El Perfume

Capítulo 29: "Inesperado"

El primer día de clases en la universidad había llegado. Julieth estaba feliz por el nuevo paso que daría en su vida, pero a la vez ansiosa. Si ansiosa, desde hace algunos días, había sentido una extraña sensación de inquietud en ella, la cual la atribuyó al temor que le generaba la nueva experiencia que enfrentaría. Pues estaría nuevamente sola en un aula. Si, sola, no estarían con ella ni su novio, ni ninguno de sus amigos. Era nuevamente ella frente a un grupo de desconocidos, que no sabía como la irían a tratar. Ello ciertamente le generaba ansiedad, pero también sabía que su inquietud no era solo por ello, se debía a algo más, a algo que no lograba descifrar aún, solo sabía que era como un presentimiento de que algo le esperaba en esta nueva etapa.

Lo único que le daba algo de tranquilidad era que, a pesar de no estudiar junto a su novio, pues optaron por carreras distintas, sus horarios, al menos en ese primer ciclo coincidían, lo que les permitiría seguir fortaleciendo su amor y relación de pareja.

—«Adrián, ya debe estar por llegar…Lo bueno es que ya terminé de arreglarme» — pensaba Julieth, tras atarse una coleta alta, mientras se miraba en el tocador de su habitación.

La joven se miro su rostro, el cual ya no usaba un disfraz para cubrir la belleza del mismo. Observo su vestuario, no era reservado como cuando usaba aquellos lentes que cubrían gran parte de su rostro, pero tampoco era revelador. Ella había optado por un conjunto sport, polo, casaca, pantalón jeens y zapatillas de plataforma que estilizaban aún más su figura.

Mientras ella, miraba su trabajo concluido, fuera de su casa, el auto de su novio se estacionaba. Tras algunos minutos, Adrián bajo del mismo, y se acerco a la casa de la castaña. Luego de tocar el timbre por algunos segundos, esta salió a recibirlo.

—¡Buenos días cariño¡ ¿Lista para tu primer día? — expresó Adrián, tras saludar a su novia con un fugaz beso en los labios.

—Lista — respondió Julieth, con una cálida sonrisa.

—Entonces acompáñeme a su carruaje bella princesa — acotó el joven.

—¡Adrián! — expresó la castaña sonrojada.

—Aún te sigue dando pena mi trato contigo…Sin duda eres adorable — agregó el joven, haciendo sonrojar más a la castaña, al tiempo que extendía su mano, para que ella la tomase.

Mientras tanto…

En una de las playas de estacionamiento de una facultad, un atractivo joven de cabello castaño, estacionaba su auto.

—«Ahora si… a buscar el aula» — pensó el joven, tras bajar del auto. Segundos después observo el reloj que llevaba puesto. «Llegue con 20 minutos de anticipación. Creo que es el tiempo suficiente para ubicar el aula» — pasó por la mente del atractivo muchacho, mientras miraba a la distancia el nombre de la facultad en la que estaba.

Luego de algunos minutos y de caminar por varios pasillos, el atractivo joven detuvo sus pasos frente a un salón.

—I ciclo Arquitectura sección “A” — susurró, mientras miraba el letrero que estaba en la puerta. «La encontré, está es el aula» — pensó, reanudando su andar para ingresar al aula que aún lucía vacía.

El joven ocupo uno de los asientos del fondo, y mientras esperaba a sus compañeros y maestros, decidió mirar en su celular un libro digital.

En tanto, Adrián estacionaba su auto en una playa de estacionamiento de la universidad.

—Debimos ingresar a la playa de estacionamiento de tu facultad — decía Julieth.

—No como crees. Mi deber de novio es primero llevarte a ti a tu destino….

—Pero…

—Aún hay tiempo. Mejor bajemos, te acompañaré a tu aula, luego voy a la mía. En auto, estaré en esta en cinco minutos — respondió Adrián.

—Si, tal vez…pero no hay que confiarse tanto, que tal si tu maestro llega más temprano del inicio de clases…— decía Julieth en tono preocupado.

—No lo creo, pero si ello sucede yo sabré como manejarlo. No te preocupes por mí. Mejor dime, ¿Ya te paso los nervios? — contestó el joven.

—Sí — respondió Julieth, aunque su respuesta no fue la verdadera.

—¡Qué bueno! — dijo Adrián, con una cálida sonrisa, haciendo una breve pausa para acotar —¡Bajemos!

Adrián acompañó a Julieth hasta su facultad. Al llegar a la misma el joven acercó su rostro al de ella para posar sus labios sobre los suyos.

—Ya ve a tu aula, o de verdad llegarás tarde — pronunció Julieth, con una cálida sonrisa tras romper el beso.

—No importa es el primer día y todo se justifica en este — contestó Adrián.

—Si es cierto, pero tampoco hay que abusar de ello, además como el segundo alumno de la promoción debes mostrar lo responsable que eres…

—Si tienes razón. Será mejor irme ya, pero en el receso vengo a verte linda — agregó el joven, luego de ello se alejo del lugar y Julieth ingreso al aula.

La joven al ver el aula vacía, observo cada una de las carpetas. Luego de algunos segundos decidió sentarse en la primera fila.

—«En la universidad no hay asiento fijo como en la escuela o en la preparatoria. Pero ya que hoy fui la primera en llegar ocuparé uno de los asientos de la tercera fila. Si, creo que uno de los del centro será mi elección, pues me permitirá ver perfectamente el pizarrón, escuchar al maestro e interactuar con mis compañeros» — pensó Julieth, mientras caminaba al asiento elegido.




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