Junto a una piscina; sentado en una silla de playa, se encontraba un joven leyendo de manera muy concentrada un artículo deportivo en su celular, sin notar que alguien se acercaba a él. Tras algunos minutos el joven escucho una voz pronunciar su nombre. Ante ello, giro su rostro para ver a la persona que le hablaba.
—¡Daniel¡¿Qué te trae por acá en domingo? — dijo en tono sorprendido Adrián, haciendo una breve pausa para acotar — No decías siempre que los domingos no nos reunamos, pues es sagrado para tu familia, pues tu padre organiza paseos para este día.
—Así es, pero hay excepciones amigo, y este domingo fue una de ellas. Mi padre tuvo que cerrar un negocio, por lo mismo, este domingo se canceló el paseo familiar y como no tenía nada que hacer me dije, ¿por qué no visitar a mi amigo Adrián? De seguro él debe estar tan aburrido como yo pues no anda con novia, además quisiera platicar sobre algunas cosas contigo…
Ante el comentario del muchacho, Adrián esbozo una leve sonrisa en su rostro, acción que no paso desapercibida por este, pero prefirió no decir nada por el momento, pues su plan de obtener información podía truncarse.
—Toma asiento — dijo Adrián, con amabilidad, mientras dejaba su celular en una pequeña mesa que estaba junto a la silla de playa.
—¡Gracias amigo!
—¿Gustas un refresco? — añadió Adrián.
—No, no te preocupes, mejor hablemos — respondió Daniel, mientras tomaba asiento frente a su amigo, en otra silla de playa.
—Bien.
—Seré directo — pronunció Daniel, haciendo una breve pausa para acotar — Ayer te vi en un restaurante muy bien acompañado de una belleza que no he visto en la preparatoria… — expreso Daniel, mientras miraba la reacción de su amigo.
—Ah sí — contesto con calma el joven.
—Sí. Ello me dio tranquilidad y alegría…— añadía Daniel, mientras Adrián lo miró sorprendido. Soy tu amigo, y te aprecio mucho, por ello el verte con esa chica tan bella me volvió la calma al alma, pues significa que te libraste del hechizo de la fantasmita…
—¡Daniel…! — dijo Adrián con reproche.
—¡Ya! ya sé que tú y Franks son sus defensores. Y que bueno que solo se hayan limitado a ello, pero volviendo al tema de la chica bella. ¿Dónde la conociste amigo?, ¿Qué relación tienes con ella? ¿A poco ya son novios? — agregó el joven, con una sonrisa pícara.
—Más que defensores Franks y yo, somo amigos de Julieth, y por lo mismo, te voy a pedir que no vuelas a referirte a ella con ese termino tan cruel. En cuanto a esa chica con la que me viste en el restaurante; estas en lo correcto; “es mi novia” y la conocí en la preparatoria — respondió Adrián con calma, siendo ahora Daniel, quién lo miro sorprendido.
—¡En la preparatoria! Ello no es posible. Una niña así no pasaría desapercibida ante mis ojos…
—Pues esta si paso — contesto Adrián, con una sonrisa plasma en su rostro, mientras el otro joven, se tornaba pensativo.
—¿De qué aula es? ¿Cómo se llama?...
—Crees que te lo diré — expreso Adrián con calma.
—¡Adrián!
—No pienso decírtelo. Te conozco muy bien amigo. Eres capaz de querer quitarmela y yo no estoy dispuesto a perderla — expreso Adrián con firmeza.
—Pues que egoísta eres — pronunció Daniel, con molestia.
—No soy egoísta solo cuido lo mío. Eso es todo…
—Claro, comprendo. Aunque no imaginaba que tenías tan mal concepto de mi — respondió de mala gana Daniel.
—No es mal concepto, solo soy sincero. Te conozco y por lo mismo, sé que no eres de los que se detienen por la amistad, tu priorizas tu persona y está bien, es tu manera de ser, pero yo también tengo la mía…
—Sí, sí, ya me quedo claro.
Mientras Adrián y Daniel continuaban con su plática, en otra casa, en una habitación un par de chicas sostenían una entretenida plática.
—Y ello fue todo — decía Julieth, con calidez.
—Sabía que todo saldría bien. En cuanto al percance no te tensiones, nadie te vio — respondió Priscila.
—Ello mismo me dijo Adrián…
—Aunque me hubiera encantado que te vieran…
—¿Por qué dices eso? — pronunció Julieth.
—Le habías cerrado la boca a todos ellos con tu belleza o más bien los hubieras dejado con la boca abierta….
—¡Priscila, no digas esas cosas! Yo terminaré la preparatoria como ellos me conocieron…— respondió Julieth.
—Ya sé tú postura y la respeto, pero créeme que les darías una gran lección si aunque sea una sola vez te llegan a ver como realmente eres — dijo Priscila.
—Mejor cambiemos de tema — pronunció Julieth con calidez.
—Bien.
—¿Cómo te fue a ti? — agregó Julieth.
—La pase bien — respondió Priscila. Almorzamos y cenamos juntos, vimos una película y visitamos algunas tiendas — agregó con cierto pesar.
—No te siento muy animada — dijo Julieth.
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Editado: 16.08.2025