella me hizo entender muchas cosas, además le tengo un gran cariño, por ello no quiero que nadie la lastime, y ello incluye a Adrián, yo a él lo conozco, es mi amigo, y se como es, por lo mismo, no quiero que la confunda con su comportamiento…— respondía Franks.
—¿Entonces crees que Adrián está jugando con ella? — dijo Fabio.
—No lo sé, no quisiera pensar en ello, pues….
—Franks, pensé que tú eras el que más conocía a Adrián — expreso Lois con cierta nostalgia.
—Por que lo conozco siento temor de que sus acciones la confundan a ella, yo se que Adrián no es mala persona, pero también sé que le encanta usar su atractivo para poner nerviosa a las chicas….
—La verdad, no creo que Adrián, quiera usar su atractivo para seducirla a ella, más bien el pobre esta hechizado por ella, que es distinto — pronunció Daniel, sin darse cuenta mientras sus demás amigos escuchaban incrédulos la confesión.
Mientras los jovencitos platicaban un grupo de chicas hacían lo mismo en el pasadizo.
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Editado: 07.06.2025