El Perfume

Capitulo 21: "La respuesta"

Julieth, miraba perpleja a Adrián, mientras trataba de asimilar las palabras que acaba de decir, pero por más que quería encontrarles alguna lógica a estás, no la hallaba. Para ella, le era imposible aceptar que alguien podría verla para un interés romántico bajo su nueva imagen. Ello era imposible, y mucho más si era Adrián quien se declaraba enamorado de ella.

Él era el chico más apuesto de la preparatoria, lo cuál le había tenido romances con las chicas más hermosas de está. Ello hablaba de su buen gusto, cuando se tratabade elegir a alguien para una relación romántica, y ella pues, bajo esa imagen, no estaba para nada entre sus gustos; como consecuencia, que él le haya dicho que estaba enamorado de ella, solo podía ser una broma.

—Julieth, yo ¡Te amo, desde hace algún tiempo! pero no sabía como decírtelo — expreso Adrián, con un ligero rubor en sus mejillas, pero con la firmeza necesaria, para asegurarle a cualquiera que lo oyera, que lo que estaba diciendo era cierto, aunque la joven de lentes, no estaba dentro de ese porcentaje de personas que podrían creer lo dicho.

—¡No juegues así conmigo Adrián! — pronunció con firmeza la castaña, mientras intentaba librarse del agarre del joven.

—¡No estoy jugando! Lo que te digo es mi sentir — respondió con seguridad el muchacho, sin soltar la mano de la castaña, quien seguía forcejeando para librarse de su agarre.

—¡Eso no es cierto! — dijo Julieth, logrando librarse del agarre del joven, y parándose del asiento, para segundos después, echar a correr hacia la salida del lugar.

—¡Julieth! — pronunció Adrián, colocando algunos billetes sobre la mesa, para ponerse también de pie y salir tras la joven, dejando las copas de helados casi completas sobre la mesa.

Adrián corrió lo más rápido que pudo para poder dar alcance a la castaña, que iba a varios metros por delante, corriendo al igual que él, sin importarle, que ambos fueran el centro de atención de todo aquel que los viera.

—Julieth, espera — decía Adrián, mientras corría tras la castaña, por una acera.

Pero la joven, ignoraba sus palabras y seguía corriendo con todas las fuerzas que tenía en ese momento. De repente, el cansancio se hizo presente, y Julieth, no pudo dar un paso más. Como consecuencia detuvo su loca carrera, junto a un pequeño parque.

—Julieth — dijo Adrián, al llegar tras ella.

—¡No quiero que digas nada más! — pronunció la joven con la mayor firmeza que pudo, sin girar a mirarlo.

—¿Por qué?, ¿Por qué te es difícil creer que alguien se pueda enamorar de ti? — respondió con nostalgia el joven.

—¿Acaso no es obvio? — contesto Julieth, tratando de no quebrar la voz, mientras aguantaba las ganas de romper en llanto.

—¿Qué es lo obvio? — dijo Adrián en tono confundido.

—Tú eres todo lo opuesto a mí — expreso la castaña, con voz temblorosa.

—Pues es normal. Soy hombre — respondió el joven, sonriendo mientras caminaba para colocarse frente a esta.

—No estoy bromeando. No me refiero a eso y tú lo sabes — dijo Julieth, con la mayor calma que pudo.

—Pues no estoy bromeando, y en verdad desconozco a lo que te refieres — pronunció con seriedad Adrián.

—Eres popular. Unos de los chicos más atractivos de la preparatoria. Puedes estar con la chica más bella de esta; y te fijas en mí. Yo no podría creer algo así. No Adrián, ¡No!. Tú como todos solo buscas burlarte de mí y yo no pienso permitirlo — agregó con firmeza y aguantando las ganas de llorar, Julieth.

Ante las palabras de la joven, Adrián la miro con ternura, mientras intentaba tomar nuevamente las manos de la joven, pero esta retrocedió unos pasos para evitarlo.

—¿Quién te hizo tanto daño para que tengas la autoestima tan baja? Para mí tú eres un ser maravilloso, con una belleza interna que me cautiva, un perfume natural que me hechiza; además posees el cabello castaño más bello que he visto, tu nariz es tan perfecta; tus labios ¡que puedo decir de ellos! Solo que son hermosos, tus rasgos son muy delicados. Eres bella Julieth, no comprendo porque no puedes creértelo — expreso Adrián con calidez.

—¿Cómo puedes ver eso? si nunca me he quitado los lentes, y ellos cubren parte de mi nariz y rostro — respondió Julieth intrigada.

—Lo veo con los ojos del alma. Con los ojos del amor. De seguro has escuchado que cuando te enamoras, la persona que te ha conquistado siempre será el ser más bello sin importarles lo que opinen los demás. Yo antes de conocerte no creía en ello, pero ahora puedo afirmar que eso es cierto. Julieth, tu para mí, eres la más bella, y lo digo en serio. La belleza no es solo una apariencia, es lo que llevamos dentro y tu posees una belleza interna maravillosa; tanto así, que se proyecta en el perfume natural de piel, en todo tu ser. ¡Yo estoy enamorado de ti Julieth! ¡Solo te pido una oportunidad para demostrarte cuanto te amo! — dijo Adrián, volviendo a tomar las manos de la joven, entre las suyas.

—¿Qué debo decirle? — pensó la joven.

—Julieth…

—De verdad, ¿No te avergonzarías de andar con alguien como yo? — pronunció por impulso la joven.

—Porque debería de avergonzarme. Ya te dije que me gustas, así como eres. Yo no pretendo cambiarte. Yo respetare tú forma de ser, además está es la Julieth de la que me he enamorado…




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.